Los grandes artistas se retratan


Diez grandes artistas, diez famosos autorretratos: ¿cómo se veían a sí mismos algunos pintores importantes? Descúbralo en este artículo.

¿Qué significaba para los grandes artistas retratarse a sí mismos? Descúbrelo en este artículo publicado en Cultura Colectiva y escrito por Mariana Aguilar Tiquet. Ilaria lo ha traducido para ti. Aquí tienes el enlace al original.

Si tratáramos de definir qué es lo que hace tan especial al ser humano, podríamos decir que la capacidad creativa; todo aquello que se relaciona con el arte y que quedará como testimonio de la humanidad. La capacidad de observación y análisis, así como la creatividad y la imaginación, han facilitado al hombre la creación de grandes obras que nos inspiran y motivan a expresar nuestro interior, a transformar esos pensamientos que nos atormentan durante la noche o nos llevan a soñar y volar durante el día.

Por eso, a lo largo de los años, algunos artistas han utilizado el pincel como herramienta para volar. Los trazos sobre el papel se convierten en el medio que les permite exteriorizar lo que yace en lo más profundo de su mente y de su corazón.

Para muchos artistas, la pintura se ha convertido en la forma de encontrar algo de paz; especialmente para aquellos grandes genios que no han sido del todo comprendidos y cuyas vidas no han sido estables. Es el caso de Frida Kahlo y Van Gogh, que durante su vida se refugiaron en un lienzo en blanco para ocultar en la pintura sus sufrimientos y males.

A la hora de analizarse a uno mismo, el autorretrato es un gran ejercicio; un ejercicio de análisis profundo que muestra los aspectos positivos de una persona, pero también revela sus lados oscuros, allí donde la luz parece no penetrar. A lo largo del tiempo, el autorretrato ha sido realizado por diversos artistas como ejercicio interior y exterior. He aquí algunos de los autorretratos realizados por grandes artistas.

Leonardo da Vinci
Este autorretrato realizado hacia 1512 es uno de los más famosos de todos los tiempos, además de ser uno de los dibujos más conocidos de Leonardo da Vinci. Está realizado en sanguina y mide 33 cm x 21,3 cm. Aunque nunca llegó a completarse, ya que faltan algunas secciones de la parte superior y otras de la barba, los detalles son muy finos. Además, se puede entender cómo se veía a sí mismo el artista: casi puede compararse con la imagen de un filósofo, que en aquella época era retratado con una larga barba y ojos que revelaban sabiduría bajo unas espesas cejas. La edad de Leonardo (en torno a los 60 años) también queda patente en la obra. Es el único autorretrato del artista y se encuentra en la Biblioteca Real de Turín, Italia.

Leonardo da Vinci

Vincent van Gogh
Si hay un artista que se ha autorretratado muchas veces, ése es Vincent van Gogh: hay 43 autorretratos entre pinturas y dibujos realizados a lo largo de unos 10 años. Como él mismo declaró, buscaba “un parecido más profundo que el obtenido por un fotógrafo”. En este autorretrato de 1889, Van Gogh se representa vestido con una chaqueta y no con su habitual bata de trabajo. Además, todo se centra en su rostro; los ojos están demacrados y debajo aparecen ojeras que revelan una mirada ansiosa y penetrante. A diferencia de los autorretratos realizados en Arles entre 1888 y 1889, este cuadro de 1889 realizado en Saint-Rémy muestra su perfil izquierdo y no el derecho. Este autorretrato, considerado el último del artista, se encuentra en el Museo de Orsay de París.

Vincent Van Gogh

Rembrandt
“Dicen, y yo lo creo de verdad, que es difícil conocerse a uno mismo. Sin embargo, es obvio retratarse a uno mismo. Los retratos de Rembrandt van más allá de la realidad, rozan la revelación”, dijo van Gogh refiriéndose al pintor y al autorretrato. Al igual que Vincent van Gogh, Rembrandt tiene un gran número de autorretratos: un centenar de pinturas y dibujos. Este óleo fue pintado en 1652 y muestra al pintor en posición frontal con las manos en la cadera: muestra confianza y seguridad en sí mismo. El cuadro se conserva en el Kunsthistorisches Museum de Viena.

Rembrandt

Frida Kahlo
Frida Kahlo es uno de los mayores exponentes del arte mexicano. Con más de 200 obras, la pintora mexicana eligió el retrato como forma de expresión de sus sentimientos y penas más profundos. La obra Las dos Fridas fue creada en 1939 y muestra las dificultades de su matrimonio con Diego Rivera. Vestida de tehuana (ndt: nativa de Tehuantepec, México), una Frida representa sus raíces mexicanas, mientras que la otra representa sus raíces europeas. Los corazones de ambas mujeres están unidos por una vena, mientras que la parte europea sangra. Este autorretrato fue la primera obra a gran escala de Kahlo.

Frida Kahlo

Francisco Goya
Goyaasistido por el Dr. Arrieta fue pintado por Goya en 1820. En este cuadro, el artista refleja la enfermedad que padeció en 1819 y que le trató el médico Eugenio García Arrieta. Se aprecia claramente la agonía y la enfermedad del español; detrás de él, el médico le ofrece agua. Al fondo se ven rostros de mujeres que podrían representar a las Parcas. El cuadro muestra también su admiración por la ciencia, característica de la burguesía del siglo XIX. Hoy se encuentra en el Instituto de Arte de Minneapolis.

Francisco Goya

Diego Velázquez
Diego Velázquez fue uno de los máximos exponentes de la pintura barroca española; fue nombrado pintor del rey Felipe IV y dedicó la mayor parte de sus cuadros a la corte. El busto de su autorretrato, realizado hacia 1640, con el de Las Meninas, es el único autorretrato del pintor que se conserva. El cuadro estuvo en el centro de un debate sobre su autenticidad, pero tras su última restauración, en 1986, se llegó a la conclusión de que es un original. Hoy se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Valencia.

Diego Velázquez

Jan van Eyck
Retrato de hombre con turbante es un óleo realizado en 1433 por el pintor flamenco Jan van Eyck. Conserva su marco original y en la parte inferior puede leerse “JOHES DE EYCK ME FECIT ANO MCCCC.33. 21. OCTOBRIS” (“Jan Van Eyck me hizo el 21 de octubre de 1433”). A pesar de lo que pudiera creerse, no lleva turbante, sino una especie de capucha. Esta obra, considerada una de las mejores del artista flamenco, se conserva en la National Gallery de Londres desde 1851.

Jan Van Eyck

Pablo Picasso
El pintor y padre del cubismo fue considerado uno de los artistas más implicados en diferentes movimientos artísticos. Poco antes de cumplir los veinte años, Picasso llegó a París, la ciudad que le inspiró y donde comenzó a integrarse en la vida bohemia. Entre prostitutas y alcohol, moldeó un ambiente melancólico con tonos fantasmagóricos y figuras pálidas. Estamos al principio del “Periodo Azul”: este autorretrato fue una de las primeras obras de este periodo. Pintado en 1901, poco después del suicidio de Carlos Casagemas (ndt: Casagemas era pintor y poeta, amigo de Picasso, que se suicidó por amor durante una estancia de los dos artistas en París en 1901), el cuadro muestra la calma del retratado, la austeridad del trabajo y el estilo bohemio de la época. Se encuentra en el Museo Picasso de París (Francia).

Pablo Picasso

Eugène Delacroix
Autorretrato con chaleco verde es un óleo sobre lienzo pintado en 1837. Se aprecia un buen uso del color por parte del artista francés, así como la calidad del trazo. Delacroix afirmaba que a través de la pintura se establece un puente entre dos almas: la del personaje retratado y la del artista. En este caso se trataría de un análisis del propio Delacroix; una forma de exteriorizar su interioridad.

Eugène Delacroix

Salvador Dalí
Autorretrato cubista realizado por Dalí en 1923. Es un óleo y un collage sobre cartón pegado a madera. Durante la década de 1920, Dalí se adentró en el cubismo, creando grandes obras que muestran esta etapa de su vida. En este autorretrato, el rostro de Dalí se encuentra en el centro del cuadro entre las líneas abstractas que ocupan gran parte de la obra. Se encuentra en el Museo Reina Sofía de España desde 1990.

Salvador Dalí


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