Recorriendo la campiña que rodea Volterra, la mirada es capturada por grandes esculturas de formas geométricas totalmente inmersas en el paisaje: círculos, óvalos, triángulos y líneas destacan solitarios en medio de la tierra verde o yerma, según la estación, integrándose perfectamente en el entorno en el que se sitúan, ya que recogen los colores de la tierra, desde el marrón más claro al gris más oscuro. Un homenaje al entorno y a los orígenes de la mano de uno de los artistas, o mejor dicho, escultores contemporáneos más reconocidos: Mauro Staccioli (Volterra, 1937 - Milán, 2018) que nació y creció en la tierra de Volterra. Debido a este apego a su lugar natal, las esculturas monumentales que se funden bien con el territorio y no son nada invasivas adquieren un aspecto poético, fuertemente ligado a la memoria y a la experienciavital. Y es precisamente la experiencia existencial el hilo conductor de todas estas obras, que trazan un verdadero itinerario entre naturaleza y arte en la zona de Volterra. La poesía de una escultura que está fuera de los espacios museísticos habituales y que sintetiza con formas esenciales todo el amor que un hombre, antes de ser artista, puede sentir hacia los lugares que le han visto nacer, dar sus primeros pasos y crecer es única, también por la atmósfera que se crea alrededor de cada obra: uno está solo frente a estas grandes formas, alrededor está la tierra, las colinas, el paisaje con vastos panoramas sobre los que se pierde la mirada y sobre los que sopla una agradable brisa seca. El itinerario de las esculturas-intervenciones, así se define este tipo de obras en estrecho diálogo con el lugar para el que y en el que se realizan y en estrecho contacto con el espacio circundante, tanto por los colores como por el uso de materiales sencillos, es a menudo un destino para motociclistas (debido al hecho de que es más fácil viajar por donde las carreteras no están asfaltadas), pero también para automovilistas que, deliberada o casualmente, se detienen a lo largo de la carretera estatal para admirar la obra y la vista, procediendo luego en busca de las muchas otras obras diseminadas por la zona.
La intervención medioambiental es el resultado de una exposición en varios lugares de Volterra, titulada Mauro Staccioli. Volterra 1972-2009. Luoghi d’esperienza (Volterra 1972-2009. Lugares de experiencia), que se celebró en 2009, comisariada por el propio artista en colaboración con Andrea Alibrandi y Sergio Borghesi y gracias al apoyo de la Galleria Il Ponte, la Galleria Niccoli de Parma y la Asociación Fotoimmagine de Volterra. Las fechas incluidas en el título hacen referencia a la importante exposición celebrada en Volterra en julio de 1972 comisariada por Enrico Crispolti, Sculture in città, que marcó uno de los episodios fundamentales en la historia del arte público en Italia, así como una etapa fundamental en la actividad artística de Staccioli, donde el escultor tuvo la oportunidad de presentar instalaciones site-specific, creadas específicamente para esa exposición, y su forma de entender la escultura en su ciudad natal. Y en 2009, se repitió la oportunidad de exponer de nuevo en su ciudad natal algunas de las instalaciones presentadas en la exposición de 1972, pero sobre todo de crear un verdadero itinerario a lo largo de los ejes viarios que conducen a Volterra, poniendo de relieve el vínculo entre el hombre, el trabajo y el entorno. Dieciséis esculturas se colocaron tanto en el centro histórico de Volterra como en los alrededores, especialmente en iglesias, o en carreteras y cruces que conducen a la ciudad antigua. Lugares de experiencia", por su parte, se refiere al deseo de expresar plenamente la pertenencia a esos lugares, a esos caminos recorridos quién sabe cuántas veces a lo largo de su existencia. Algunos títulos, como Primi passi (Primeros pasos ) o Al bimbo che non vide crescere il bosco (Al niño que no vio crecer el bosque), son significativos en este sentido, otros simplemente recuerdan las formas geométricas que representan, como Tondo Pieno ( Círculo completo), Cerchio imperfetto (Círculo imperfecto), Piramide (Pirámide), Anello (Anillo), Prismoidi (Prismoide), y otros llevan el nombre del lugar en el que se encuentran, como La Boldria o Corbano. Cerchio imperfetto se situó en el pequeño pueblo natal del artista, Montebradoni, donde vivió hasta su mayoría de edad: el pueblo está encerrado entre la espléndida abadía camaldulense y las murallas etruscas. Un ejemplo de cómo la ubicación de las obras estaba estrechamente ligada a la vida del escultor. Una plaza de lados curvos en yeso rojo que casi funcionaba como una pantalla desde la que mirar al pasado.
Mauro Staccioli, Anello (1997-2005; hormigón y hierro, diámetro 600 cm; Volterra, SR 68, localidad Poggio di San Martino). Tel. Crédito Finestre sull’Arte |
Mauro Staccioli, Primi passi (2009; acero corten, 805 x 1300 x 40 cm; Volterra, localidad de Piancorboli). Fotografía Crédito Sergio Borghesi. Copyright Archivo Studio Mauro Staccioli |
Mauro Staccioli, Portal (2009; acero corten, 1000 x 805 x 55 cm; Volterra, Fattoria di Lischeto). Fotografía Créditos Sergio Borghesi. Copyright Archivo Studio Mauro Staccioli |
Mauro Staccioli, El indicador (2009; acero corten, 1780 x 50 cm; Volterra, SR 68 en Spicchiaiola). Foto Créditos Finestre Sull’Arte |
Mauro Staccioli, El indicador (2009; acero corten, 1780 x 50 cm; Volterra, SR 68 en Spicchiaiola). Foto Créditos Finestre sull’Arte |
Algunas de aquellas dieciséis obras expuestas en la muestra de 2009, una decena, se han convertido en permanentes y constituyen el itinerario conocido hoy como Luoghi d’esperienza (Lugares de experiencia), del título de la exposición homónima. A través de su intervención artístico-ambiental, el artista relata una parte significativa de su existencia e interioridad.
Nacido en Volterra en 1937, Mauro Staccioli se graduó en el Instituto de Arte y se trasladó a Cerdeña en 1960, donde comenzó a impartir clases; tres años más tarde, se trasladó primero a Lodi y después a Milán. Su primera actividad artística está, pues, vinculada a la enseñanza. Al principio experimenta con la pintura y el grabado, pero a partir de finales de los años sesenta comienza a dedicarse a la escultura, con la idea de que ésta esté en estrecha relación con el lugar al que va destinada: son sus esculturas-intervenciones, caracterizadas por laesencialidad de sus formas y eluso de materiales sencillos como el hormigón y el hierro. Las esculturas-intervenciones son en primer lugar las protagonistas de la ya mencionada exposición de 1972, Sculture in città, y posteriormente de la exposición de Volterra ’73 comisariada por Enrico Crispolti y de Lettura di un ambiente, celebrada en Vigevano en 1977. En 1976 y 1978 participó también en la Bienal de Venecia y, a partir de esos años, comenzó a realizar grandes obras en importantes contextos urbanos, como la forma equilibrada en la escalinata de la Galleria d’Arte Moderna e Contemporanea de Roma, el zócalo suspendido en la escalinata de la University Gallery de Amherst en Massachusetts (realizado con motivo de su primera exposición individual en Estados Unidos en 1984), los arcos volcados en la Rotonda della Besana de Milán, en el Centro de Arte Contemporáneo Luigi Pecci de Prato y en el Parque Olímpico de Seúl. En los años 90, el artista creó nuevas formas geométricas: anillos que realzan el paisaje en el Principado de Andorra y Múnich, redondeles en Milán y Bérgamo, esferas casi metafísicas en Cerdeña, el Equilibrio suspendido en el Rond Point de l’Europe de Bruselas. Muchas exposiciones individuales e instalaciones tanto en Italia como en el extranjero siguieron hasta su muerte en Milán en enero de 2018, incluida la famosa exposición generalizada de 2009 en Volterra, Mauro Staccioli. Cerchio imperfetto comisariada por Alberto Fiz en el Parque Arqueológico Scolacium y en el MARCA de Catanzaro en 2011, Mauro Staccioli. Forme perdute en la Galleria Invernizzi de Milán en 2012, año en el que también se publicó el catálogo de sus obras concretas de la década de 1970, dando relevancia a los primeros quince años de actividad artística de Staccioli, y en 2014 el Chacirc;teau de Seneffe de Bélgica le dedicó una gran exposición.
Primi passi (Primeros pasos ) es una gran elipse de acero corten en Piancorboli, a través de la cual, como una especie de telescopio en perspectiva, se ve una granja abandonada que no es otra que la casa de sus abuelos maternos, donde Staccioli dio sus primeros pasos y se acercó por primera vez a la tradición agrícola toscana. Desde el lugar donde se encuentra la famosa escultura, se puede disfrutar de un sugestivo panorama que se extiende desde Montebradoni (donde vivió su infancia y juventud) hasta las Balze, la iglesia de San Giusto y Volterra. En diálogo con Primi passi se encuentra el Portale, un gran arco triangular situado a lo largo del camino de entrada a la Fattoria di Lischeto, a través del cual es posible vislumbrar a lo lejos la elipse de Piancorboli. Las dos esculturas trazan el recorrido habitual de los campesinos desde la granja de Persignano hasta la finca donde se recogía la cosecha.
Mauro Staccioli, Al bimbo che non vide crescere il bosco (2009; cinco elementos, cobre, latón, acero inoxidable, aluminio, acero corten, 1530 x 25 cm cada uno; Volterra, SR 68, bivio per Mazzolla). Foto Crédito Finestre Sull’Arte |
Mauro Staccioli, Al bimbo che non vide crescere il bosco (2009; cinco elementos, cobre, latón, acero inoxidable, aluminio, acero corten, 1530 x 25 cm c/u; Volterra, SR 68, bivio per Mazzolla). Foto Crédito Finestre Sull’Arte |
Mauro Staccioli, Homenaje a Giovan Paolo Rossetti (2009; yeso rojo, 580 x 525 x 28 cm; Volterra, iglesia de San Dalmazio). Foto Crédito Sergio Borghesi. Copyright Archivo Studio Mauro Staccioli |
Mauro Staccioli, Corbano (2009; yeso rojo, 320 x 219 x 6 cm; Volterra, iglesia de Santa Lucia a Corbano). Fotografía Crédito Sergio Borghesi. Copyright Mauro Staccioli Archivo Estudio |
Mauro Staccioli, La Boldria (2009; hormigón y hierro, 600 x 60 cm; Volterra, SR 68, localidad La Boldria). Foto Créditos Finestre Sull’Arte |
Mauro Staccioli, La Boldria (2009; hormigón y hierro, 600 x 60 cm; Volterra, SR 68, localidad La Boldria). Ph. Crédito Finestre sull’Arte |
Mauro Staccioli, Tondo pieno (2009; hormigón y hierro, 600 x 60 cm; Volterra, SR 68, localidad La Mestola). Fotografía Crédito Sergio Borghesi. Copyright Archivo Studio Mauro Staccioli |
Un largo poste del mismo material que los anteriores se alza en la localidad de Spicchiaiola: la obra se conoce como El Indicador, porque marca el punto fronterizo entre la provincia de Pisa y la de Siena. Un punto de paso e intercambio que favorece las relaciones con el mundo y con el otro. En la encrucijada para Mazzolla , cinco postes de diferentes tonalidades (marrón oscuro y claro, amarillo, blanco y gris) se elevan del suelo, haciéndose eco de los colores del entorno: es la escultura Al bimbo che non vide crescere il bosco, realizada en cinco materiales diferentes (latón, cobre, acero inoxidable, aluminio, acero corten), que pretenden evocar los árboles del cercano bosque Berignone-Tatti. Un homenaje a este último y una metáfora del crecimiento y la vida, recordando una muerte prematura. En el Poggio di San Martino, elanillo de hormigón y hierro del característico color rojo óxido se sumerge completamente en las colinas de Volterra: una invitación a contemplar a través de este marco-pantalla redondeado el panorama que encierra. Es sin duda la obra más famosa del itinerario Lugares de Experiencia.
A lo largo de la carretera hacia Cecina, encontramos el Tondo pieno en La Mestola y La Boldria en la localidad del mismo nombre: ambos realizados en cemento y hierro, los dos tondi (uno lleno y el otro abierto) se encuentran en el tramo de carretera que lleva de Volterra a la aldea de Saline. Una carretera que desde antiguo era transitada por los habitantes de Volterra que extraían sal de los yacimientos naturales de esta zona.
Por último, colocadas en dos iglesias se encuentran dos esculturas de forma triangular:Homenaje a Giovan Paolo Rossetti en la iglesia de San Dalmazio de Volterra y Corbano en la iglesia de Santa Lucía de Corbano. La primera, un triángulo con el vértice apuntando hacia abajo, es un símbolo místico-religioso que, ocultando las decoraciones ornamentales, pretende resaltar la obra del siglo XVI de Giovan Paolo Rossetti (Volterra, 1519 - 1586), pintor y alumno de Daniele da Volterra (Volterra, 1509 - Roma, 1566); la segunda, un triángulo de nuevo con el vértice apuntando hacia abajo, colocado en los restos de una iglesia prerrománica destinada a desaparecer: una intervención artística con la que Staccioli quería subrayar las consecuencias del tiempo y del abandono.
Luoghi d’esperienza (Lugares de experiencia ) es, por tanto, un museo al aire libre que da pleno testimonio de lo que la escultura significaba para Staccioli: intervenciones monumentales insertadas en un contexto paisajístico, sin transformarlo, sino subrayando la estrecha relación entre ambos.
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