“Pensamos en una lámpara que proyectara luz sobre la mesa: ya había algunas, pero había que rodearla. Para que dejara espacio alrededor de la mesa, la base tenía que estar al menos a dos metros de distancia”. Así explicaba en 1970 el gran diseñador Achille Castiglioni (Milán, 1918 - 2002) las razones que llevaron al nacimiento de Arco, su lámpara, diseñada en 1962 junto a su hermano Pier Giacomo Castiglioni ( Milán, 1913 - 1968), que ha pasado a formar parte de la historia del diseño.
Se trata de una lámpara colgante caracterizada por una forma sencilla y curva, inspirada en la de una farola, con una gran base de mármol (concretamente mármol de Carrara), de 65 kilogramos, que la mantiene estable, y un arco metálico que soporta la pantalla de acero (o la "cúpula", como la denomina la Fundación Castiglioni). La base está perforada en el centro para soportar el vástago vertical en el que se inserta el arco: éste está formado por tres secciones de perfil de acero, dispuestas una dentro de otra, que permiten regular la altura y la inclinación de la lámpara, de modo que el usuario pueda ajustar la iluminación a sus necesidades. La base es grande y pesada para ayudar a la lámpara a mantenerse erguida. La razón de elegir el mármol como material para sostener la estructura la explicó el propio Castiglioni, en la entrevista para la revista Ottagono: “estaba el problema del contrapeso: necesitábamos una masa pesada para sostenerlo todo. Primero pensamos en el hormigón, pero luego elegimos el mármol porque con el mismo peso nos permitía una huella más pequeña y, por tanto, en relación con un mayor acabado, un coste menor”. La pantalla también es de acero y está diseñada para difundir la luz uniformemente. Al igual que el vástago y el arco, la pantalla también es ajustable, lo que permite al usuario cambiar el ángulo de la luz. La lámpara Arco utiliza una bombilla halógena que proporciona una luz cálida y acogedora.
La lámpara Arco fue producida por primera vez por Flos, una empresa italiana de iluminación fundada también en 1962, que sigue fabricándola y comercializándola en la actualidad. Se ha convertido en una pieza icónica del diseño italiano del siglo XX y en un clásico intemporal, ya que se ha producido ininterrumpidamente durante más de sesenta años. Hay varias razones por las que Arco ha entrado en el imaginario común: es, en primer lugar, un ejemplo de diseño estéticamente atractivo (a pesar de la declaración de Castiglioni de que "en el Arco nada es decorativo: incluso los bordes achaflanados de la base tienen una función, la de no chocar entre sí; incluso el agujero no es una fantasía, sino que está ahí para permitir que la base se levante más fácilmente"), caracterizado por la calidad de los materiales y la precisión de la mano de obra, que le han permitido mantener una imagen icónica y duradera.
Además, la lámpara Arco siempre ha sido apreciada por su funcionalidad: está especialmente diseñada para ser regulable en altura e inclinación, de modo que el usuario pueda ajustar la iluminación a sus necesidades, lo que la hace versátil y adecuada para una gran variedad de entornos. Una vez más, su longevidad ha contribuido al éxito de la lámpara: su producción continuada durante décadas sin sufrir nunca ningún cambio es testimonio de su aprecio y aceptación a lo largo del tiempo. Únicamente se ha modificado el sistema eléctrico por motivos de cumplimiento de las normativas que han cambiado con los años (el último cambio en este sentido, para el 50 cumpleaños de Arco en 2012, es la introducción de una versión LED). Además, para el 60º aniversario, en 2022, se introdujo una nueva versión, Arco K, en edición limitada (sólo se fabricaron 2022 piezas), con una base de cristal sin plomo en lugar de la de mármol: los conservadores de diseño de Flos Fabio Calvi y Paolo Brambilla explicaron que Achille y Pier Giacomo Castiglioni habían elegido el mármol no porque fuera un material precioso, sino porque era un material fuerte y pesado, y en aquel momento no se podía utilizar cristal sin plomo. Por tanto, la empresa consideró que podía rendir homenaje a los dos diseñadores sin alterar el alma del proyecto. Y entonces, explica la arquitecta Silvana Annicchiarico en su libro 100 oggetti del design italiano, “junto a la gran lección de estilización formal, la libertad de articulación espacial del mobiliario constituye la razón principal del éxito de esta lámpara de pie de luz directa, que libera la ubicación de la mesa, ya sea de comedor o de trabajo, de la posición predeterminada del punto de luz del techo”.
A pesar del paso del tiempo, la popularidad de Arco no ha decaído, lo que demuestra su capacidad para desempeñar el papel de un clásico del diseño. A su éxito también ha contribuido probablemente el hecho de que fuera producida por uno de los diseñadores italianos más influyentes del siglo XX (Achille Castiglioni, junto con su hermano Pier Giacomo, creó algunos de los iconos del diseño italiano más importantes de la historia). Por último, es un producto que ha recibido numerosos premios y galardones, entre ellos el Compasso d’ Oro en 1979, uno de los premios más prestigiosos del diseño italiano.
Como resultado de su condición de icono del diseño italiano del siglo XX, la lámpara Arco ha sido copiada o reproducida a menudo por otros fabricantes. En algunos casos, estas copias resultaron ser muy similares al original, mientras que en otros se trataba de productos con modificaciones llamativas. El plagio de Arco, sin embargo, tiene una larga historia, que probablemente comenzó ya con su primera producción en la década de 1960. En general, estas reproducciones no utilizan los mismos materiales y técnicas de producción que la versión original, y no son reconocidas como válidas por la comunidad del diseño. Flos, la empresa que produjo la lámpara original y sigue produciéndola, también ha emprendido acciones legales contra algunos productores de reproducciones para proteger sus derechos. En algunos casos, las acciones legales han conseguido que se retiren las copias del mercado, pero sigue habiendo muchas copias disponibles en el mercado. En general, no se recomienda comprar una reproducción no autorizada, ya que no suele estar hecha con el mismo nivel de calidad y atención al detalle que la versión original, por lo que no es una buena inversión. Fue durante una de estas acciones judiciales cuando se reconoció el valor artístico de la lámpara Arco: una sentencia del Tribunal de Milán de 2006 afirmaba que la obra de Achille y Pier Giacomo Castiglioni se considera “expresión de esa búsqueda de estilo de posguerra marcada por la esencialidad y el rigor formal”, por el “dinamismo de su diseño esencial, por la perfecta armonía de las relaciones de líneas, formas y volúmenes, por su concepción absolutamente innovadora respecto a la de la lámpara clásica”. Razones que llevaron al tribunal a considerar que Arco era la “manifestación de una investigación específica y de una intuición expresiva, independientemente justificada con respecto al uso práctico, capaz de ejercer una influencia particular en el plano perceptivo”.
En la actualidad, la lámpara Arco de Achille Castiglioni sigue siendo producida y comercializada por Flos, que adquirió los derechos de producción del diseño original. Flos vende la lámpara Arco a través de distribuidores autorizados en todo el mundo. Si está interesado en comprar una lámpara Arco, puede buscar distribuidores de Flos en su zona a través del sitio web de la empresa. Normalmente, estos distribuidores son tiendas especializadas en iluminación o tiendas de diseño. En algunos países también hay distribuidores autorizados en línea que venden la lámpara Arco. Por supuesto, también puede encontrar Arco en algunos sitios de venta en línea como Amazon o eBay, pero en este caso es importante tener cuidado con los vendedores, porque puede haber copias no autorizadas o de dudosa procedencia. En general, siempre es mejor comprar en distribuidores autorizados para estar seguro de la autenticidad del producto y porque tienes la garantía del fabricante. Y así podrá poner en su casa un pedazo de la historia del diseño italiano, presente también en varios museos, empezando por el de la Trienal de Milán. Un objeto que, en cierto modo, se ha considerado un producto deexpresión artística. Y que, por tanto, puede compararse por derecho propio a unaobra de arte.
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