En su obra Le surréalisme et la peinture, André Bre ton ofreció el relato más directo y vívido del nacimiento del juego del Cadavre exquis, es decir, el “juego sobre papel doblado que consiste en hacer que varias personas compongan una frase o un dibujo, sin que ninguna de ellas pueda tener en cuenta la(s) colaboración(es) anterior(es)”, según lo definió el propio Breton en su Dictionnaire abrégé du surréalisme, compilado junto con Paul Éluard en 1938. Se dice que el juego se inventó hacia 1925 y Breton lo atribuye a Jacques Prévert, Yves Tanguy y Marcel Duhamel, a quienes se les ocurrió para reavivar conversaciones destinadas a extinguirse. Uno coge una hoja de papel, la dobla, escribe una palabra en ella y se la pasa a su compañero, que sólo puede ver la aportación del que le precede, pero no todo lo escrito anteriormente. Al parecer, la primera frase que salió del juego fue la ya famosa “Le cadavre exquis boira le vin nouveau” (“El cadáver exquisito beberá el vino nuevo”). Para Breton, el Cadavre exquis era un “medio infalible” para dar rienda suelta a la actividad del espíritu, liberado de ataduras y convenciones de todo tipo. Una asociación espontánea de elementos, provocada por el poder evocador de las palabras y las imágenes, en la línea de las investigaciones surrealistas sobre eseautomatismo psíquico que se suponía expresaba el funcionamiento del pensamiento.
A estas experiencias se refiere Michele Chiossi (Lucca, 1970) cuando me presenta su última obra, que ha llevado a una exposición en Carrara, en el Palazzo Binelli. Se trata de una gran escultura, de más de dos metros de altura, compuesta por los más variados elementos. La tituló Marble Exquise, me explica, precisamente basándose en la idea surrealista de la yuxtaposición de materiales muy distantes y diferentes. Y aquí tenemos mármol, madera, viento, encaje. Sobre el mármol y la madera, no hay muchas preguntas: Michele Chiossi es escultor, y para esta obra ha utilizado dos materiales con una tradición milenaria. Más curioso, sin embargo, es de dónde sacó la idea de crear este mueble introducido por dos cortinas de encaje movidas suavemente por una brisa alimentada por unos ventiladores ocultos. El artista está fascinado por el material, y con cierta deferencia pretende evocar los lugares de donde procede el mármol: las canteras de los Alpes Apuane, a menudo barridas por el viento que se levanta a gran altura. Pero el juego de Cadavre exquis continúa. El automatismo psíquico surrealista debió de traer a la mente de Michele Chiossi las escenas iniciales de El leopardo, de Luchino Visconti: “me vino a la mente la escena de la oración en Donnafugata tras las ventanas del palacio”, me dice, “las ventanas están abiertas, hay viento, el viento mueve el encaje decimonónico de las cortinas”. Y también supuso mucha investigación, porque Michele Chiossi también se marcó el objetivo de ser filológicamente irreprochable: "Fui a buscar encajes de Calais de principios del siglo XIX. Luego tomé baños de color para crear colores lo más parecidos posible a los originales. Y con el viento moviéndolos, intenté realmente evocar la secuencia del Leopardo". En el lateral, se puede ver el título de la obra estampado en la madera, en caracteres que recuerdan las marcas utilizadas en la industria alimentaria. Es una especie de vínculo con las tradiciones de nuestro país. "Me gustó darle este carácter de marca de fuego. Cuando empecé a trabajar en los años 90 en Nueva York, empecé a reinterpretar nuestra cultura a través de la comida. Quería volver a conectar con esa experiencia, pensé en las letras del queso parmesano, y así creé estas quemaduras con un brûleur de cocina".
Michele Chiossi, Marble Exquise (2017; mármol Breccia Capraia, madera, acero, abanicos y encaje, 220 x 140 x 60 cm). Ph. Crédito Ventanas al arte |
Una fotografía de la secuencia de apertura de El leopardo |
En el texto crítico que acompaña a la exposición de Carrara en el Palazzo Binelli(Carrara Subabstraction el título, organizada por Nicola Ricci Contemporary Art), el crítico Marco Bazzini señala cómo Marble Exquise también está impregnada de esa doble abstracción que caracteriza a todas las obras expuestas. El primer nivel es el de la cortina, que con su trama constituye unaabstracción geométrica. Y luego está el mármol, con su veteado que da lugar a unaabstracción "orgánica". Una abstracción que lleva a nuestra imaginación a ver, en esas vetas, todo lo que nuestra imaginación nos sugiere: nubes, paisajes, personajes, historias, mapas. Es de nuevo nuestro inconsciente el que impulsa la experiencia y hace de la abstracción algo extremadamente subjetivo. Una doble abstracción que puede tener varios significados: puede ser una forma de ofrecer al observador una clave, incluso bastante irónica, para mirar elarte abstracto de todas las épocas con una mirada diferente y renovada. Se puede vislumbrar la idea, de gusto más bien nuevo realista, de insertar una especie de puerta a través de la cual proporcionar un acicate a la imaginación del observador para que imagine sus propios paisajes de mármol. Puede ser una forma de abrir ventanas mentales pero también físicas, con un efecto acentuado por la presencia concreta y recurrente de las cortinas y las verjas. Es una búsqueda muy lírica y poética que revela una gran sensibilidad. “Mis colegas pintores”, prosigue Michele Chiossi, “siempre me han dicho que para ellos el cuadro es siempre una ventana que puede convertirse también en un espacio en la pared. Y este espacio abre ventanas a través de las cuales observar un mundo hecho de todo lo que se puede ver e interpretar”.
Todas las obras de la serie Subabstracción no son más que finas losas de mármol de diez centímetros de grosor envueltas en este encaje con un dibujo geométrico regular. Uno de los rasgos típicos del arte de Michele Chiossi (él acostumbra a llamarlo su “marca de fábrica”) es la línea en zigzag que rompe los contornos de sus figuras y está cargada de significados simbólicos que remiten a la investigación artística, a la práctica creativa, a la coexistencia de lo antiguo y lo contemporáneo y a la variedad multiforme de nuestras existencias. En estas obras, la línea en zigzag adquiere el aspecto de un homenaje, porque el motivo de todas las últimas obras de Michele Chiossi no es otro que la retícula que el gran Carlo Scarpa diseñó en 1963 para las puertas de agua de la Fondazione Querini Stampalia de Venecia. El arquitecto recibió el encargo de reformar las salas de la planta baja del antiguo palacio que albergaba la sede de la Fundación, que sufría frecuentes daños por la crecida del agua. Carlo Scarpa optó por un diseño que, en lugar de impedir que el agua entrara en el edificio, permitiera que ésta fluyera a través de una serie de mamparas que la canalizarían hacia una cuenca situada en el jardín de la parte trasera del edificio. Y para las puertas de agua, es decir, las que dan directamente al canal, imaginó grandes compuertas dentro de las cuales repetir el motivo geométrico. Para Michele Chiossi, se trataba de un homenaje especialmente acorde con su manera de hacer arte: sus líneas concuerdan plenamente con las líneas quebradas utilizadas a menudo por Carlo Scarpa. La puerta de agua se traslada así al mármol, especialmente elegido por sus vetas, así como por sus colores, que se acentúan con los colores del encaje.
Michele Chiossi, Subabstracción - Blanco (2017; mármol Piana Arabescato, encaje y resina, 100 x 70 x 10 cm). Ph. Crédito Camilla Santini |
Michele Chiossi, Subabstracción - Rojo (2017; mármol Rouge Languedoc, encaje y resina, 100 x 70 x 10 cm). Ph. Crédito Camilla Santini |
Michele Chiossi, Subabstracción - Verde (2017; mármol Guatemala Green, encaje y resina, 100 x 70 x 10 cm). Ph. Crédito Camilla Santini |
El motivo geométrico |
Carlo Scarpa, Puertas de agua en la Fondazione Querini Stampalia (1963) en 2014 con motivo de la exposición sobre Carlo Scarpa. Crédito de la foto |
“No quería analizar el mármol desde un punto de vista escultórico”, elabora el artista, “sino que quería observar el alma del mármol, su naturaleza más íntima, y quería detectarla”. Me muestra un díptico compuesto por dos cuadrados de mármol de cuarenta centímetros de lado, uno de color malva y otro de color salvia. “Aquí quise hacer aún más evidente el color del mármol que se ve a través de la trama del encaje, y para ello utilicé baños de color especiales, que yo mismo elegí, para acentuar ciertos efectos del veteado, así como el color del material”. Y luego están los dibujos, en los que también se repite la idea de la superposición: el motivo de la cuadrícula escarpada, realizado en oro y plata sobre hojas de papel vegetal, se superpone a fotografías de mármoles también muy veteados. El efecto que se consigue es similar al de las esculturas.
A continuación, Michele Chiossi llama mi atención sobre una última obra, una especie de cubo de mármol descomponible, compuesto de varios niveles, que simboliza el trabajo del artista, como una alegoría de los diferentes niveles de interpretación que se pueden dar a una obra, pero también de las distintas etapas técnicas de elaboración del material. La llamó Portego Policromo y es, por tanto, una escultura que, incluso en su título, rinde homenaje a Carlo Scarpa. El “portego” que el artista tiene en mente es el de la Fondazione Querini Stampalia, al que se accede a través de las puertas antes mencionadas. Y el motivo es de nuevo el de la cuadrícula de Carlo Scarpa. Hay seis niveles superpuestos, todos de materiales diferentes: hay un mármol estatuario, un Rosso Levanto, un Rouge Languedoc, un Portoro, un Verde Guatemala, y también hay un nivel de alabastro blanco. Toma uno en la mano y lo pone delante de sus ojos: "esta escultura es una pequeña arquitectura para mostrar un mundo a través de la cuadrícula de Carlo Scarpa. También veo en ella una interpretación contemporánea de esearte total característico de la cultura barroca". Michele Chiossi se planteó el problema de ser también pintor y arquitecto. Para él, los mármoles de la serie Subabstracción son cuadros en sí mismos. El motivo de la ornamentación es de ascendencia arquitectónica, tanto que se convierte en arquitectura en sí mismo en el Portego Policromo. Y la consecución tan coherente de tal unidad, capaz de anular las distancias con cierto grado de espontaneidad, no es sino una de las pistas que revelan toda la cultura e inteligencia de uno de los escultores italianos más talentosos y actuales del panorama contemporáneo.
Michele Chiossi, Subabstracción - Malva (2016; mármol Breccia Capraia, encaje y resina, 40 x 40 x 4 cm) y Subabstracción - Salvia (2016; mármol arabesco, encaje y resina, 40 x 40 x 4 cm). |
Michele Chiossi, Portego Policromo (2017; mármol estatuario de Carrara, mármol Rosso Levanto, mármol rouge Languedoc, mármol Portoro Extra, mármol Verde Guatelama, alabastro, 18 x 19 x 12 cm). Foto Crédito Nicola Ricci Contemporary Art |
Michele Chiossi muestra el Portego Policromo. Foto Créditos Nicola Ricci Contemporary Art |
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.