El Cantón del Tesino estuvo entre las vanguardias del siglo XX. ¿Hay que reescribir la historia del arte abstracto?


A principios del siglo XX, el insospechado cantón del Tesino era uno de los lugares de la vanguardia artística, a la altura de París, Zúrich y Nueva York. ¿Hay que reescribir la historia del arte abstracto? He aquí lo que ocurrió en aquellos años en este rincón de Suiza.

Aparentemente fuera de los caminos trillados, hay lugares que más que otros, debido a una estrecha coyuntura de acontecimientos, encarnan plenamente el “espíritu de la época”: en alemán, Zeitgeist es una palabra sublime que resume los valores y el espíritu que informan una época. Lugares que acogen y dan lugar a ideas revolucionarias, que reúnen en su seno a personajes “inclasificables”, entre disidentes y outsiders, pero también a mujeres extraordinarias. Son lugares, éstos, donde surgen experiencias inicialmente excepcionales que con el tiempo se convierten en habituales, en hábitos. A veces, donde mejor puede manifestarse y expresarse el Zeitgeist es en lugares que durante años, y por más de un motivo, trazaron un rumbo inédito o marcaron un cambio de rumbo. Uno de esos lugares, cuyos acontecimientos entre los siglos XIX y XX están, como veremos, por reescribir, es el cantón del Tesino.

La región más meridional de Suiza, el cantón donde se habla italiano, por el número y la naturaleza de los acontecimientos que aquí tuvieron lugar, fue el lugar donde el escritor consideró cuestionar ciertas certezas e informaciones consideradas válidas hasta hace poco. Es necesario revisar la historia de Suiza en aquellos años. Y quizás, también la delarte abstracto.

Que la ciudad de Ascona, a orillas del lago Mayor, constituía un ingenioso laboratorio de ideas era ya en parte conocido. Lo que se desprende del avance de los estudios (y, en consecuencia, surge una imagen más clara) es que Ascona representó el incunable de una nueva vanguardia en los campos del arte, la filosofía, la religión y el estudio de la mente: en una palabra, una neovanguardia cultural, además en años difíciles como los vividos antes y durante las dos guerras mundiales.

Si hasta ahora, por tanto, hemos hablado del sur como punto de partida del asunto Monte Verità (una realidad que, en un proceso bastante rápido, primero se estableció como colonia vegetariana y luego se transformó en un invernadero internacional de artistas y estudiosos), ahora la búsqueda sólo puede invertir toda la zona en torno a esa gran experiencia excepcional, cuyo año de bautismo hay que remontar a 1889.

En ese año, la zona de Monte Verità fue adquirida por el presidente de la Logia Teosófica de Milán, Alfredo Pioda, que quería convertirla en un monasterio laico, “Fraternitas”, pero poco después, a principios del siglo XX poco después, a principios del siglo XX, gracias a Ida Hofmann y Henri Oedenkoven, Lotte Hattemer, Ferdinand Brune y el excéntrico anarquista (más tarde capturado, internado y puesto bajo tutela1) Karl Gräser (que, por haber vivido en una cueva, inspiró la novela Siddhartha de Herman Hesse), Monte Veritàpara contrarrestar el capitalismo imperante y la rápida industrialización, se convirtió en punto de encuentro de una colonia “vegetabliana”, una comunidad totalmente insólita que experimentaba y permitía a sus miembros vivir en total libertad (al aire libre y en cabañas “iluminadas por el aire”), más allá de toda restricción política, religiosa o “moral”, practicando el nudismo y el amor libre.

También aquí, en 1913, llegó Rudolf von Laban, que "en la estela de las ideas generalizadas de la ’síntesis de las artes’ (Gesamtkunstwerk)"2, anticipándose así a la misma experiencia que la primera Bauhaus de Gropius en 1919, creó aquí su escuela de danza, que más tarde atraería también el interés de IsadoraDuncan. En 1925, fue el turno de artistas como Sophie Tauber y MargueriteHagenbach con Hans Arp. La fundación que lleva su nombre aún se encuentra en esta zona, incluye las famosas “nubes” y en el jardín se ven las obras biomórficas de Arp Femme paysage y Fruit de la lune. El entorno es frecuentado por Moholy-Nagy, y cabe destacar que a Marguerite también se le atribuye un papel nada desdeñable en la entrada del arte abstracto en Suiza.

Vista de Ascona. Foto Crédito Suiza Turismo
Vista de Ascona. Foto Crédito Suiza Turismo


La colonia Monte Verità de Ascona
La colonia Monte Verità en Ascona


El pueblo de Monte Verità, hoy ruta museística. Foto Crédito Suiza Turismo
El pueblo de Monte Verità, hoy ruta museística. Foto Crédito Suiza Turismo


Elisabeth Wiegmann, Sophie Taeuber y Jean Arp en Ascona en 1925
Elisabeth Wiegmann, Sophie Taeuber y Jean Arp en Ascona en 1925


Casa de Hans Arp en Ronco dei Fiori
La casa de Hans Arp en Ronco dei Fiori. Foto Créditos Roberto Pellegrini


Arp con la obra Fruit de la lune en la casa de Ronco dei Fiori
Arp con la obra Fruit de la l une en la casa de Ronco dei Fiori

El annusmirabilis del Monte Verità es 1926, por la compra de la zona por el barón Eduard von der Heydt y su esposa Vera, y por lo que surgirá de este episodio. A partir de ese año, el Tesino representará la punta del iceberg de un mundo submarino, convirtiéndose en destino turístico para viajeros de toda Europa, pero ante todo se abrirá al futuro, cuando acoja las extravagantes ideas y “obsesiones” curatoriales de HaraldSzeemann, una figura “caótica y ordenada” (Soldini) de la escena del arte contemporáneo, activo en Ascona hasta los años ochenta.

La del Tesino es una larga y fascinante parábola que, a partir de 1933, acogió también otra extraordinaria iniciativa cultural: a pesar del complejo clima político y de los escasos medios disponibles3, la fundación Eranos inició aquí sus actividades, una oportunidad para el diálogo interdisciplinar, que en aquellos difíciles años fue un fenómeno pionero en Europa. La presencia de CarlGustavJung, que llegó aquí en 1938 y permaneció hasta 1946, enriqueció y animó los encuentros, porque sus estudios, que desvelaban la existencia del "inconsciente colectivo y que exploraban el reino de los mitos, los símbolos y las imágenes de una humanidad arcaica, repercutieron en el mundo cultural mundial y también en la obra de un artista que llegó a Ascona en 1954, Luigi Pericle.

Personaje poco común, artista polifacético, Pericles es un “philosophe” del siglo XX, que salió a la luz hace dos años, en 2018, gracias a la compra de su casa por Andrea y Greta Biasca-Caroni. Sabemos con certeza, por los documentos que han llegado hasta nosotros y que se conservan en los Archivos, que Pericles vivió en el Tesino durante esa fase histórica en la que las certezas del saber y de la ciencia estaban siendo en parte socavadas y sometidas al escrutinio de nuevos estudios. El Tesino estaba en plena ebullición: cuando Pericles llegó allí, no sólo encontró su justa dimensión, sino que, a la luz de los acontecimientos que tuvieron lugar en aquellos años y que estos estudios ponen de relieve, su pintura, de figurativa, evolucionó en un sentido más abstracto-informal con un lenguaje hecho de símbolos, trazando los términos y las premisas de aquel “mundo imaginario inexplorado” que, a pocos kilómetros de Ascona, Jung estaba desvelando.

Las energías que esta tierra desencadenó, las instancias innovadoras que supo injertar, fueron múltiples y es legítimo incluir en la economía de este discurso también el nombre de Mikalojus Konstantinas Čiurlionis, un pintor que, como demostró una exposición celebrada hace unos años en el Palazzo Reale de Milán, anticipó y anticipó el arte abstracto. El artista lituano lo introdujo como ruptura en el círculo de las ideas mucho antes que la primera acuarela abstracta (1910) de VasilyKandinsky, de la que ha derivado hasta ahora. La pintura de Čiurlionis ya era conocida antes de esa fecha, pues había participado en exposiciones muy importantes, como las de Moscú en 1911-12, San Petersburgo y Londres en 19124.

Es notable, sin embargo, cómo esta misma expresión artística, paradójicamente en los mismos años, no fue el camino preferido de la pintora rusa (activa en Ascona) MariannevonWerefkin, ya que, a diferencia de su compañero, también artista, Alexej von J.también artista, Alexej vonJawlensky, era considerado por ella demasiado elitista y no accesible a todos, y ello a pesar de que ella misma invitó a Čiurlionis a Ascona y contribuyó a la difusión del arte abstracto en el Tesino antes de que Kandinsky asumiera el papel de portavoz.

Reunión del grupo Eranos
Una reunión del grupo Eranos


Luigi Pericle con su esposa Orsolina en el Ferrari del artista
Luigi Pericle con su esposa Orsolina en el Ferrari del artista


Alexej von Jawlensky, Retrato de Marianne Werefkin (c. 1905; óleo sobre cartón, 71 x 45 cm; Ascona, Colección del Ayuntamiento de Ascona, Museo Municipal de Arte Moderno)
Alexej von Jawlensky, Retrato de Marianne Werefkin (c. 1905; óleo sobre cartón, 71 x 45 cm; Ascona, Colección Municipal, Museo Comunale d’Arte Moderna)

Demostrando que en Suiza nada se daba por sentado, y ninguna verdad absoluta o novedad se aceptaba sin cuestionar, Werefkin no se dejaba encantar por esta vanguardia artística, ni siquiera por las más actuales que se habían originado en Suiza o llegaban de fuera. Había que recalibrar todos los temas, incluso en el ámbito religioso y en los de la ciencia, la mente o el arte. Tanto es así que incluso Pericles entró en la discusión sobre la abstracción a través del vademécum Instrucciones para la práctica - para tratar con el pintor L.P., que escribió, y que acompañaba a un recorrido por sus obras, donde el artista afirma: “Todo gran arte es abstracto. El hecho de que los profanos no puedan ver la abstracción en el color, la forma y la estructura de la pintura figurativa no invalida esta suposición”.

Sin embargo, hay otro punto que conviene señalar: si es cierto que hay que reconsiderar la veracidad de cada dato conocido y que cada manifestación antigua o inédita es algo sobre lo que hay que preguntarse, queda por aclarar a qué factores en particular puede atribuirse esta “ambiciosa” forma de trabajar. Es necesario mirar a un horizonte más amplio y preguntarse si el territorio suizo, que durante los años más sangrientos de la historia mundial optó por una opción política diferente a la de las demás naciones, encuentra en su carácter “neutral” la razón del desarrollo de tal convergencia de acontecimientos y experiencias significativas. ¿Es una hipótesis plausible que este factor desempeñara un papel tan decisivo en el desarrollo de tal riqueza cultural?

Y, sobre todo, ¿qué impacto tuvo la evidencia de que el Tesino fue el lugar donde se firmaron los acuerdos Ascona-Locarno el 16 de octubre de 1925 y donde se bautizó la Operación Amanecer (precisamente en Via Signore in Croce, cerca de los Archivos y junto a la colina del Monte Verità)?

Si se trataba de un punto de encuentro estratégico (para que "psicólogos profundos, orientalistas y etnólogos interesados en la historia de las religiones se reunieran y colaboraran"5), ¿cómo han podido estos sujetos, que, como’5) ¿cómo afectaron a su historia artística estos temas que, como es bien sabido, implican el encuentro y la confrontación con un mundo desconocido, ajeno e incluso “peligroso” que podría amenazar el equilibrio espiritual del Occidente moderno?

Y de nuevo: ¿cómo afectaron estos elementos al hecho de que el equilibrio político, en convergencia con el estallido de las dos guerras mundiales, fuera imposible de mantener? No sólo las guerras y la devastación que conllevaron, sino que ante la publicación de los descubrimientos de Sigmund Freud, que en aquellos años se abrieron aún más a los mundos sumergidos del inconsciente, consecuencias como la pérdida de sentido y el desconcierto de las conciencias fueron probablemente inevitables.

Luigi Pericle, Matri Dei d.d. (1978; técnica mixta sobre masonita, 42 x 30 cm)
Luigi Pericle, Matri Dei d.d. (1978; técnica mixta sobre masonita, 42 x 30 cm)


Luigi Pericle, Matri Dei d.d. (1963; tinta sobre papel de seda pulverizado, 42 x 60 cm)
Luigi Pericle, Matri Dei d.d. (1963; tinta china sobre papel de seda pulverizado, 42 x 60 cm)


Luigi Pericle, La marcha del tiempo X (1963; técnica mixta sobre lienzo, 51 x 65 cm)
Luigi Pericle, La marcha del tiempo X (1963; técnica mixta sobre lienzo, 51 x 65 cm)


Mikalojus Konstantinas Čiurlionis, Chispas II (1906; óleo sobre lienzo; Kaunas, Museo Mikalojus Konstantinas Čiurlionis)
Mikalojus Konstantinas Čiurlionis, Chispas II (1906; óleo sobre lienzo; Kaunas, Museo Mikalojus Konstantinas Čiurlionis)


Marianne Werefkin, El camino rural (1907; temple sobre papel encolado sobre cartón, 69 x 105 cm; Ascona, Fondazione Marianne Werefkin, Museo Comunale d'Arte Moderna)
Marianne Werefkin, El camino rural (1907; temple sobre papel pegado sobre cartón, 69 x 105 cm; Ascona, Fundación Marianne Werefkin, Museo Municipal de Arte Moderno)


Marianne Werefkin, Atmósfera trágica (1910; temple sobre papel encolado sobre cartón, 46,8 x 58,2 cm; Ascona, Colección Marianne Werefkin, Museo Municipal de Arte Moderno)
Marianne Werefkin, Atmósfera trágica (1910; temple sobre papel pegado sobre cartón, 46,8 x 58,2 cm; Ascona, Fundación Marianne Werefkin, Museo Comunale d’Arte Moderna)

Además, las teorías de Jung tenían sin duda un peso considerable, teniendo en cuenta que el psicólogo de origen suizo reveló, con su teoría del “inconsciente colectivo”, la existencia de otro mundo, a través de la exploración de esos tesoros ocultos que son los mitos, símbolos y arquetipos de una humanidad más lejana.

Así, en el Tesino de finales del siglo XIX y principios del XX, en la base de la formulación del “Espíritu del Tiempo”, se produjo un encaje perfecto de varias teselas, incluso de comunicación (pensemos en la apertura del túnel de San Gotardo en 1881 y del túnel del Simplón en 1906) o, como dice Baxandall, estas ideas, contribuyeron a forjar el “ojo de la época”, esa manera específica, propia de todas las épocas históricas, de entender, procesar y disfrutar el arte.

Los años de Louis Pericles, tema principal de nuestra investigación, coinciden pues con los de Eranos, Jung, Freud, la discusión sobre el arte abstracto y las investigaciones de psicólogos, etnólogos y orientalistas que han puesto de relieve el interés humano y el valor espiritual de muchos símbolos, mitos, figuras divinas y técnicas mixtas, tanto entre europeos y asiáticos como entre “primitivos”.

No es casualidad que Mircea Eliade, el conocido historiador de las religiones, que gravitó durante mucho tiempo en el Tesino, escribiera en aquellos años: “El hombre [y la mujer] occidental no puede [pueden] vivir eternamente separado de una parte importante de [su] yo, esa [parte] consiste en fragmentos de una historia espiritual cuyo significado y mensaje son incapaces de descifrar”.

La parábola artística de Luigi Pericle gira en torno a esta economía de relectura de la historia del Tesino, a esa búsqueda de sentido que Pericle perfeccionó gracias a una aptitud enciclopédica para los estudios. Luigi Pericle es un hombre fuera del tiempo que, gracias al redescubrimiento de la Biasca-Caroni, el tiempo ha restaurado. Pero también es un hombre, un artista dentro de su tiempo, y puede erigirse en punto de giro para el desarrollo de ese pleonasmo de experiencias que, como hemos visto, representaba el Tesino en aquellos años: un lugar donde se cruzaban los destinos de la cultura europea.

Así pues, en el horizonte de la historia y el arte no sólo están París, Londres o Nueva York, sino también Ascona y el Tesino. Aunque son los años en los que se produce un importante desplazamiento del centro de gravedad artístico de Europa a Estados Unidos, con Nueva York en particular convertida en la principal ciudad del arte y del mercado gracias a las premisas anticipadas por el Armory Show de 1913, esta investigación está sacando a la luz una realidad más articulada que no puede dejar de tener en cuenta el ámbito del Tesino. Más allá de Nueva York y antes de Zúrich con el nacimiento de Dadá, Suiza y el cantón del Tesino desempeñaron un papel igualmente importante en el desarrollo de otra vanguardia artística y cultural, sin olvidar la aportación de la teosofía. Por tanto, es necesario reabrir los archivos, desempolvar los papeles y añadir otro capítulo a la historia del arte y del pensamiento. El de Ascona y el Tesino.

Notas

1. M. Folini, Il Monte Verità di Ascona, SSAS Swiss Monuments Guide, Berna, 1998.

2. 1922. Editado por M. Folini, V. Provenzale, M- Zucconi-Poncini, Los orígenes de la colección. Museo Municipal de Arte Moderno de Ascona.

3. F. Merlini, Eranos: un espacio y un tiempo para el pensamiento, en INCONTRI AD ASCONA, 1960.

4. M.K. Čiurlionis y Marianne von Werefkin: sus caminos y cuencas en LITUANUS, Revista trimestral lituana de artes y ciencias, Vol. 49, nº 4 - Invierno 2003.

5. M. Eliade, Encuentros en Ascona, octubre de 1960, p. 17.


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