Cuatro películas sobre arte y artistas

Hemos visto los cuadros en los museos y conocido a los artistas a través de los libros de historia del arte, pero ¿es posible también conocer las historias de los artistas desde distintos puntos de vista? El cine siempre nos ha ofrecido relatos biográficos para hacernos una idea de cómo sucedieron ciertos acontecimientos del pasado, dándonos la ilusión de vivirlos en primera persona y, por tanto, de comprender mejor ciertos aspectos de la historia. Hoy le proponemos cuatro de las mejores películas dedicadas a algunos de los más grandes artistas conocidos y a los cuadros más admirados.

La joven de la perla (2003)
Cuando un personaje histórico está envuelto en el misterio, es fácil contar una historia que intente encontrar una explicación a lo que le llevó a la fama. Es el caso de Johannes Vermeer y su cuadro más famoso, “Muchacha con turbante”, más conocido como “La joven del pendiente de perla”. Se ha escrito una novela sobre este pintor y se ha hecho una película a partir de ella: ambas pretenden darnos una versión ficticia (¡y quién sabe si verosímil...!) de la historia del nacimiento del famoso cuadro. La protagonista de la historia es Griet, una muchacha holandesa que, debido a las dificultades económicas que agobiaban a su familia, trabajó como criada para Vermeer, quien vio en ella el modelo para el óleo que hoy le ha hecho famoso incluso fuera del círculo de los entusiastas. La película nos muestra, por tanto, la admiración mutua entre el artista y su musa: a él le gustaría inmortalizar la grácil belleza de Griet, mientras que a ella le intrigan la obra y las técnicas de Vermeer, para una relación que se hace cada vez más íntima, y que acabará con la ira de la esposa del pintor cuando descubra el vínculo entre pintor y modelo y el hecho de que el pendiente de perla que le regalaron a Griet para el cuadro era suyo. Inevitablemente, Griet será despedida, pero recibirá el famoso pendiente como herencia del artista cuando éste muera. En la película, el rostro y el cuerpo de Griet corren a cargo de una Scarlett Johansson que guarda un asombroso parecido con la chica del cuadro y capta su frágil sensualidad, mientras que Johannes Vermeer está magníficamente interpretado por Colin Firth (aunque no ganó un Oscar hasta El discurso del rey). La película fue nominada al Oscar a la mejor fotografía, mejor escenografía y mejor vestuario.

Frida (2002)
Una de las figuras más fascinantes de la historia del arte es sin duda la revolucionaria pero atormentada pintora surrealista mexicana Frida Kahlo, que vivió en la primera mitad del siglo XX y fue víctima de un accidente de coche a bordo de un autobús cuando sólo tenía 18 años, que le causó graves daños en la columna vertebral y la encerró en un estado de soledad que sólo el arte y su espíritu inconformista pudieron apaciguar. Un personaje así no podía dejar de ser objeto de obras tanto literarias como cinematográficas que relatan su vida. La película Frida, basada en la novela Frida: A Biography of Frida Kahlo, cuenta con la bella Salma Hayek en el papel de la pintora, quien, gracias a un acertado trabajo de maquillaje que le dota de las mismas características cejas, resulta ser la intérprete ideal de este papel, logrando captar tanto el espíritu despreocupado como la angustia que la verdadera Frida manifestaba entre pinturas, dolor físico y espiritual y activismo comunista. Salma, de hecho, recibió una nominación al Oscar por esta interpretación, pero no debemos olvidar a Alfred Molina, que nos brinda una de sus mejores interpretaciones en el papel de Diego Rivera, pintor y mentor de Frida Kahlo, así como su futuro tercer marido.

Ojos grandes (2014)
En 1994, Tim Burton dirigió su primera película biográfica, “Ed Wood”, sobre la vida y obra del que es considerado el peor director de la historia del cine. Veinte años después, en 2014, dirigió otra, con los mismos guionistas de ’Ed Wood’, pero esta vez el foco recayó en la pintora Margaret Keane y la película se tituló ’Ojos grandes’. Como sabemos, Tim Burton hace películas con criaturas góticas y surrealistas en el centro, protagonistas de historias oscuras y de cuento de hadas, así que no es de extrañar que quisiera hacer un filme sobre la pintora estadounidense conocida por sus cuadros que representan mujeres, niños o animales con enormes ojos desproporcionados en relación a sus cuerpos: evidentemente, este estilo no es tan diferente del de Burton. De hecho, él mismo (teniendo en cuenta su pasado como dibujante y animador para Disney en los años 80) dibuja las criaturas que pueblan sus mundos encantados. La película nos deja entrever el escándalo que rodeó a estas pinturas: como Margaret las firmaba con su nombre adquirido Keane, su marido Walter Stanley Keane, que siempre había estado fascinado por el trabajo de su mujer, se atribuyó el mérito en cuanto los cuadros empezaron a ganar la atención del público. Margaret, a pesar de estar amargada, al principio le deja hacer porque el rédito económico es considerable e imparable, pero pronto se rebela y demuestra ser la autora de los cuadros cuando el tribunal de Hawai somete a la pareja a una prueba de pintura de la que Walter sale derrotado y Margaret victoriosa. La fuerza de esta película reside en sus actores protagonistas Amy Adams y Christoph Waltz, dos excelentes intérpretes que cada vez consiguen realizar excelentes interpretaciones, hasta el punto de que la primera ganó el Globo de Oro como mejor actriz en una película de comedia o musical por este mismo papel.

Turner (2014)
Si eres fan de Harry Potter y has visto todas las películas basadas en los libros de Rowling, es muy probable que te suene el actor británico Timothy Spall. Aunque no es tan conocido como compatriotas suyos como Anthony Hopkins, Ian McKellen o Micheal Cane, por citar algunos, Spall ha demostrado sin embargo ser un excelente intérprete en sus diversos papeles, entre ellos el del artista Joseph Mallord William Turner en la película ’Turner’ (título original: ’Mr. Turner’). La película recorre los últimos 25 años del paisajista: desde la casi inexistente relación con sus hijas por sus aventuras amorosas, hasta la muerte de su padre, pasando por los viajes en busca de nueva inspiración para sus cuadros, la frecuentación de la aristocracia, pero también de los burdeles, hasta que fue atado al mástil de un barco para pintar una ventisca, la misma ventisca que más tarde se convertiría en el tema de su cuadro más famoso. Timothy Spall, se dijo, consigue magníficamente exteriorizar la antipatía, el cinismo y la neurosis de este pintor demente, consiguiendo ganar el premio al mejor actor masculino en el Festival de Cannes por este mismo papel, lo que confirma la bravura de este actor nunca suficientemente apreciado.

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