Apulia en la obra de Giuseppe De Nittis, impresionista italiano, de Barletta a la conquista de las grandes metrópolis

En la historia del arte, la palabra "impresionismo " está directamente relacionada con la representación de París en la segunda mitad del siglo XIX. La Ville Lumiè;re, con sus bulevares, cafés y bares, fue objeto de cientos de artistas que quisieron captar la belleza de su luz, sus colores y sus habitantes.

Por eso, cuando decimos “impresionismo”, apenas pensamos (y erróneamente) en Italia y sus pintores de finales del siglo XIX. Giuseppe De Nittis (Barletta, 1846 - Saint-Germain-en-Laye, 1884) y Giovanni Boldini (Ferrara, 1842 - París, 1931), por citar sólo a los más conocidos, figuran entre los artistas que representaron a la Italia "impresionista“ desde el principio de sus carreras.La Italia ” impresionista", antes de trasladarse a París, en aquel momento ciudad emblemática de esa nueva corriente artística y capital cultural de la actual Europa.

Con motivo de la exposición en el Palazzo dei Diamanti de Ferrara, Finestre sull’Arte ya ha informado ampliamente sobre la vida y la trayectoria artística de Giovanni Boldini, mientras que aún no hemos tenido ocasión de profundizar en el que fue un gran pintor del sur de Italia del siglo XIX, así como una importante figura de enlace entre Italia y la Ville Lumière, a saber, Giuseppe De Nittis.

Tras un breve periodo de estudios artísticos en laAcademia de Bellas Artes de Nápoles, donde ingresó en 1861 (el mismo año en que Bazille, Sisley, Renoir, Monet, Pissarro y Cezanne empezaron a frecuentarse en París y dieron origen al movimiento artístico del Impresionismo), De Nittis se dedicó inmediatamente a las composiciones en plein air, cuyo tema era sobre todo Barletta, su ciudad natal.

Giuseppe De Nittis, Autorretrato (1883-1884; pastel sobre lienzo, 114 x 88 cm; Barletta, Pinacoteca Giuseppe De Nittis)

La vida del talentoso De Nittis, nacido en 1846 y fallecido en Saint-Germain-en-Laye (Francia) a la edad de treinta y ocho años, fue demasiado corta. Aunque su carrera no fue tan larga como la de otros artistas, sin duda marcó el desarrollo del arte italiano en la segunda mitad del siglo XIX y, al igual que los artistas impresionistas, vio reconocida su fama en ciudades como París y Londres.

Poco después de abandonar la Academia de Bellas Artes de Nápoles, fundó, junto con otros pintores como Adriano Cecioni (Fontebuona, 1836 - Florencia, 1886), la Escuela de Resìna, o de Portici, nombre de la ciudad de Campania, no lejos de la actual Herculano, que le gustaba retratar en sus cuadros. Fuertemente influida por la Escuela de Posillipo, dedicada a la pintura de paisaje, el programa de la Escuela de Resìna esal igual que el carácter del pintor de Barletta, claramente antiacadémico y orientado hacia la representación del natural y la impresión del momento y, por tanto, muy similar al que realizaban al mismo tiempo en Florencia los Macchiaioli, especializados también en la pintura al aire libre y en el empleo de una técnica artística similar a la de los impresionistas, y en la que el rápido uso de manchas de luz y sombra definía el tema pictórico.

Más tarde, como muchos pintores de la época, De Nittis se dedicó a descubrir Italia y el arte italiano, entablando relaciones en Florencia con el grupo Macchiaioli. A partir de 1868, año en que se trasladó a París, pronto entró a formar parte de los círculos artísticos de la metrópoli, entrando en contacto con los impresionistas y con el marchante Adolphe Goupil (París, 1806 - 1893). En 1874, De Nittis participó en la primera exposición impresionista, a pesar de que en esa fecha ya había abandonado París para ir primero a Londres durante un periodo (en busca de nuevos mercados y encargos) y regresar después a su Barletta natal. El artista estaba especialmente vinculado a su ciudad y al sur de Italia en general: muchos de sus temas pictóricos, tanto antes como después de su estancia en París, están protagonizados por paisajes de Apulia, la ciudad de Portici y el Vesubio. Este último fue uno de los temas preferidos de sus obras y lo inmortalizó, relatando también las impresiones de sus paseos por sus laderas, recogidas también en una serie de testimonios escritos. Junto a las obras que representan el Vesubio, las vistas naturales y desoladas de su Apulia natal se repiten en sus obras: La Strada da Brindisi a Barletta, presentada en el Salón parisino de 1872, es uno de los ejemplos más conmovedores, y el protagonista es un paisaje apuliano abandonado y desierto bajo un sol abrasador, atravesado por dos viajeros y una calesa. El mismo sol abrasador de Apulia se encuentra en un cuadro como La Masseria (La granja), nombre que aún se da a las granjas de Apulia, donde se guardan las herramientas de uso campesino y pastoril, junto con los almacenes de alimentos para personas y animales. El paisaje rural de Apulia vuelve en una importante vista pintada hacia 1870, titulada A lo largo del Ofanto, mientras que en Desayuno en el jardín, madre e hijo están sentados a la mesa bajo un frondoso árbol en su jardín: la obra recuerda otros momentos de reposo pintados por De Nittis, por ejemplo el plasmado en Conversación en el jardín, de una colección privada, donde las palmeras, también típicas del paisaje marítimo de Apulia, ofrecen refresco del ardiente sol a dos señoras que conversan en un banco de una calle desierta.

Giuseppe De Nittis, El camino de Brindisi a Barletta (1872; óleo sobre lienzo, 27,6 x 52 cm; colección privada)

Giuseppe De Nittis, La granja (s.d.; óleo sobre tabla, 12 x 25 cm; Colección particular)

Giuseppe De Nittis, Desayuno en el jardín (1883-1884; óleo sobre lienzo, 81 x 117 cm; Barletta, Pinacoteca Giuseppe De Nittis)

Giuseppe De Nittis, Conversación en el jardín (s.d.; óleo sobre lienzo, 51 x 31,5 cm; Colección particular)

Giuseppe De Nittis, A lo largo del río Ofanto (1870; óleo sobre lienzo, 43 x 65 cm; Barletta, Pinacoteca Giuseppe De Nittis)

No sólo paisajes rurales: a partir de 1873, De Nittis comenzó también a pintar puertos, marinas y barcos de pesca, lo que da testimonio del fuerte impacto que Barletta, ciudad situada directamente en la costa adriática, tuvo en su formación y en su carrera artística.

Muchas de las obras creadas por el artista durante sus estancias en Barletta y en el sur de Italia se conservan en la Pinacoteca "Giuseppe De Nittis", la más rica colección existente dedicada al pintor, compuesta por 146 pinturas, 65 dibujos, libros y un epistolario. Desde 2007, la colección se alberga en la majestuosa sede del Palazzo Marra de Barletta: el edificio del siglo XVI, transformado en periodos sucesivos, finalizada su restauración en 2005 y gestionado por el Ayuntamiento de Barletta, antigua residencia de la familia Orsini y después de la familia Marra y de nuevo de la familia Fraggiani, es por tanto ahora un lugar clave para sumergirse en la poética de De Nittis. Los cuadros fueron donados por la esposa, musa y modelo de De Nittis, LéontineGruvelle, a la ciudad de Barletta en 1914.

Observando sus obras y leyendo sus relatos, surge el retrato de un artista que, aunque nacido en la provincia, tenía un carácter y un alma que hoy casi podríamos definir como “europeos”: De hecho, no son sólo los paisajes de su tierra natal los protagonistas de sus cuadros, sino también la modernidad y la continua variabilidad de la metrópoli y sus protagonistas, especialmente las mujeres a las que le gustaba retratar en la suntuosidad de sus vestidos y, por último, pero no por ello menos importante, la japonaiserie. En el París de finales del siglo XIX, estas últimas estaban de moda y, sin duda, De Nittis tuvo la oportunidad de observarlas en la Ville Lumière como consecuencia del deseo del gobierno japonés de dar a conocer su arte participando en las Exposiciones Universales. De Nittis entró en contacto con el arte japonés (hasta el punto de convertirse en un auténtico coleccionista del mismo) precisamente gracias a los impresionistas, Manet y Degas, que lo utilizaron a menudo en sus obras.

Barletta, Palazzo Marra, sede de la Galería de Arte Giuseppe De Nittis

Giuseppe De Nittis fue también un gran experimentador de técnicas artísticas, manejando con destreza el óleo, la acuarela, el pastel y el grafismo. Desde su muerte en 1884 se le han dedicado varias retrospectivas y exposiciones antológicas que han consolidado su importancia como artista internacional: la propia Bienal de Venecia decidió dedicarle tres en 1901, 1914 y 1928.

De Nittis es un artista que sin duda merece ser investigado más a fondo y sobre todo leído en los numerosos testimonios que nos dejó, especialmente por el ejemplo de un hombre fuertemente ligado al sur de Italia, a Apulia y a su ciudad natal de su nacimiento, pero que tenía un continuo deseo de impulsarse hacia el conocimiento y la comparación con otras mentalidades italianas y no italianas, sintiéndose más que un pintor italiano en el sentido estricto de la palabra un ciudadano y artista "europeo", para quien los viajes eran un elemento fundamental de su existencia y su continua fuente de inspiración.

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