Aunque la Bienal de Venecia sólo ha durado unos días, aún quedan muchos artistas por conocer, tanto los que participaron en el certamen como los que lo hicieron en las actividades paralelas. Muchos de ellos expusieron en la pequeña pero interesante sede del Palazzo Mora, un edificio señorial de tres plantas situado en el centro de Venecia, en el Sestier Cannaregio. Sobre el Palazzo Mora y las obras de Gonçalo Mabunda expuestas en el Pabellón de Mozambique, Finestre sull’Arte ya informó ampliamente en su tercer número en papel.
Durante May You Live In Interesting Times, otro artista interesante, el chino de origen alemán André Chi Sing Yuen (Recklinghausen, 1971), representado en esta ocasión por la Galería Weithorn de Düsseldorf, expuso sus obras en el Palazzo Mora dentro del evento colateral Personal Structures. Yuen se dedica principalmente al media art, es decir, esa nueva frontera artística que tiene que ver con el arte digital, la animación en 3D, los gráficos por ordenador, el arte interactivo, los videojuegos, por mencionar sólo algunas de las nuevas tecnologías implicadas.
Las instalaciones de André Chi Sing Yuen se inscriben en la modernidad del media art en la medida en que están creadas con un proceso de alta tecnología, High Tech Driven, que combina técnicas consideradas más tradicionales, como la pintura, el grabado, la fotografía y el vídeo, en una imagen, como podemos ver en las obras Marry the World y Most Popular. En estas instalaciones, observamos no sólo el fuerte componente Pop, en particular de Andy Warhol con respecto a los iconos del mundo contemporáneo y el uso de la serigrafía, sino también otros modelos artísticos, como Robert Rauschenberg para el collage, Nam June Paik y Joseph Beuys.
André Chi Sing Yuen, Marry the world (2018; pintura impulsada por alta tecnología sobre aluminio diasec, 100 x 100 cm). |
André Chi Sing Yuen, Most popular (2018; pintura impulsada por alta tecnología sobre aluminio diasec, 100 x 100 cm) |
André Chi Sing Yuen, This is the now (2018; pintura impulsada por alta tecnología sobre aluminio diasec, 100 x 100 cm) |
El uso por parte de Yuen de esta técnica en particular desde la década de 1990 ha hecho que su obra sea decididamente pionera en comparación con la de sus coetáneos. La combinación de modernidad y tradición no sólo afecta a la técnica artística elegida por Yuen per se, sino que también forma parte de su bagaje personal y cultural. André Chi Sing Yuen nació en la cuenca alemana del Ruhr, pero su familia procede de mucho más lejos, ya que ha vivido en Hong Kong, Nueva York y La Haya; en resumen, un auténtico ciudadano del mundo. Sin embargo, fue en la década de 1990, durante sus estudios, cuando entró en contacto con la tradición asiática, al abordar los textos de Confucio y Lao Tzu, junto a los de la tradición filosófica occidental, como Marx, Adam Smith, Kant, Hegel, Platón y Tomás de Aquino. Todo lo que ha estudiado este artista de los medios de comunicación lo ha investigado siempre de forma crítica, especialmente sus investigaciones sobre las tradiciones artísticas occidentales y asiáticas, que ha relacionado constantemente con la modernidad.
Como el propio Yuen afirma, es precisamente de su perspectiva cosmopolita de donde surge su dimensión estética. Su lenguaje artístico se basa precisamente en lo que estudió en diversas academias y universidades alemanas, a saber, grafismo, fotografía, cine, diseño y pintura. A Finestre Sull’Arte, el propio artista declaró: “No quiero desaparecer como un cometa, sino poder mirarme al espejo cuando sea viejo y decir que he conseguido dar un impulso a la sociedad con mi arte, un impulso que es importante para el humanismo y la paz mundial”.
André Chi Sing Yuen, No pain (2018; pintura impulsada por alta tecnología sobre aluminio diasec, 100 x 100 cm) |
André Chi Sing Yuen, Buda luz roja (2018; pintura impulsada por alta tecnología sobre aluminio diasec, 200 x 140 cm) |
El arte de André refleja y promueve la amistad, el respeto, la tolerancia, la compasión y la paz. La serie dedicada a Buda, expuesta en esta Bienal en el Palazzo Mora, parte de estos aspectos. Para Yuen, Buda es un símbolo de libertad, amor y amistad, una solución a los Tiempos Interesantes relatados en esta última edición de la exposición internacional veneciana. Sobre la situación del arte contemporáneo, el artista afirma: “El arte contemporáneo es una especie de religión del siglo XXI. El interés por el arte nunca ha sido tan global como en la actualidad, porque la gente busca constantemente el sentido, la verdad y la reflexión sobre su existencia. Creo que vamos camino de una nueva era de la razón que podría, con la ayuda del arte, proponer soluciones a los problemas de nuestros ”tiempos interesantes“. Colaboro con cinco galerías y siempre he pensado en el arte como un mercado, pero nunca he puesto el interés económico si no el contenido artístico en el centro de mi trabajo”.
Las instalaciones del eurasiático André Chi Sing Yuen se han expuesto y vendido en todo el mundo, desde Sacramento, en Estados Unidos, hasta San Petersburgo, en Rusia, atrayendo a visitantes y coleccionistas precisamente por los valores estéticos universales que encierra ese lenguaje nuevo, fresco y vanguardista que esel arte digital. Este último resulta ser un sector artístico en plena expansión que interesa cada vez más no sólo a los artistas, sino también a los visitantes de las distintas instituciones artísticas por las reflexiones resultantes sobre la era contemporánea de la información que estamos viviendo. La diferencia radica en el medio artístico: ya no son el óleo y el lápiz, sino la luz, el sonido y los píxeles, revolucionando la forma no sólo de hacer arte, sino de percibirlo.
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