La primavera pasada, Finestre sull’ Arte publicó una entrevista del escritor inglés Alasdair Palmer con el restaurador Bruno Zanardi: el tema era el absurdo asunto de los frescos de T iepolo en el Palazzo Labia, sede de la RAI en Venecia, que, según nos enteramos, nadie ha podido ver desde 2008 porque el Salone donde se encuentran las obras de Tiepolo está cerrado desde entonces. Y no a instancias de la propiedad, es decir, de la RAI, sino por decisión de la superintendencia, que en 2008 decidió cerrar el Salone para restaurarlo. Han pasado dieciséis años, pero el salón sigue cerrado a los visitantes. A continuación, Zanardi habló de la crecida de las aguas que inunda la ciudad y del Mose, que, en su opinión, no soluciona el problema. Por último, sobre las protecciones de cristal que han puesto a lo largo de la Basílica de San Marcos, Zanardi expresó sus dudas sobre quién limpia y controla todo ese cristal.
Con la última pleamar, el Mose no entró en funcionamiento porque no se alcanzó la marea de 1,10 metros a partir de la cual se elevan los mamparos, por lo que laagua alta invadió la cuenca de San Marcos y la plaza se inundó porque al parecer nadie cerró las compuertas de los mamparos, y como consecuencia el nártex de la Basílica quedó bajo el agua por enésima vez. “Tanto es así que la Procuraduría de la Basílica, para estar más seguros”, explica Zanardi a Finestre sull’Arte, “ha decidido mantener cerradas las seis compuertas de los mamparos de cristal y volver a colocar las pasarelas de madera que venecianos y turistas utilizan cuando hay pleamar”.
Ahora, sin embargo, parece que quieren solucionar radicalmente el problema, con unas obras por las que, con un coste de 47,5 millones de euros, se elevará toda la Dársena de San Marcos. La comprendida entre los canales del Lido, la Giudecca y el Gran Canal, por la que pasan, entre otros, la Basílica de San Marcos, el Palacio Ducal, la Biblioteca Marciana y la Riva degli Schiavoni con el Palacio Prigioni. Por no hablar de las casas comunes. Este“, comenta Zanardi, ”es el típico asunto cuyo anuncio es fácil de hacer, mientras que es mucho menos fácil llevar a cabo las obras necesarias para levantar todos esos edificios monumentales, enormes, frágiles y muy preciosos, sin hacer ningún daño. Además, construidos no sobre tierra, sino sobre pilotes sumergidos en el agua desde hace incontables siglos. En resumen, así es como gira la protección y conservación del patrimonio artístico en Italia".
Imagen: Piazza San Marco. Foto: Massimo Adami
Venecia, ¿levantar la Plaza de San Marcos para salvarla? Bruno Zanardi: "Un trabajo difícil |
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.