El pasado mes de julio, el diputado de LeU Stefano Fassina había presentado una pregunta parlamentaria (aquí la noticia) en la que pedía explicaciones al ministro Alberto Bonisoli sobre la nueva disposición de la sala Miguel Ángel de los Uffizi. En concreto, Fassina, que había calificado el montaje Schmidt-Godoli de “cuestionable” en su opinión (aquítodas las fotos), quería saber cuál era la posición del ministro al respecto y cuánto había costado la operación.
La respuesta del ministerio llegó de la mano del subsecretario Gianluca Vacca (Movimento 5 Stelle) que, en un comunicado publicado hace unos días, explicaba que “los nuevos trazados eran necesarios para restablecer un recorrido narrativo lógico que se había distorsionado en las últimas décadas, en parte debido a las obras de restauración y adaptación de las distintas salas”. Empezando por los locales: "para exponer los cuadros de Leonardo era necesario, por tanto, elegir la sala del ala de los Uffizi (3er Corredor de la Galería) opuesta a aquella en la que se encuentran Botticelli y la Tribuna, creando un justo contrapeso a la presión del público. Dos grandes salas -entre las más grandes de los Uffizi- se prestaban bien al propósito, la 35 y la 41. De acuerdo con la cronología, Leonardo tenía que ir necesariamente a la primera de las dos salas, la 35, donde Miguel Ángel había sido trasladado en 2012’.
La disposición de la sala Michelangelo en la versión de Antonio Natali de 2012. Ph. Crédito Finestre sull’Arte |
La nueva disposición de la sala Michelangelo fue impuesta, reza el acta firmada por Vacca, por “precisas y evidentes razones museológicas”. En concreto, acusa al montaje de Antonio Natali, realizado en 2012, de presentar varias lagunas y errores. Un primer problema, según Vacca, se refería a la posición de la estatua de Ariadna: "en la última edición (Natali 2012), el montaje del Tondo Doni de Buonarroti y de las obras que lo flanquean presentaba varias lagunas y errores. Uno de los problemas más graves era la colocación de la monumental escultura helenística que representa a Ariadna en el centro de la sala: en realidad, se trata de una escultura de jardín concebida para un nicho y, por lo tanto, para una vista únicamente frontal y no central o circular. En los últimos años, ha sido un obstáculo nada desdeñable para los visitantes que se agolpaban frente al famoso Tondo de Miguel Ángel, y además (dada la aglomeración) era muy difícil evitar que la gente tropezara con la escultura, con consecuencias para la seguridad de los visitantes y de la propia obra. Otro problema era el color rojo de las paredes de la sala “que era plano y apagado, ya que era de composición sintética y de producción industrial y, en lo que respecta a una apreciación óptica objetiva, ejercía una interferencia engañosa sobre la luminosa pintura manierista”. En cambio, los colores neutros -gris, blanco lima- elegidos actualmente para las habitaciones, de origen natural y aplicados con espátula mediante técnicas tradicionales, vistos en directo, no interfieren en absoluto con los cuadros".
Además, se acusa a Natali de falsear la secuencia cronológica al trasladar las obras de Rafael a otra sala: “para favorecer la teoría de la influencia de Miguel Ángel en los artistas de la Scuola di San Marco, la disposición anterior había obligado a trasladar las obras de Rafael a otra sala, lo que resultaba absolutamente incongruente en la secuencia cronológica de las obras: En efecto, las pinturas de Rafael se habían colocado en un pasillo posterior a las de finales del siglo XVI, a pesar de que todas ellas deben datarse en el periodo en que el artista estuvo en Florencia, al mismo tiempo que Leonardo y Miguel Ángel, es decir, entre 1504 y 1508. Al devolver los cuadros de Rafael a la sala donde se encuentra el Doni tondo de Miguel Ángel, se ha restablecido así la secuencia cronológica correcta, inexplicablemente interrumpida por el anterior director, Antonio Natali”.
Y también hay respuestas para quienes habían criticado las grandes vitrinas que albergan los cuadros: “las vitrinas en las que se han colocado los cuadros tienen una función precisa que tiene en cuenta el aumento del número de visitantes en las últimas décadas: de hecho, en el interior de estas vitrinas se han colocado sistemas con sensores que registran la humedad y la temperatura, y los cuadros están protegidos por cristales inastillables que también tienen la función de minimizar las variaciones microclimáticas y eliminar toda interferencia externa, al mismo tiempo que no crean refracción. Por lo tanto, el diseño de la exposición tiene una tarea predominantemente protectora con respecto a las obras maestras que se exponen a más de dos millones de visitantes cada año. Como bien han señalado los responsables del Opificio delle Pietre Dure de Florencia -uno de los institutos de restauración más importantes y avanzados-, estas vitrinas garantizan un nivel de seguridad y protección de las obras absolutamente puntero en comparación con todos los demás museos del mundo”.
Las nuevas instalaciones, según Vacca, también han mejorado la accesibilidad: “desde el punto de vista del disfrute de los visitantes, las obras de reapertura y restauración, realizadas por el Estado, de las antiguas puertas que restablecen el flujo de visitantes entre las salas de Leonardo y Miguel Ángel, han permitido mejorar la accesibilidad, permitiendo un recorrido de visita mucho más fluido y eliminando los caminos cruzados y los tropiezos”.
Para concluir, Vacca hizo un recuento preciso de los costes de la operación. Para estos trabajos de albañilería y restauración, así como para la revisión de las instalaciones técnicas - en cualquier caso pródromos de cualquier tipo de acondicionamiento - se han gastado 100.000,00 euros procedentes de la taquilla de las Galerías de los Uffizi“. El acondicionamiento de la nueva sala Miguel Ángel y Rafael, en cambio, se llevó a cabo exclusivamente gracias a las generosas donaciones de las asociaciones sin ánimo de lucro Amici degli Uffizi y Amigos de los Uffizi, que ya habían sufragado la reforma de la sala en 2012. En total, Amici degli Uffizi y Amici degli Uffizi han gastado 175.000,00 euros en la nueva sala Miguel Ángel y Rafael. En 2012, en cambio, las mismas asociaciones habían gastado el equivalente a unos 100.000 euros en el acondicionamiento de la entonces ”Sala Miguel Ángel".
Imagen inferior: la sala Miguel Ángel en el arreglo Schmidt-Godoli. Foto Crédito Finestre Sull’Arte
Vacca (M5S) contra Antonio Natali: 'Su sala Miguel Ángel tenía lagunas y errores. El nuevo restablece un camino lógico' |
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