Tamara Atkin, investigadora de la Universidad Queen Mary de Londres, experta en literatura inglesa e historiadora del libro, ha descubierto dos raros fragmentos manuscritos ocultos en un libro del siglo XVI de la Biblioteca Bodleian de Oxford. Se trata de un fragmento que narra parte de la famosa historia de Tristán e Isolda y de un fragmento de un poema perdido que los estudiosos, aunque conocían su existencia, aún no habían encontrado.
Los dos fragmentos manuscritos fueron descubiertos en el marco de una investigación financiada por el Leverhulme Trust y dirigida por el Dr. Atkin sobre la reutilización y el reciclaje de libros antiguos en la Biblioteca Bodleian. Al percatarse inmediatamente de la importancia de este hallazgo, Atkin se puso en contacto con académicos de la Universidad de Bristol, la Universidad de Edimburgo y la Universidad de Columbia Británica para tratar de identificarlos. Los académicos siguen trabajando juntos para analizar los dos fragmentos de pergamino: se cree que son partes de dos poemas franceses, el Roman de Tristan de Béroul y el Siège d’Orange, este último que hasta ahora se creía perdido.
El poema de Béroul data del siglo XII y es una de las primeras versiones de la historia de Tristán e Isolda. Hasta ahora, la única prueba de su existencia era un manuscrito incompleto del siglo XIII conservado en la Biblioteca Nacional de Francia. El fragmento redescubierto, muy diferente de la versión larga, muestra una circulación del poema más amplia de lo que se creía hasta ahora.
El Siège d’ Orange, por su parte, es un poema perdido de un ciclo de chansons de geste sobre Guillaume d’Orange. El nuevo fragmento, de sólo 47 versos, ofrece una pequeña parte de lo que en su día habría sido un poema mucho más largo. Sin embargo, su descubrimiento prueba la existencia de un poema que hasta ahora se creía completamente perdido. Parece proceder de una copia del poema realizada en Inglaterra, escrita en la forma francesa (anglonormanda) que se utilizaba en Inglaterra en aquella época.
Ambos fragmentos se encontraron en la encuadernación de un libro de 1528.
“Cuando abrí este libro por primera vez”, dice Tamara Atkin, “me emocioné muchísimo. No es raro encontrar manuscritos descartados como desechos en las encuadernaciones de otros libros, pero suelen estar en latín y a menudo tienen que ver con la religión. Es relativamente raro encontrar manuscritos que contengan poemas escritos en la lengua cotidiana, ¡y encontrar dos en un mismo libro es aún más raro! Es muy probable que los manuscritos de los que se extrajeron los fragmentos fueran cortados en la encuadernación y utilizados como ”retales“ en la encuadernación de este libro. Estoy deseando descubrir todo el significado de estos fragmentos”.
Combinando sus conocimientos, el equipo intentará ahora averiguar más cosas sobre los fragmentos, cuándo y dónde se copiaron y cómo se encuadernaron en un libro impreso muchos siglos después. Los investigadores realizarán transcripciones y traducciones completas de los fragmentos, junto con descripciones de sus contextos manuscritos y bibliográficos, para tener una idea más clara de su relación con las tradiciones de Tristán y Guillaume.
En la imagen, fragmento del Siège d’Orange. Fotografía de Tamara Atkin, cortesía de la Biblioteca Bodleian.
Un investigador de la Universidad Queen Mary descubre dos raros fragmentos de manuscritos ocultos en la Biblioteca Bodleian |
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