Singular protesta en Ischia contra la falta de interés del gobierno por el arte y la cultura. Hoy Salvatore Iacono, activista y fundador de la galería al aire libre Ischia Street Art, con sede en la isla de Campania, se ha dirigido al maxistore Decò de Via D’Ambra, en Forio, y ha colocado dos cuadros del artista Mimmo Di Caterino entre los productos alimenticios a la venta en el supermercado: uno en la sección de frutas y verduras, el otro entre los jamones y salamis de la sección de frescos.
Los lienzos (50x40 cm), envueltos en celofán, con precios y descuentos, además de las palabras Saldi (rebajas), van acompañados de un pie de foto que hace las veces de ficha técnica, con el lema C’è anche l’Arte (título de la intervención), seguido de los hashtags #recoveryfund y #recoveryplan. Se trata de una referencia a la actual situación económico-financiera en la que se encuentra el mundo globalizado y, en particular, el arte y la cultura, que fueron completamente dejados de lado y casi olvidados por el Gobierno y la opinión pública durante la emergencia de Covid-19. En particular, argumenta Iacono, las galerías de arte están sufriendo los efectos de la crisis y de los meses de cierres impuestos por los numerosos y ya insensatos Decretos del Presidente del Gobierno, que se suceden desde marzo del año pasado y que no dan tregua ni esperanza a la cultura y especialmente al mundo del arte.
Por ello, Iacono pretende denunciar “la falta, por parte del Estado, de acciones encaminadas a proteger a un sector que se encuentra entre los más castigados en este momento histórico, con referencia específica a las asociaciones y/o fundaciones culturales, categorías que no pueden disfrutar de ningún respiro previsto y, por tanto, de ninguna forma de apoyo”. En 2020, explica Iacono, “el sector de los eventos ha sufrido daños bastante importantes: la cancelación de eventos públicos y privados, con el consiguiente cierre de museos y galerías de arte, ha provocado enormes pérdidas económicas y el cierre total de un sector que nadie contempla a nivel institucional y para el que, a diferencia de otros ámbitos, no se prevé ningún reembolso ni compensación”. En resumen, según Iacono, “el arte, devaluado y cada vez más desvalorizado, se exhibe en las estanterías, se pone a la venta, o más bien se vende, como cualquier otro producto de venta libre... Porque también el arte pasa hambre”.
Salvatore Iacono no es ajeno a este tipo de intervenciones, a través de performances de denuncia social y, desde el primer cierre, ha continuado su batalla personal en defensa de todo el sector de las galerías de arte italianas, sin dejarse frenar por las trabas gubernamentales, ideando y poniendo en escena nuevos modelos de fruición artística. Desde las primeras intervenciones artísticas con carteles realizadas con Street Art File Print de mayo a agosto de 2020, pasando por las diversas exposiciones-no exposiciones protagonizadas por Mimmo Di Caterino (desde Lockdown/Social a la más reciente trilogía Social Distancing), hasta la última instalación(Oxygene de Michele Penna), realizada el pasado diciembre en los seis municipios de la isla.
En la foto: el cuadro entre los jamones.
Un cuadro arrojado entre los jamones del supermercado: singular protesta en Ischia |
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