Trento, inauguración del Aula del Simonino para narrar y recordar el caso de Simonino da Trento


Inaugurada en Trento el Aula del Simonino para contar y recordar la historia del pequeño Simone da Trento. Un trágico suceso de antisemitismo histórico ocurrido en el siglo XV.

La capilla Simonino de Trento, situada en el interior del Palazzo Bortolazzi Larcher Fogazzaro en Via del Simonino, se convierte en el Aula del Simonino: había sido legada a FAI - Fondo per l’Ambiente Italiano por Marina Larcher Fogazzaro en 2018, para que pudiera ser restaurada y puesta en valor. El Aula fue inaugurada ayer y ya se puede acceder a ella de forma regular, de miércoles a domingo, de 10:00 a 13:30 y de 14:30 a 18:00, en este recinto, que se une a los otros 55 inmuebles que ya se pueden visitar de los 72 que FAI posee y gestiona en toda Italia, entre ellos el Castello di Avio en Trentino.

La inauguración tuvo lugar en presencia del presidente de la FAI, Marco Magnifico; Francesca Gerosa, vicepresidenta y consejera de Educación, Cultura y Deporte, Familia, Juventud e Igualdad de Oportunidades de la Provincia Autónoma de Trento; Franco Ianeselli, alcalde de Trento; Chiara Ghetta, directora de la escuela Istituto Comprensivo Trento 6; y Daniela Bruno, subdirectora general de Asuntos Culturales de la FAI.



“Gracias al generoso legado de Marina Larcher Fogazzaro y al compromiso de la FAI, este lugar se abre con una nueva función educativa, comentó Gerosa. ”El nombre ’aula’ no es casual: aquí la historia cobra vida fuera de las aulas y nuestros alumnos no sólo podrán enfrentarse a una página oscura de nuestra historia, sino aprender los valores fundamentales de la tolerancia, la comprensión, la verdad y convertirse en ciudadanos conscientes y respetuosos".

La restauración afectó primero a la fachada del palacio, dejando al descubierto las ventanas del siglo XV y devolviendo el color y la legibilidad a las figuras e inscripciones pintadas en el siglo XVIII. También se restauró elinterior, donde se conservan amplios frescos contemporáneos, y en el espacio del ábside, entre dos pequeñas salas utilizadas como sacristía, se encuentra el altar original, con decoraciones arquitectónicas y escultóricas en mármol policromado de estilo barroco. El interior también se ha reordenado para realizar un proyecto de valorización cultural innovador y original: una “narración sonora” dedicada a la historia del pequeño Simón de Trento, accesible permanentemente. El público, sentado en bancos de madera similares a los de un coro, escuchará en la oscuridad, a través de auriculares inalámbricos de gran calidad de audio, una narración de unos 20 minutos. Esta narración, informativa y didáctica, pero también evocadora e inmersiva, ha sido concebida y comisariada por FAI, confiada a la voz de la actriz trentina Daria Deflorian y producida por Chora Media.

Aquí, de hecho, donde se encontraba su casa natal -como atestigua la inscripción de la fachada-, en el siglo XVIII y probablemente incluso antes, estaba la capilla de Simonino, o Simone Lomferdorm, un niño de poco más de dos años que fue encontrado muerto el 24 de marzo de 1475 en el foso de una casa a orillas del río Adigio propiedad de un judío. Este suceso desencadenó una historia de antisemitismo, intolerancia religiosa e injusticia que merece ser recordada y contada.

En aquella época, las autoridades de la ciudad alimentaron un antiguo prejuicio antijudío, difundiendo la falsa creencia del asesinato ritual. Acusaron a los judíos de asesinar al niño para utilizar su sangre en el ritual de Pascua. Como consecuencia, el pequeño Simón se convirtió inmediatamente en mártir cristiano y más tarde fue beatificado, convirtiéndose en objeto de un culto popular con procesiones anuales y numerosas imágenes sagradas repartidas por toda Italia. La pequeña comunidad judía de Trento, en cambio, fue acusada injustamente, juzgada, sometida a atroces torturas, ejecutada sumariamente y finalmente expulsada de la ciudad, adonde no volvió en quinientos años. En 1965, una revisión científica del juicio anuló el veredicto de culpabilidad de los judíos, y un decreto papal suprimió el culto a Simonino. Se ordenó la retirada de los restos del niño de la Iglesia de los Santos Pedro y Pablo, el cese de todas las celebraciones y el cierre de las capillas, incluida ésta, ahora donada a la FAI. Sólo en 1992 regresaron oficialmente los judíos a Trento, como conmemora una placa colocada por el ayuntamiento.

Desde 1965, por tanto, este lugar ya no se utiliza para el culto religioso, pero ha adquirido un gran valor cultural. Su importancia radica no sólo en su arquitectura y decoración, sino sobre todo en el hecho de que representa un testimonio indispensable de una página oscura de nuestro pasado.

La FAI ha decidido reabrir este lugar con una nueva función educativa, dirigida principalmente a los ciudadanos de hoy y, sobre todo, a los jóvenes de las escuelas. Por eso se le ha dado el nombre de Aula del Simonino: como un aula, pero fuera de los muros de la escuela. Este espacio está abierto y a disposición de los profesores de escuelas de todo el Trentino y de fuera de él, para que puedan utilizar la historia de este trágico episodio de antisemitismo histórico como acicate para hacer que los jóvenes reflexionen, comparen y debatan sobre temas de actualidadcomo la intolerancia religiosa, que todavía hoy es causa de guerras cercanas y lejanas, y el poder destructivo de los prejuicios y las falsedades que siembran el odio, tanto en el campo de batalla como en la red, y la violencia contra el otro, sólo porque es desconocido o diferente.

“En un año fuertemente marcado por las tragedias producidas por el dramático y rampante resurgimiento del antisemitismo”, ha declarado el Presidente de la FAI , Marco Magnifico, “la FAI interviene narrando para siempre y para todos una historia ejemplar que reafirma cómo sólo la cultura y el conocimiento pueden contrarrestar el odio y la ignorancia, que son el alimento de esas tragedias”. Una sala -y ya no una capilla- dedicada concretamente a la educación de las jóvenes generaciones con la esperanza de tiempos menos sombríos".

“Gracias a la FAI de Trento y a su organización nacional por haber devuelto a la Ciudad una pieza importante de su historia. El Aula del Simonino”, dijo el Alcalde de Trento Franco Ianeselli, “no es sólo una obra de raro valor artístico, sino un importante testimonio de cómo en cada época histórica los prejuicios ideológicos pueden manipular la verdad. La belleza del arte se une al rigor de la investigación científica en esta restauración y el dramático episodio del Simonino se transforma así en un símbolo de la lucha contra la intolerancia, una invitación al conocimiento y la comprensión mutuos”.

Imagen: Sala Simonino. Foto de Tommaso Prugnola

Trento, inauguración del Aula del Simonino para narrar y recordar el caso de Simonino da Trento
Trento, inauguración del Aula del Simonino para narrar y recordar el caso de Simonino da Trento


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