Comienza la gran exposición de la polémica, la exposición sobre Leonardo da Vinci en el Louvre, prevista del 24 de octubre de 2019 al 24 de febrero de 2020: la exposición, calificada de “excepcional” por sus organizadores, reunirá, además de las obras conservadas en el museo parisino (la Virgen de las Rocas, la Virgen y el Niño con Santa Ana, San Juan Bautista, la Belle Ferronnière y, por supuesto, la Gioconda, que permanecerá en su sala), algunas pinturas y dibujos llegados de Italia (empezando por elHombre de Vitruvio, pasando por la Scapigliata y los estudios para la Batalla de Anghiari) y de otros países: un importante núcleo de dibujos llega, por ejemplo, de las colecciones de la familia real británica, la Madonna Benois llega de San Petersburgo, y también hay obras de artistas del contexto (destaca laIncredulidad de Santo Tomás de Verrocchio, llegada de Florencia).
Comisariada por Vincent Delieuvin y Louis Frank, la exposición ya es un éxito en su primer día de apertura: ya se han realizado 260.000 reservas, y hasta el 3 de noviembre las entradas están agotadas. La página web de reservas está que echa humo: en el momento de escribir este artículo, en la tarde del primer día de apertura, a veces es inaccesible, y si va bien, va muy lenta, a pesar de que la reserva es obligatoria. Sin embargo, la Leonardo-manía ha podido con los medios tecnológicos. Se espera que haya entre cinco y siete mil visitantes al día: si la media es así, habrá entre 600.000 y 840.000 visitantes al final de la exposición. Cifras asombrosas para una exposición temporal: basta pensar que la exposición más visitada el año pasado en Italia(Dentro Caravaggio, celebrada en el Palazzo Reale entre septiembre de 2017 y 2018) se detuvo en una media de 3.344 visitantes, superando con creces a la ganadora del segundo puesto (la exposición Van Gogh. Entre el grano y el cielo en la Basílica Palladiana de Vicenza: media de 2.438 visitantes). Pero incluso para el Louvre, se trata de cifras extraordinarias: el año pasado, la exposición sobre Delacroix, que fue un gran éxito, atrajo a unos 540.000 visitantes.
La reserva obligatoria es una medida extraordinaria para el Louvre, aunque no es la primera vez que el museo parisino la adopta para hacer frente al enorme flujo de visitantes que se espera: ya se utilizó en 2017 para la exposición sobre Jan Vermeer.
Todos locos por Leonardo da Vinci en el Louvre. La exposición arranca con 260.000 reservas |
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