¿Cómo superar el hecho de que la emergencia haya cerrado espacios vitales para los niños, como escuelas, bibliotecas, ludotecas, teatros donde se hace programación infantil? Una respuesta llega desde Milán, donde el actor Carlo Ottolini, especializado en teatro infantil, ha puesto en marcha el proyecto Storie a domicilio (Historias a domicilio): se trata de una iniciativa nacida en diciembre de 2020, inspirada en el “Barbonaggio Teatrale - Delivery” de Ippolito Chiarello, y que ha creado la red nacional de las USCA - Unita Speciali di Continuità Artistica (Unidades Especiales de Continuidad Artística), para mantener viva la relación entre quienes quieren contar historias y quienes quieren escucharlas.
Este intercambio, que antes tenía lugar en el teatro, en las bibliotecas, en las escuelas, tenía que encontrar lugares alternativos donde reunirse con seguridad. Así, respetando estrictamente las normas sanitarias (distancia, mascarilla, etc.), Carlo Ottolini se puso a buscar nuevos lugares para contar cuentos a los niños: patios, jardines, parques, terrazas, pero también salas suficientemente grandes. Al fin y al cabo, según Carlo Ottolini, basta un solo espectador para que el espectáculo cobre vida (en efecto: el intercambio de historias en este caso es más íntimo, tiene menos fuerza porque es más directo y sincero, y el cuento adquiere ligereza). Y va de casa en casa, de jardín en jardín, para contar historias, por el precio de un donativo a partir de un mínimo de 20 euros.
Así, el actor se sube a su bicicleta y entrega los cuentos en la puerta de las casas como un artículo de primera necesidad. Los que los han pedido tienen hambre, sus ojos lo revelan“, dice Carlo Ottolini. Los aplausos dirán entonces si ha comido bien”. De hecho, todo empieza hojeando un menú: Pinocho, Odisea, Cuentos de Hadas, Mitos y Estrellas, Lecturas... de lo que hay, ¡no falta nada! Una vez hecho el pedido, se acuerda el día y la hora. Luego esperas y... ¡voilá! Aparece la moto, aparece el actor y comienza el espectáculo, como en un pequeño, diminuto teatro. El final es un poco diferente: después de los aplausos hay tiempo, si te apetece, para hablar y conocerse. Antes de iniciar un nuevo viaje".
Carlo Ottolini se graduó como actor en 1992 en la Scuola Civica d’Arte Drammatica “Paolo Grassi” de Milán. En 2004, el Ente Teatrale Italiano le concedió el premio Stregagatto al mejor actor de teatro infantil. Como actor, ha trabajado varias veces a las órdenes de Maurizio Schmidt, Marco Baliani, Maria Maglietta, Bruno Stori y Gabriele Vacis. También ha trabajado con Giorgio Strehler, Cesare Lievi y Daniele Finzi Pasca. Como director, ha escrito y dirigido numerosos espectáculos, entre ellos Beata Gioventù, dedicado a los derechos del niño. Desde hace años dirige talleres de teatro para todas las edades. Y ahora viaja en bicicleta, con un equipaje de historias. Quien desee información puede dirigirse a la dirección de correo electrónico rag.carletti@gmail.com o al número de teléfono 3479544973, o entrar en la página de Facebook de Carlo Ottolini.
En la foto: Carlo Ottolini
¿Teatros cerrados? En Milán, un actor cuenta cuentos a los niños en patios y jardines |
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