Sobrecualificados pero explotados, mal pagados, sin estabilidad, incapaces de labrarse un futuro tranquilo: éste es el triste panorama de muchos profesionales de la cultura, según los datos recogidos por el movimiento Mi Riconosci? Soy profesional del patrimonio cultural, que dedicó su investigación El lado oscuro del patrimonio cultural a las condiciones laborales de quienes trabajan en el sector cultural. Y los resultados son de todo menos reconfortantes.
La encuesta se realizó entre 1.546 profesionales. "La elaboración y ordenación de los datos -nos cuenta Daniela Pietrangelo, de Mi Riconosci- llevó mucho tiempo. Fue bastante complejo intentar poner orden en una situación increíblemente compleja y articulada como el trabajo cultural, que se basa en tantas formas de contrato en uso, para entender cómo se clasifican los que no tienen contrato. Los medios que utilizamos para recopilar datos fueron muy sencillos, no teníamos programas específicos. Recogimos los datos, los depuramos e intentamos cruzar algunas de las respuestas para obtener una imagen mucho más detallada.Luego leímos los más de 350 testimonios que los trabajadores nos dejaron al final del cuestionario, muchos de ellos muy conmovedores. Nos hablaron de las muchas dificultades, de la imposibilidad de seguir haciendo un trabajo mal pagado, muchos realizan varias tareas sin ningún reconocimiento, ni siquiera económico, muchos se quejan de horas fuera de convenio que no se computan en el salario; del estrés por turnos agotadores con pausas para comer que son casi inversión, algunos se ven obligados a comer en el suelo, y mucho más".
Los datos afectan a profesionales de todas las edades. El 11% tiene entre 19 y 26 años, el 65% tiene entre 27 y 39 años, la franja entre 40 y 49 años es del 16%, los profesionales de entre 50 y 59 años son el 6%, y los profesionales de más de 60 años representan el 2% de la muestra. Como ya se ha mencionado, la cualificación es muy alta: el 56% de los entrevistados tiene un título de especialista o máster, el 15% ha completado sus estudios en una escuela de especialización, el 3% tiene un título de postgrado, el 8% tiene un doctorado, el 1% tiene un diploma de una Academia de Bellas Artes o un instituto AFAM, mientras que el 17% de la muestra tiene un título de tres años. ), el 11,84% en una obra, el 5,37% en un archivo, el 4,74% en otras instituciones públicas (por ejemplo, municipios, provincias, regiones), el 4,55% en un parque arqueológico, el 3,64% en la universidad2,28% en un teatro, 1,73% en una superintendencia, 1,46% en una escuela, 1,46% en un espacio expositivo, 1% en una galería de arte, 0,27% en un parque natural, 0,82% en otros lugares. De los encuestados, el 28% declaró trabajar en varios lugares al mismo tiempo. En el 33,58% de los casos el empleador era una cooperativa, en el 23,74% un organismo privado de otra naturaleza, en el 23,30% un organismo público, en el 13,98% organismos mixtos, en el 5,18% fundaciones sin ánimo de lucro o sin ánimo de lucro, otros empleadores representaban el 0,22%.
En el 75% de los casos, los trabajadores entrevistados tienen un contrato. El 34,17% de los encuestados tienen un contrato indefinido. Todos los demás tienen contratos de duración determinada o de otro tipo: contratos indefinidos para el 22,26%, contratos de guardia para el 10,56%, co.co.co. para el 9,04%, contratos por proyecto para el 6,70%, el 6,17% son funcionarios, becarios para el 5,65%, becas de investigación para el 2,35%, aprendices para el 1,48%, trabajo temporal o en régimen de arrendamiento de personal para el 1,22%. Los trabajadores sin contrato (25% de los encuestados) trabajan con un número de IVA en el 33% de los casos (una elección impuesta por su empleador para el 78% de los encuestados), de forma ocasional en el 53%, con reembolso de gastos en el 13%, de otras formas en el 1% de los casos.
Pasemos ahora a los salarios: la mayoría, el 62%, gana menos de 12 euros por hora, el 45% menos de 8 euros. En concreto: el 34,02% gana entre 4 y 8 euros, el 28,28% entre 8 y 12 euros, el 11,54% menos de 4 euros, el 8,17% entre 12 y 16 euros, el 4,41% entre 16 y 20 euros. Sólo el 6% gana más de 20 euros por hora: el 2,46% entre 25 y 30 euros, el 2,40% entre 20 y 25 euros, el 1,04% entre 30 y 40 euros, el 0,58% entre 40 y 50 euros, el 0,19% más de 50 euros. Los ingresos anuales también son muy bajos: el 80% declara menos de 15 mil euros (38% menos de 5 mil euros al año, 25% entre 5 y 10 mil euros, 17% entre 10 y 15 mil euros). Ganan entre 15 y 20 mil euros el 11% de los encuestados, entre 20 y 30 mil euros el 8%, entre 30 y 40 mil euros el 1%. Por término medio, ganan más los que consiguen tener clientes de otra naturaleza. Los más desfavorecidos, según la investigación, son los trabajadores empleados por las administraciones públicas y las cooperativas, que, según Mi Riconosci, recurren en gran medida a mano de obra muy barata, con salarios incluso inferiores a 4 euros por hora. Por otro lado, las desigualdades más marcadas se encuentran entre quienes trabajan para fundaciones u organizaciones sin ánimo de lucro, donde hay trabajadores que ganan menos de 4 euros por hora junto a quienes cobran entre 40 y 50 euros por hora. Se ha constatado que las cualificaciones educativas no son garantía de mejores salarios. Por último, el 75% declara percibir una remuneración contractual regular, mientras que sólo el 59% declara haber trabajado el número de horas correspondiente a la remuneración percibida. Sólo el 40% declara que su cargo y sus competencias corresponden a las tareas realizadas (en parte para el 42%, no para el 18%).
El objetivo de esta encuesta", nos explica Ester Lunardon, también militante de Mi Riconosci, “es sin duda poner de relieve esta realidad, que es chocante y que, sin embargo, durante mucho tiempo ha permanecido desconocida para los no iniciados”: Por supuesto, todos los que trabajan en el sector conocen la situación, pero cuando alguien que no está en el sector se entera, por ejemplo, de que el 80% de las personas que trabajan en la cultura ganan menos de 15 mil euros al año, entonces la reacción más común es de asombro, incluso antes que de indignación, porque se trata precisamente de una realidad que durante mucho tiempo ha permanecido en la sombra. Y es también por esta razón por la que decidimos iniciar la investigación El lado oscuro en el patrimonio cultural.
Son cifras sorprendentes, se hace eco Pietrangelo. Nos preguntamos por qué nadie controla esto. ¿Por qué, a pesar de tener un contrato específico, un buen contrato, no se hace cumplir por ley? Es absurdo que sólo se atiendan siempre los intereses de las empresas culturales. ¿Quién protege y defiende a los trabajadores?".
Los datos de Mi Riconosci se presentarán en un calendario de reuniones por toda Italia: las primeras fechas son el 4 de noviembre en Viterbo, el 5 en Roma, el 8 en Ancona, el 13 en Matera y Cagliari, el 14 en Padua, mientras que otras reuniones se anunciarán en breve en la página de Facebook del movimiento. De la encuesta también se desprenden tres peticiones de los profesionales de la cultura: una regulación que limite el recurso al voluntariado, una nueva normativa que revise los criterios de licitación y externalización, y laaplicabilidad del derecho al contrato colectivo nacional de trabajo para los trabajadores del sector cultural. “Hay un proyecto de ley”, añade Lunardon, "que hemos presentado y que ha sido ignorado durante mucho tiempo, pero al seguir hablando del tema y buscando la atención de los medios de comunicación reiteramos el hecho de que la necesidad de regular el voluntariado es cada vez más evidente. Y también una nueva gran parte de nuestros problemas y condiciones de trabajo se derivan precisamente de la externalización, del sistema de contratación que no ofrece ninguna protección a los trabajadores. Por último, también pedimos normas para la aplicación de los contratos colectivos nacionales de derecho: el contrato Federculture, que existe, sólo se aplica en el 7% de los casos’.
Nuestra encuesta“, concluye Pietrangelo, ”aunque se basa en una muestra pequeña, no deja de ser significativa. Y nos sorprende mucho que este análisis no haya sido realizado y solicitado por quienes deberían controlar y proteger nuestras condiciones de trabajo. Ahora esperamos una postura firme por parte de los políticos y el ministro, y la creación de leyes sensatas".
Sobrecualificados, explotados, mal pagados. 8 de cada 10 trabajadores culturales ganan menos de 15.000 euros al año. |
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