Según un documental de la BBC, una mujer artista cuesta 10 veces menos que un hombre

Las obras creadas por artistas masculinos se venden por término medio diez veces más caras que las de sus colegas femeninas: este cálculo se presenta en un documental de la BBC titulado Recalculating Art, que se emitirá el 11 de agosto, pero cuyo contenido se anticipaba en un artículo de The Guardian. Las disparidades empiezan incluso en la cúspide de la pirámide: El cuadro más caro jamás vendido en una subasta, Salvator Mundi, de Leonardo da Vinci, multiplica por 10 el récord mundial establecido por una mujer, Georgia O’Keefe (450 millones de dólares frente a 44,4 millones), y las mismas proporciones se aplican a los récords establecidos por artistas vivos (el hombre vivo más caro jamás vendido en una subasta es Jeff Koons, 91 millones de dólares, mientras que el récord femenino lo ostenta Jenny Saville, con 12,5 millones).

Sin embargo, la disparidad de 10 a 1 también afecta al extremo inferior de la cadena, explica el documental. La proporción se deriva de un estudio de la historiadora del arte feminista Helen Gorrill, autora del libro Las mujeres no saben pintar, que estudió los precios de 5.000 cuadros muestreados en todo el mundo y descubrió que por cada libra que ganaba un hombre, una mujer ganaba sólo 10 peniques. “Es la diferencia de valor entre hombres y mujeres más escandalosa que he encontrado en ningún sector”, declaró Gorrill durante Recalculando el arte. Y eso a pesar de que las mujeres representan el 70% de los estudiantes de escuelas de arte. Además, siempre según Gorrill, mientras que el valor de una obra creada por un hombre aumenta si está firmada, el valor de una obra tiende a disminuir si la ha firmado una mujer, como si hubiera un sesgo de género.

Para saber si la diferencia depende de la calidad de la obra, una profesora de finanzas de la Universidad de Oxford, Renée Adams, realizó una sencilla prueba empírica, mostrando a los participantes cinco cuadros de hombres y cinco de mujeres y pidiéndoles que identificaran el sexo del artista. El porcentaje de respuestas correctas fue del 50%, lo que según Adams es una prueba de que el arte de los hombres no es mejor que el de las mujeres. Una vez más, Adams mostró a una muestra de hombres adinerados que visitan habitualmente galerías de arte un cuadro creado por una inteligencia artificial, y a unos les dijo que lo había pintado un hombre, a otros que lo había pintado una mujer: descubrió que los coleccionistas a los que se les dijo que la obra la había pintado un hombre apreciaban más el cuadro.

“Las mujeres artistas han salido muy mal paradas”, explicó Frances Morris, directora de la Tate Modern, “porque ha habido una connivencia inconsciente entre el mercado, la historia del arte y las instituciones. Todo el mundo carece de confianza, todo el mundo busca confirmación. Así que ha habido una especie de historia de la confirmación, que podríamos llamar el canon. Y, por supuesto, las convenciones y la historia han sido formadas por el patriarcado”. Según The Guardian, el principal reflejo de la situación descrita por Frances Morris es la ausencia sustancial de nombres de mujeres en la historia del arte, o de obras de mujeres en los museos.

Sin embargo, la buena noticia, concluye The Guardian, es que las cosas empiezan a cambiar para las mujeres: los museos intentan reequilibrar sus colecciones (en Estados Unidos algunos incluso han empezado a retirar obras pintadas por hombres para comprar obras de mujeres), las casas de subastas impulsan a las mujeres y las propias instituciones organizan exposiciones para mujeres. Además, aunque los precios de las obras de artistas mujeres parten de una base mucho más baja, actualmente suben un 29% más deprisa que los de las obras de arte de hombres. Por tanto, es posible que la situación cambie pronto.

Según un documental de la BBC, una mujer artista cuesta 10 veces menos que un hombre

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