Presentación de la restauración de la Capilla Bardi de la Basílica de la Santa Cruz de Florencia, que alberga una de las obras maestras pictóricas de Giotto: un ciclo pintado en la tercera década del siglo XIV, que representa las Historias de San Francisco, y que es una de las últimas obras del gran artista.
Setenta años después de la última restauración, se hace necesaria otra, fundamental para la conservación y el estudio en profundidad de la técnica de Giotto.
La restauración ha sido confiada por laOpera di Santa Croce alOpificio delle Pietre Dure y contará con el apoyo decisivo de laAssociazione per il Restauro del Patrimonio Artistico Italiano (ARPAI) y de la Fondazione CR Firenze, así como del Ministerio de Patrimonio y Actividades Culturales; los trabajos durarán tres años.
El compromiso económico global es de aproximadamente un millón de euros y cuenta con la contribución de la propia Opera di Santa Croce y del Ministerio para el Patrimonio y las Actividades Culturales. ARPAI y la Fondazione CR Firenze intervienen con laprima de arte.
Recientemente, el Opificio delle Pietre Dure ha llevado a cabo una investigación profunda y precisa sobre la obra de Giotto en las capillas Bardi y Peruzzi. El análisis del estado de conservación ha puesto de manifiesto cuestiones críticas relativas tanto al yeso como a la película pictórica.
Esta campaña de investigación preliminar ha dado lugar a un proyecto de intervención articulado: está prevista una primera fase de campaña de diagnóstico, que se iniciará inmediatamente, y la posterior restauración conservadora en varias fases, que será ampliamente documentada. Las investigaciones se llevarán a cabo con los instrumentos optoelectrónicos más modernos y se programarán en distintos momentos.
En 1730, los frescos de Giotto se cubrieron con pintura a la cal, utilizando la técnica de la scialbatura. La pintura de Giotto, después de haber sido amada y admirada durante todo el Renacimiento, acabó considerándose pasada de moda: colores demasiado vivos y un estilo definido con desprecio primitivo. Hicieron falta ciento veinte años para redescubrir esta obra maestra florentina, gracias a una intervención que marcó el nacimiento de la gran tradición italiana de la restauración. El descubrimiento de las pinturas de la Capilla Bardi se produjo por casualidad, durante el inicio de importantes obras de restauración. Los frescos salieron a la luz gracias al trabajo de Gaetano Bianchi entre 1850 y 1853.
Con motivo de la exposición de Giotto en 1937, los ciclos murales de las capillas Bardi y Peruzzi fueron objeto de una intervención dirigida por Ugo Procacci y ejecutada por el taller de Amedeo Benini. Decisiva fue entonces la restauración llevada a cabo entre 1958 y 1961 por Leonetto Tintori, de nuevo bajo la dirección de Ugo Procacci.
En la foto: Detalle de la Muerte de San Francisco en la Capilla Bardi.
Se restaurará la Capilla Bardi con las Historias de San Francisco pintadas al fresco por Giotto |
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