Durante todo el día de ayer, viernes 20, la Basílica de la Santa Croce de Florencia permaneció cerrada en señal de luto por la desaparición de Daniel Testor Schnell, el turista que fue golpeado en la cabeza por un fragmento de piedra desprendido de la arquitectura de la iglesia y murió en el acto mientras visitaba la Basílica con su esposa. Las cámaras internas han captado imágenes de la tragedia, que ahora están siendo analizadas por los investigadores: para proseguir las pesquisas y comprobaciones, la Basílica permanecerá cerrada hoy, sábado 21. Mientras tanto, tres avisos de garantía han llegado a la cúpula de la Opera di Santa Croce: se trata de un acto debido. La familia del turista ha hecho saber que se constituirá parte civil en caso de juicio.
Mientras tanto, han llegado las primeras reacciones. El Ministro de Patrimonio Cultural, Dario Franceschini, pide una investigación rápida para esclarecer lo sucedido. Le secunda el alcalde de Florencia, Dario Nardella, que añade que “está en juego la credibilidad de Florencia y de Italia”. El arzobispo de Florencia, cardenal Giuseppe Betori, envió un mensaje de condolencia y pésame a la familia. FAI - Fondo Ambiente Italiano, hace un análisis de los monumentos italianos y señala con el dedo la falta de trabajos de mantenimiento. Federica Ammiraglio, responsable de los “Luoghi del Cuore” (Lugares del Corazón) del FAI, declaró a La Stampa, hablando sin embargo en términos generales y sin referirse al caso concreto de Santa Croce, que “quizá uno de los principales problemas se refiere precisamente a la tendencia a planificar las intervenciones sólo cuando se afronta una emergencia, teniendo que soportar así costes mucho más elevados”. En la edición de hoy de Il Messaggero, la arquitecta del MiBACT responsable de la oficina de la Unidad de Crisis, Cristina COllettini, afirma que “las afluencias no reguladas” pueden “causar problemas a diversos tipos de obras” y que “técnicamente, una gran afluencia de personas a un lugar provoca un aumento de la humedad relativa y un incremento del dióxido de carbono, con el consiguiente aumento de la temperatura”. Factores que pueden alterar el estado de conservación de los elementos arquitectónicos.
Para la historiadora del arte Cristina Acidini, antigua superintendente del Polo Museale Fiorentino, no se puede excluir la hipótesis de una terrible fatalidad. Lo ocurrido, aunque terrible, puede suceder en un edificio con siglos y siglos de historia a sus espaldas. Un comportamiento imprevisto e imprevisible de los materiales podría suceder incluso en presencia de inspecciones oportunas y frecuentes. Se puede establecer un paralelismo con lo que a veces ocurre con los árboles: pueden estar vigilados, cuidados con asiduidad; de repente, una ráfaga de viento los derriba. Conociendo bien la basílica, digo que no puedo pensar que lo que ha ocurrido hoy se deba a la negligencia: “la financiación que recibe el complejo es importante, los controles, inspecciones y mantenimiento regulares, periódicos y confiados a especialistas”.
Imagen: la Basílica de Santa Croce. Foto Crédito
Santa Croce, tres órdenes de arresto por derrumbe y basílica cerrada. No se descarta la muerte de Acidini |
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