El complejo Serra Moresca de Villa Torlonia, en Roma, se abre al público por primera vez. Tras una amplia y compleja restauración llevada a cabo por la Superintendencia Capitolina en el complejo, cuya arquitectura se inspira en laAlhambra de Granada y que fue concebido para albergar plantas exóticas y raras pero también como escenario de eventos, a partir del 8 de diciembre se podrán visitar los espacios de un recorrido que lleva del Invernadero a la Gruta Artificial.
Proyectado hacia 1839 por el arquitecto veneciano Giuseppe Jappelli y terminado en 1841 con decoraciones de Giacomo Caneva, por encargo del príncipe Alessandro Torlonia, el complejo de la Serra Moresca de Villa Torlonia se ofrecerá así al público en una nueva apertura. La Serra actual es un pabellón ajardinado con estructura de peperino y amplio uso del hierro, la fundición y las vidrieras policromadas. Jappelli conocía bien el uso innovador del hierro fundido, con el que ya había experimentado en la Villa Treves de Padua, y siguió de cerca la introducción de nuevas tecnologías, como demuestran varios de sus estudios y diseños de edificios destinados a invernaderos. La arquitectura de estilo morisco diseñada por Jappelli se inspiró, como ya se ha mencionado, en la Alhambra de Granada, y el Invernadero, además de cumplir la función que le dio nombre, era también un teatro para eventos espectaculares, como demuestra la presencia de un compartimento semioculto, dentro de la gran sala, destinado a la orquesta. La Torre, en cambio, estaba reservada a reuniones más íntimas, para unos pocos participantes, invitados por el príncipe Torlonia al suntuoso comedor del piso superior, caracterizado por grandes ventanales con marcos de hierro fundido y vidrios de colores y paredes ricamente decoradas con estucos policromados. En el centro de la sala había un sofá que, mediante la acción de un mecanismo, podía elevarse hacia el techo, mientras que desde el piso inferior se elevaba una mesa lujosamente dispuesta que estaba destinada a sorprender e impresionar a los invitados del Príncipe. Entre la Torre y el Invernadero, Jappelli hizo construir entonces una Gruta artificial, sostenida por estructuras de madera y estuco, que ya no existen, con pequeños lagos y pasarelas de madera suspendidas (conservadas sólo en parte) concebida como el lugar de la Ninfa (“Nymphae Loci”) y, por tanto, un lugar natural y rico en agua, que debía suscitar asombro y admiración en todo aquel que pasara por allí.
La restauración ha pasado por dos fases. Entre 2007 y 2013 se llevó a cabo la primera fase, que consistió en la restauración de los edificios. El complejo se encontraba en un estado muy deteriorado: los tejados de la Serra se derrumbaron, las vidrieras policromadas se perdieron en gran parte, al igual que todo el mobiliario. Las obras de restauración dirigidas por la Sovrintendenza Capitolina ai Beni Culturali y confiadas a la empresa I.A.B., que había ganado el concurso, tenían por objeto restablecer, con la mayor fidelidad posible, la disposición original de las distintas partes del complejo, realizada a partir de documentos e imágenes de época y del análisis de lo que se había conservado. La restauración afectó tanto a las estructuras de los edificios como a las numerosas decoraciones preexistentes, con la intención de devolver a todo el complejo su esplendor original. El coste final de las obras ascendió a 4.947.737,17 euros. Con la segunda fase de las obras se consiguió finalmente abrir el complejo al público con una disposición que pretendía ser respetuosa con su vocación original: la Serra Moresca de Villa Torlonia vuelve así a albergar plantas y especies arbóreas compatibles con la idea de diseño de Jappelli, pero también será un espacio para eventos y para la didáctica asociada a la naturaleza y el verde. Las obras de conservación, relativas en particular al Invernadero y a la zona verde circundante, que requirieron amplios trabajos de recuperación debido a la vegetación infestante, comenzaron en junio, mientras que las obras de acondicionamiento funcional para su nueva dimensión, basadas en un proyecto de la arquitecta Maria Cristina Tullio, se iniciaron en septiembre y han concluido con la inauguración de hoy. Los costes de esta segunda fase de obras, destinadas a restaurar las partes que se habían deteriorado durante los años de no apertura al público y a acondicionar y poner en funcionamiento todo el complejo, ascendieron a unos 260.000 euros (más IVA). Todos los trabajos se llevaron a cabo bajo la dirección técnico-científica de la Superintendencia Capitolina de Bienes Culturales y fueron ejecutados, en el marco del contrato de servicios existente, por Zètema Progetto Cultura, que recurrió a Sia Garden S.r.l. para el paisajismo y la plantación de las zonas verdes, Ecofer S.r.l. para el suministro del mobiliario metálico e I.C.E.M. S.r.l. para las obras de restauración del edificio.
La documentación utilizada para reconstruir el aspecto de los espacios consistió en fotografías y grabados históricos, así como el testimonio de Giuseppe Checchetelli, que describe un paisaje “árido” formado por palmeras, agaves y áloes, alrededor del colorido Invernadero, y una gruta artificial, llena de agua y pasarelas de madera elevadas; dos paisajes y espacios totalmente diferentes, seco y soleado el primero, húmedo y sombrío el segundo. En consonancia con estos escenarios históricos, el proyecto preveía, en el espacio interior del Invernadero, la restauración de la fuente existente y la inserción del equipamiento técnico necesario para acoger al público e instalar una colección de palmeras, agaves, piñas y áloes, elegidos entre especies que ya habían sido introducidas en nuestro país en el siglo XIX, es decir, en la época de Jappelli. Las plantas están dispuestas en el centro del espacio y frente al muro de mampostería, en macetas de hierro corten, equipadas con ruedas, para poder trasladarlas en caso de exposiciones, conferencias u otros eventos. La recepción del público se realiza en el hemiciclo de entrada, amueblado con muebles de hierro especialmente diseñados, en consonancia con la estructura del edificio. Se ha prestado especial atención a la iluminación de los espacios, tanto para garantizar los lúmenes de seguridad necesarios como para realzar las plantas y el lugar. En el espacio exterior situado frente al invernadero, se ha plantado una pequeña colección de palmeras, agaves y áloes con iluminación escenográfica específica, se ha adaptado la escalera de piedra toba existente (que conduce a la primera planta donde se instalarán los laboratorios) y se ha insertado nuevo pavimento para facilitar la utilización del espacio exterior para eventos y actividades complementarias. Al valle (“Nymphae Loci”) se le ha devuelto la atmósfera original de la cueva que lo cubría, restaurando y enriqueciendo los riachuelos de agua que alimentan los dos estanques existentes e insertando algunos nenúfares, plantas oxigenadoras y flores de loto en el segundo. Un pavimento ensamblado de madera colocado entre la Torre y los estanques permitirá celebrar reuniones de educación ambiental o pequeños espectáculos, mientras que el diseño de iluminación escenográfica resalta con luz cálida los restos de la cueva.
Incluido en el circuito de los Museos de Villa Torlonia, el complejo de Serra Moresca estará abierto al público a partir del miércoles 8 de diciembre con un horario, vigente hasta el 31 de marzo, que irá de 10:00 a 16:00 horas, de martes a domingo (lunes cerrado). A partir del 1 de abril y hasta el 30 de septiembre, el horario será en cambio de 10:00 a 19:00 horas, con excepción de julio y agosto, cuando el complejo permanecerá cerrado por razones climáticas. Las entradas, que cuestan 4 euros (precio completo) o 3 euros (precio reducido), pueden adquirirse directamente en las taquillas de Serra Moresca o en las del Casino Nobile. También será posible comprarlas anticipadamente por Internet en www.museivillatorlonia.it y www.museiincomuneroma.it (con un recargo de 1 euro) o llamando al centro de atención telefónica 060608, abierto todos los días de 9.00 a 19.00 horas. Entrada gratuita con la tarjeta MIC. Se pondrá a disposición del público un amplio programa educativo con visitas guiadas para grupos y actividades para escuelas de todos los niveles, tanto en Roma y la Ciudad Metropolitana como en toda Italia. El espacio interior del Invernadero y la zona exterior adyacente también podrán acoger exposiciones, ferias temáticas y otros tipos de eventos culturales, del mismo modo que será posible organizar actividades de taller o pequeños espectáculos de entretenimiento en la zona exterior adyacente de la Gruta.
Imagen: la Serra Moresca de Villa Torlonia. Foto: Turismo Roma
Roma, la Serra Moresca de Villa Torlonia se abre al público por primera vez |
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