Unas sesenta obras de arte del Santuario de la Consolata y del Convento Franciscano de Susa (Turín) están en el centro de la investigación de la Unidad de Protección del Patrimonio Artístico de los Carabinieri de Turín, que siguen la investigación coordinada por la fiscal Elisa Buffa sobre su “desaparición”. Un prelado, dos restauradores y dos marchantes de arte están acusados de robo y conspiración para robar.
En el más estricto secreto, la noticia surgió tras los registros efectuados en los últimos días en la parroquia y en el domicilio del párroco, monseñor y exorcista de su diócesis, que lleva más de cuarenta años vistiendo la sotana, y que en el pasado había desempeñado un papel en el Santuario de la Consolata. Las obras de arte investigadas estaban supuestamente en posesión de la diócesis de Turín, pero actualmente son ilocalizables, entre ellas tres valiosos tapices que eran propiedad de la catedral de Susa y se guardaban en la Consolata.
La investigación comenzó en 2021 con el descubrimiento fortuito en un mercado de la provincia de Vercelli de un cuadro que un Carabinieri de la Unidad de Patrimonio Artístico reconoció como uno de los denunciados como desaparecidos.
Los lugares de culto también fueron objetivo de una banda de 27 personas investigadas por la Fiscalía de Santa Maria Capua a Vetere , que les notificó en estos días el final de la investigación preliminar por el cargo de robo de cuadros, pinturas, esculturas y otras obras de arte.acusándoles de robar cuadros, joyas, putti, candelabros, puertas valiosas (con marcos de madera dorada), dos medallones de plata y dos coronas de plata, así como objetos puramente religiosos, como huesos y reliquias de San Erasmo de la iglesia del mismo nombre de Gaeta y, un relicario de la iglesia de Sant’Audeno (Aversa), una custodia y un misal romano del siglo XIX. Los investigados por robo y receptación de obras de arte robadas en iglesias y edificios históricos de varias ciudades de Italia (provincias de Nápoles, Latina, Frosinone, Florencia, Bolzano, Roma, Potenza, Avellino, Salerno y Catania) al menos desde 2017.
El robo en iglesias y lugares de culto es un problema de larga data debido a su a menudo escasa protección de la propiedad. Recientemente, la disciplina para los delitos en el ámbito cultural se ha endurecido y tipificado mejor, pero esto no parece disuadir a los delincuentes. El artículo 518 bis del Código Penal, modificado por la Ley 22 de 9 de marzo de 2022, nº. 22 establece que “el que se apodere de bienes culturales muebles ajenos, sustrayéndolos a su propietario, con ánimo de lucro para sí o para otros, o se apodere de bienes culturales pertenecientes al Estado, hallados bajo tierra o en el fondo del mar, será castigado con pena de prisión de dos a seis años y multa de 927 a 1.500 euros” si concurren circunstancias agravantes. La pena será de prisión de cuatro a diez años.
Foto: el Santuario de la Consolata en Susa
Robos de obras de arte en iglesias y lugares de culto: investigaciones de norte a sur estos días |
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