Desde el 25 de mayo, los museos sicilianos también han reabierto sus puertas, precedidos el día 18 por los “parques arqueológicos y sitios culturales al aire libre”. Sin embargo, sólo sobre el papel. Así lo establece, de hecho, laOrden del 17 de mayo firmada por el Presidente de la Región, Nello Musumeci, el día antes de ceder a Albero Samonà, en cuota de Lega, la delegación para el patrimonio cultural que había ostentado durante más de un año.
En realidad, sin embargo, los museos y parques siguen cerrados. Esto no es sorprendente. Los directores habían expuesto sus razones y dificultades en una entrevista que mantuvimos con ellos a principios de mayo.
Aparte de la singular elección de ambas fechas, un lunes, día en que los institutos están cerrados, los directamente afectados, los propios directores, no supieron nada de la decisión hasta el final: se enteraron por algunos avances de prensa la víspera y por la propia orden. En la entrevista dijeron que “aún no tenían ninguna disposición al respecto”. Ni comparaciones en profundidad, como las realizadas entre el Director General de Museos del MiBACT , Antonio Lampis, y los directores de los museos estatales, útiles para calibrar, más allá de las directrices generales del 16 de mayo, las aperturas sobre las especificidades de cada instituto. En Sicilia, todavía están esperando las indicaciones y los dispositivos (máscaras, termoescáneres, etc.) que el director general del Departamento de Patrimonio Cultural e Identidad de Sicilia, Sergio Alessandro, escribió a los directores diciéndoles que les enviaría. Estos últimos también están a la espera de recibir el protocolo conjunto del mismo director y los sindicatos. Pero la reunión, aplazada previamente, no se ha celebrado hasta hoy. Ni siquiera una mención, en los yacimientos, a la señalización con medidas de seguridad antiácaros para los usuarios, si es imposible acceder a ellos por el motivo habitual cada año, aparte de la emergencia sanitaria: los restos arqueológicos son engullidos por la espesa vegetación.
Las Directrices especifican que los museos MiBACT que no sean financieramente autónomos “deberán considerar su reapertura con extrema precaución”. Los que no dispongan de personal suficiente, en cambio, deberán permanecer precisamente cerrados. Los museos sicilianos no son autónomos y sufren graves carencias de personal. Pero a partir del 25 reabrirán. Sin ninguna prudencia.
Taormina, Teatro Antiguo al atardecer con luces tricolores. Foto Crédito Antonio Parrinello |
Parque de Naxos, Isola Bella |
“Necesitamos recursos disponibles en función de las necesidades de los directores”, observó el director del Museo Regional de Mesina, Orazio Micali, recordando en la entrevista el documento del pasado 16 de abril con propuestas para la reapertura en el que anticipaba todo, “de lo contrario, ¿cómo van a poder decidir higienizar y limpiar las salas día a día? comprar los EPI necesarios para los usuarios y el personal; sustituir y limpiar los filtros del aire acondicionado de forma continua; adaptar los documentos de evaluación de riesgos; integrar las figuras responsables de la salud y la seguridad en el trabajo; recoger y retirar los residuos varios, y mucho, mucho más?”.
Sí, los filtros del aire acondicionado. Para los museos sicilianos, existe esta otra cuestión de importancia primordial en el frente de la seguridad para los visitantes y quienes trabajan en ellos. No se trata “sólo” de mascarillas y termómetros. Sino de edificios que sufren años y años de falta de mantenimiento ordinario. Para los institutos culturales de la isla, no se trata sólo de equiparse con instrumentos de medición de la temperatura, mascarillas o saneamiento de las salas, o de evaluar si la operación es económicamente ventajosa, sino también de revisar edificios que necesitan obras estructurales importantes y la revisión de sistemas obsoletos: no sólo aire acondicionado, sino también sistemas eléctricos, iluminación de las salas, control de parámetros ambientales y sistemas anti-intrusión. Hay que actuar en el sistema de evacuación de aguas pluviales y en los tejados, en museos donde incluso ha llovido en salas con obras maestras, como el pasado otoño en el Museo Regional de Mesina. Ascensores que no funcionan, barreras arquitectónicas, aseos que dejan que desear. Y también hay que revisar la disposición de las colecciones, y una señalización no pocas veces inexistente, que ya es un milagro que los turistas consigan encontrar el museo.
El Gobierno, que por un lado quiere reabrir, por otro conoce el estado de las obras. Y por eso, finalmente, se han planificado intervenciones integrales, financiadas con nada menos que 22 millones de euros. Se trata de nueve institutos: los museos arqueológicos de Aidone y Gela, el Orsi de Siracusa, el Antiquarium y el Museo “Pirri Marconi” del Parque Arqueológico de Himera, el Riso de Palermo, el Museo Solfare “Trabia Tallarita” de Riesi, el Pepoli de Trapani y el Museo Regional de Mesina. Una prolongación prudente, además de aparentemente inevitable, del cierre podría ser la ocasión irrepetible de proceder rápidamente al anuncio y a las obras.
También está la cuestión del personal. Se necesitan más unidades de supervisión para comprobar que se respetan las medidas prescritas. El MiBACT admite una situación de “escasez actual de personal muy grave” y deja claro que los museos con escasez de personal no podrán reabrir. Por eso Capodimonte volvió a cerrar tras sólo cinco días. Una condición que también comparten los museos sicilianos.
Naxos, a lo largo de la plateia (carretera principal), instalación de señales bilingües |
Torniquetes en el Teatro Antiguo de Taormina |
¿Cuál es, pues, la “receta” que ha llevado a la Orden Presidencial a decidir que los institutos sicilianos estaban listos para reabrir el 25 de mayo, cumpliendo todos los requisitos de seguridad? Por no hablar de que las directrices a las que se refiere el documento son “sólo” las elaboradas por la Conferencia de las Regiones y Provincias Autónomas, transpuestas por el Estado para todo el territorio nacional, incluida Sicilia. No las detalladas del MiBACT, que tienen en cuenta las medidas recomendadas por el Comité Científico Técnico (CTS) de Protección Civil y que la Comunidad Autónoma podría haber incorporado de todos modos, quizá con modificaciones y añadidos.
En resumen, desconocemos la receta. La única confirmación es el factor discriminatorio entre los que pueden compartir y los que no, que habíamos identificado en el estatuto jurídico. Es la autonomía financiera y de gestión lo que marca la diferencia para los tres únicos parques arqueológicos que gozan de ella: Valle de los Templos, Selinunte y Naxos. En este último, sin embargo, los preparativos han llevado más tiempo del que nos había contado la directora Gabriella Tigano. El 18 de mayo, las puertas de los tres yacimientos pertenecientes al parque, Taormina, Isola Bella y Naxos, permanecían cerradas. Reabrirán el día 30. Pero mientras los demás museos y yacimientos regionales andan a tientas en la oscuridad, aquí las medidas contra los cóvidos dispuestas por el CTS han servido de brújula. Así, para acceder a los monumentos habrá que ir equipado con EPI (equipos de protección individual, es decir, guantes y mascarilla propios); la entrada será numerada y exclusivamente por reserva, gestionada y regulada según un horario preciso por la concesionaria Aditus, gestora de los servicios de venta de entradas del parque; en las puertas de acceso se medirá la temperatura con un termoscaner; y, por último, las entradas serán únicamente electrónicas (con lectura digital del código QR). Entre las novedades de esta reapertura se encuentran los tornos para separar al público y evitar aglomeraciones, mientras que infografías y carteles, además de indicar las rutas de visita, recordarán a los visitantes las buenas prácticas para evitar el riesgo de posibles contagios.
Pero estamos hablando de una excepción. Según el MiBACT, “los museos son servicios públicos esenciales abiertos al público”, dicen las Directrices, “cuando reciban de las Direcciones Generales competentes en materia de organización y presupuestos, los recursos humanos y financieros adecuados para garantizar la seguridad de trabajadores y visitantes”. Pero, ¿podemos imaginar que se cierren hospitales por falta de “recursos humanos y financieros”? En Sicilia, más que en el Estado, los museos son servicios públicos esenciales... dependiendo de cuánto dinero haya en la caja.
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