Quieren colocar una noria de 60 metros junto a las excavaciones de Pompeya. El ministro: "de ninguna manera".

“La emoción estará garantizada”, dicen los responsables del proyecto de la Rueda de Pompeya, una enorme noria de 60 metros de altura diseñada por una empresa privada que quiere instalar el tiovivo junto a las excavaciones de Pompeya. El anuncio de la idea lo hizo el diario Il Mattino: la empresa, Iesse International Strategies, una firma alemana, ya ha presentado el proyecto al ayuntamiento, con vistas a inaugurar la noria (que, de construirse, sería la segunda más alta de Italia tras la Eurowheel de Mirabilandia, la quinta más alta de Europa y la trigésima del mundo, cinco metros más baja que la mundialmente famosa Wiener Riesenrad, la noria del Prater de Viena) el 8 de mayo. Sería una construcción provisional: las obras comenzarían a finales de abril, y la rueda estaría en funcionamiento hasta el próximo otoño. Y, de realizarse, se convertiría en la estructura más alta de Pompeya: sería incluso más alta que el santuario.

El alcalde de Pompeya, Pietro Amitrano, ya ha expresado su entusiasmo por la maniobra: “La noria, como ya ocurre con instalaciones similares en las capitales más importantes del mundo”, ha dicho, “está en plena consonancia con la promoción turística de Pompeya”. El potencial aumento de interés, tanto por parte de los residentes como de los turistas, es tal que tendrá un impacto positivo en términos de valorización de la zona".

La noria ya tiene su propia página de Facebook donde, entre la foto de un artefacto y la de una pizza o un café en la bahía de Nápoles, es posible seguir el avance de las obras. La gigantesca rueda de acero debería levantarse, según las intenciones de sus creadores, en Via Plinio, no lejos de la salida de la autopista y justo al lado de las excavaciones arqueológicas. Y, obviamente, para disfrutar de la “emoción” de ver las excavaciones desde arriba, habrá que pagar un billete que permitirá acceder a las góndolas de la rueda. También habrá góndolas VIP, con sofás y cubiteras para acomodar una botella de vino espumoso.

Y por supuesto, como es natural cuando uno se imagina una noria de sesenta metros cayendo en picado junto a uno de los yacimientos arqueológicos más famosos del mundo, nadie está de acuerdo con la construcción. Además de los usuarios de las redes sociales que se han vuelto locos (incluso hay quien ha querido reiterar, en la página de la Noria de Pompeya, que “Pompeya no es Disneylandia”), ya ha habido varias posturas, desde la delObservatorio de Bienes Culturales, una organización privada que vigila el estado del patrimonio cultural, hasta la del propio ministro de Bienes Culturales, Alberto Bonisoli. Para el arquitecto Antonio Irlando, ex concejal de cultura del municipio de Torre Annunziata y presidente del Observatorio, la rueda sería una especie de violación del yacimiento: “violaría los valores culturales de la zona arqueológica e infringiría tanto las normas de protección de la franja perimetral de las excavaciones bajo jurisdicción de la superintendencia como las disposiciones del plan estratégico de ordenación de los territorios de la zona de amortiguamiento del yacimiento de la Unesco, en el marco del Proyecto Gran Pompeya”.

El ministro Bonisoli, en declaraciones al programa Agorà de la RAI Tre ayer por la mañana, se cerró en banda a cualquier posibilidad: “Ni siquiera se habla de ello. En los despachos no parece que haya llegado nunca un proyecto así, pero si llegara, lo devolveríamos al remitente”. De hecho, parece que aún no ha llegado nada a la Soprintendenza, pero no es difícil prever un rechazo rotundo, también porque existen precedentes, cuando en Turín (hace apenas un mes) y Milán (en 2015) se rechazaron ruedas temporales que iban a instalarse en el Parco del Valentino y el Parco Sempione, respectivamente. Y probablemente ocurra lo mismo con la rueda de Pompeya.

En la foto: las excavaciones de Pompeya desde arriba. Foto Crédito

Quieren colocar una noria de 60 metros junto a las excavaciones de Pompeya. El ministro: "de ninguna manera".

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