Por primera vez, el aire de la catedral de Florencia será biomonitorizado mediante líquenes


Por primera vez, el aire del interior de la catedral de Florencia será biomonitorizado. Los datos obtenidos del análisis microbiológico proporcionarán información útil para identificar especies potencialmente nocivas no sólo para el patrimonio artístico sino también para la salud humana.

El aire del interior de la catedral de Florencia será biomonitorizado por primera vez. El aire que respiramos en el interior transporta partículas atmosféricas, también conocidas como polvo fino, y microorganismos del exterior. Por ello, las investigaciones se llevarán a cabo en paralelo en dos frentes: por un lado, se realizará la biomonitorización de las partículas atmosféricas y, por otro, la identificación y cuantificación de los microorganismos presentes en el aire pero también en las superficies de diversos materiales como mármol, piedra, ladrillos, yeso y madera. La biomonitorización se llevará a cabo gracias a un proyecto de laÓpera de Santa María del Fiore con el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, la Universidad de Florencia, la Universidad de Siena y la Accademia Nazionale dei Lincei.

La biomonitorización de las partículas atmosféricas se realizará mediante líquenes que se colocarán en diversos puntos de la Catedral, la Cúpula de Brunelleschi y en Santa Reparata, durante unos tres meses. En la cúpula, se han colocado líquenes en los tres niveles de las galerías, a una altura de 32 metros y 50 metros, y en la base de los frescos, suponiendo que el flujo de aire pueda transportar partículas y microorganismos desde el exterior, a través de las puertas, hasta el vértice de la cúpula. Otros líquenes se colocaron en el interior de Santa Reparata, para delinear las características de las partículas emitidas en los sistemas de intercambio de aire natural o forzado. Otros se han colocado en el exterior de la fachada del Duomo y de la Gabbia dei Grilli, para identificar las características del particulado atmosférico que penetra en el monumento. Los análisis sobre el particulado atmosférico bioacumulado por los líquenes permitirán determinar cualitativa y cuantitativamente, mediante métodos químicos y magnéticos, la posible presencia de metales contaminantes en el interior de la Catedral de Florencia, discerniendo sus fuentes emisoras. Los datos obtenidos del análisis microbiológico proporcionarán así información útil para identificar especies potencialmente nocivas no sólo para el patrimonio artístico sino también para la salud humana.



Para la parte microbiológica, los microorganismos serán recogidos por laUniversidad de Florencia, en los mismos lugares donde se encuentran los líquenes, directamente en placas con medios nutritivos para hongos y bacterias, con el fin de su cultivo, y en filtros microbiológicos con el fin de la extracción de ADN total para el análisis metagenómico.

“Trabajamos constantemente con universidades y otros institutos”, ha declarado Luca Bagnoli, presidente de la Opera di Santa Maria del Fiore, “en investigaciones y experimentos destinados al conocimiento y la conservación de nuestro patrimonio. Esta investigación, en particular, será un complemento indispensable de las actividades de vigilancia y mantenimiento que realizamos constantemente, prestando atención a las últimas tecnologías y descubrimientos”.

“El uso de líquenes tiene una larga tradición en biomonitorización y está ligado a su eficacia en la retención de componentes transportados por el aire”, explicó Aldo Winkler, físico del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología. “En el campo del Patrimonio Cultural, hemos utilizado este método multidisciplinar, hasta la fecha, en la Colección Peggy Guggenheim de Venecia, en las logias pintadas al fresco por Rafael en la Villa Farnesina y en la Colina Palatina del Parque Arqueológico del Coliseo de Roma, y en los Museos de Historia Nacional y de Bellas Artes de Buenos Aires, con el objetivo de controlar, con métodos no invasivos y biológicos, la difusión de polvo contaminante dentro del patrimonio cultural situado en contextos altamente antropizados”.

Por primera vez, el aire de la catedral de Florencia será biomonitorizado mediante líquenes
Por primera vez, el aire de la catedral de Florencia será biomonitorizado mediante líquenes


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