En Pisa se ha desatado una acalorada polémica en torno a la exposición del artista callejero toscano Ozmo (seudónimo de Gionata Gesi, Pontedera, 1975) titulada Ozmo, Cada pared de la ciudad cuenta una historia y montada en el Fortilizio y la Torre Guelfa. Todo parece haber surgido a raíz de una publicación en Facebook del crítico de arte pisano Luca Nannipieri, que el 12 de enero escribió en la popular red social que la exposición se había montado de forma descuidada. Publicando una imagen de un cartel escrito a bolígrafo y pegado a una pared para informar a los visitantes de la continuación de la visita, Nannipieri declaró: “esto es lo que ocurre cuando, en arte, no intervienen profesionales: dejadez en lugar de cuidado y meticulosidad en los detalles”. En Pisa, una exposición sobre un artista de talento, OZMO, se convierte en un montaje cuando menos embarazoso. Pagan 7.000 euros para tener 20 minutos de Vittorio Sgarbi y luego este es el nivel de las exposiciones institucionales en la ciudad. Si yo fuera el artista, al que aprecio, lo quitaría todo". La referencia es a una conferencia de Sgarbi en noviembre: en la ciudad se discutió mucho sobre la cantidad de dinero que se daba al popular crítico de televisión.
La respuesta de Ozmo no se hizo esperar: el artista culpó expresamente al concejal de Cultura, Andrea Buscemi, quien, según Ozmo, “quería la exposición sobre todo para reconstruir su imagen y demostrar que podía despachar aduanas en Pisa incluso para el arte contemporáneo ’incómodo’ después de los escándalos y la polémica de Haring”, como declaró el artista callejero en las páginas de Il Tirreno. En este caso, la referencia es a las declaraciones de Buscemi sobre Keith Haring: el concejal, en una de sus publicaciones, había definido la obra Tuttomondo del artista estadounidense como un “mural muy modesto y banal de inspiración metropolitana”, provocando encendidas reacciones. Para Ozmo, el ayuntamiento no había respetado los acuerdos alcanzados con la administración anterior (desde junio, Pisa está dirigida por un ayuntamiento de centro-derecha que tomó el relevo de la administración del partido político opuesto): “Con la administración anterior”, explicó a Il Tirreno, “mi exposición antológica debía celebrarse en el Sms alle Piagge. Todo estaba ya allí. Había luces y espacios adecuados. Ya había allí un mural mío. Y había un presupuesto de 10.000 euros del ayuntamiento para la organización, más otros 10 del concurso ganado por la Fundación Pisa”. Llega la nueva junta y se paraliza. Se hace una elección, se propone la Torre Guelph, que, aunque pintoresca, no es adecuada. Buscemi intervino y nos “concedieron” el alquiler de la localización, pero el presupuesto se esfumó totalmente en el último minuto“. Ozmo se quejó de que no se le apoyaba lo suficiente: ”la ciudad“, dijo, ”no puede vivir sólo del Palazzo Blu y de exposiciones taquilleras que cuestan 12 euros“. La exposición fue autoproducida y el resultado es un milagro dadas las condiciones en que nos pusieron”. Y concluyó: ’una exposición en un museo cuesta un mínimo de 50-60 mil euros para arriba’. A pesar de todas las dificultades, cientos de personas pasan y se entusiasman con las obras, y la mayor satisfacción es haberlo hecho prácticamente todo sin el apoyo financiero de la nueva junta’.
Buscemi, por su parte, respondió con una nota publicada en el sitio web del Ayuntamiento de Pisa. En cuanto a los preparativos en bruto, declaró que “no organizamos directamente la exposición, de los preparativos se encargaron los organizadores y el propio artista, desde luego no el Ayuntamiento de Pisa”. A este respecto, resultan aún más desconcertantes las declaraciones del artista, que había realizado, junto con los organizadores, inspecciones de la Torre Guelfa y del Fortilizio considerándolos adecuados para la organización de la exposición. Por otra parte, los espacios de exposición del Centro SMS no eran accesibles durante el período indicado“. En cuanto a los acuerdos con los predecesores de Buscemi, el actual concejal responde: ”No sé lo que la administración anterior había prometido al artista, pero no hay rastro de ningún acuerdo en el Palazzo Gambacorti, no he encontrado ninguna escritura al respecto; nuestro Consejo decidió hacer una contribución a la realización del evento igual al coste de la concesión de la estructura, dejando a los organizadores y a los patrocinadores ya presentes la responsabilidad de sufragar cualquier otro gasto. Tengo entendido que los propios organizadores han recibido importantes contribuciones financieras de una importante fundación de la ciudad“. Buscemi prosiguió señalando que ”la exposición en cuestión es apreciada por muchos tanto por su contenido como por el marco en sí, así como por el magnífico y prestigioso lugar en el que se celebra“. Por último, el concejal concluyó deseando ”que a partir de ahora podamos trabajar con la mayor serenidad posible con todos los artistas que merecen ser valorizados por la ciudad de Pisa más allá de las legítimas posiciones políticas de cada uno".
Polémica por la exposición de Ozmo en Pisa. El artista: "el concejal sólo quería rehabilitarse tras la debacle de Keith Haring". |
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