Polémica por la cena de empresa de la influencer braidense. Ella: 'Yo pagué el local'


Estalló la polémica en Milán tras la cena que la influencer Estetista Cinica organizó en la Biblioteca Braidense para celebrar el lanzamiento de su empresa, Veralab, en España. Pero ella se defiende: 'Pagué por estar en un local, en Brera hay reglas'.

¿Es correcto que una de las bibliotecas históricas más importantes deItalia, la Biblioteca Braidense de Milán, convierta una de sus salas más significativas, la Sala de Lectura, también conocida como "Sala di Lettura" (Sala de Teología), en un lugar de eventos para celebraciones corporativas? Esto es lo que muchos se preguntan hoy, después de que Veralab, la empresa de cosméticos fundada por la influencer Estetista Cinica, organizara el pasado jueves una cena por invitación en la Sala de Lectura. La Biblioteca Braidense permaneció cerrada todo el día para permitir la organización del evento: hasta anteayer, sin embargo, no se había sabido nada de él, y la polémica se avivó después de que la empresa publicara un vídeo en sus perfiles sociales con imágenes del evento, que se celebró no solo en la biblioteca, sino también en el Cortile d’Onore de Brera.

Luces fucsias disparadas sobre la arquitectura del complejo braidense (incluido el Napoleón de Canova), una mesa colocada en el hall a poca distancia de los libros, una fiesta privada para promocionar la marca y celebrar su lanzamiento en España, un DJset y hasta pizzas para llevar repartidas en una Vespa.



Lo curioso es que esta vez la polémica no se originó fuera del círculo de admiradores de la influencer, sino que fueron sus propias bases las que lanzaron sonoras críticas. De hecho, no se puede contar el número de comentarios negativos que se leen bajo el vídeo colgado en las redes sociales:

“Vaya caída de estilo”, escribe un usuario. “Sólo de ti, amante del arte, no esperaba este descuido y arrogancia: puedo pagarlo para poder hacerlo. Vuelve a poner los pies en el suelo. Contrariamente a lo que dices en tus historias, se utilizó flash, no hay más que ver este vídeo. Además, en esa sala, la gran presencia de invitados no puede haber beneficiado a los tesoros que alberga, por la humedad producida por los presentes y los gestos de los que tocaban la estantería para hacer fotos. No creo que te impusieran normas a seguir porque, de lo contrario, imagino que habrías hecho todo lo posible por hacerlas cumplir. En cambio, creo que sólo hay que pagar para hacer lo que uno quiere y eso es lo que no tan veladamente decías en los reportajes’. De nuevo, otro usuario: ”Una empresa privada alquila una propiedad pública y organiza un convite a puerta cerrada, con cena incluida, dentro de una sala de la Biblioteca Nacional Braidense. Si esto te parece bien: un bien cultural público mercantilizado, degradado a un lugar para eventos privados’. Otro: “Soy una persona sencilla y me pregunto: ¿por qué no se utilizan las cosas por lo que son? Las cenas se hacen en restaurantes (o similares) y a las bibliotecas se va a leer”. Y va al grano al final del comentario: “Todo lo demás es un poco alarde insultante”.

Luego están los que lo achacan a la nueva conciencia de los seguidores, que ya no están dispuestos a beberse todo lo que salga de sus favoritos: ’Demasiado. Demasiado. No creo que muchos influencers se estén dando cuenta de que algo ha cambiado en la sensibilidad de los seguidores. Si antes este mundo dorado despertaba admiración, ganas de emular, hoy suena terriblemente fuera de tono. Son años terribles en todos los sentidos, esta exhibición descarada de lujo es realmente vulgar e ignorante. Como operación de marketing, no creo que haya funcionado del todo. Tanto es así que algunas personas deciden abandonar la marca: “Este vídeo me parece una distopía. Ya no daré ni un céntimo ni a Overskin ni a Veralab”, dice un usuario. Y luego están los que recuerdan que dentro de la braidense “no se puede ni beber agua” y hay que “tocar libros y estanterías estrictamente con guantes blancos”. En el vídeo se ven planos de invitados posando y tocando las estanterías.

Por supuesto, también hay quien defiende a la Esteticista Cínica y a su empresa, pero el ambiente general parece ser fuertemente negativo. Y, por supuesto, su respuesta no se ha hecho esperar: “Yo misma organicé un evento dentro de Brera, como otras personas lo han organizado antes que yo”, habría dicho a través de algunas historias de Instagram recogidas por Corriere della Sera. “El lugar lo quise yo porque la alternativa era otro hotel. Había diez influencers españoles muy grandes, en sus stories primero hicieron un tour por el interior de Brera mostrando nuestra Pinacoteca a millones de personas en España. El evento contó con los permisos necesarios: las velas de las mesas eran falsas y no se hicieron fotos con flash. Organizar eventos en estos contextos es muy complicado porque hay normas muy estrictas. El catering lo eligen los museos. Yo pagué por estar en un lugar. Pagué por todo lo que hice, como cualquier otra marca. Dejémonos de mistificaciones de los lugares culturales. Las obras que se ven dentro del Brera se hicieron gracias a encargos privados. Me han llamado ”parvenu“, pero menos mal que hay gente que se enriquece con su trabajo. Todo lo que tengo me lo he ganado. No soy rico por mi familia”. ¿Cuánto se habría gastado la empresa en la velada? Según informaciones del Fatto Quotidiano, la Braidense recaudó 80 mil euros con la cena de Veralab, además de 15 mil pagados a los custodios.

Polémica por la cena de empresa de la influencer braidense. Ella: 'Yo pagué el local'
Polémica por la cena de empresa de la influencer braidense. Ella: 'Yo pagué el local'


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