La semana pasada (el 9 de abril para ser exactos), el gobierno regional de Liguria aprobó el proyecto de ley regional 210, que modifica la ley regional 12 de 22 de febrero de 1995 para redefinir los límites de cuatro parques regionales, a saber, los parques de Antola, Aveto, Beigua y Alpi Liguri: el parque de Antola se reduce en un 9,2%, el de Aveto en un 1,75%, el de Alpi Liguri en un 0,98% y el de Beigua en un 0,09%.De 607,43 hectáreas a 22.066,88 hectáreas: se suprimen, pues, algo más de 540 hectáreas de zonas protegidas (para dar una idea, el Parque Nacional de Cinque Terre, probablemente el más famoso de la región aunque sea de competencia estatal, tiene una superficie de 3.860 hectáreas, mientras que los cuatro parques afectados por los cambios suman una superficie de unas 20.000 hectáreas: su superficie se reduce, pues, en conjunto, un 2,39%). El proyecto fue aprobado con 17 votos a favor, los de la mayoría de centro-derecha, frente a 10 en contra (de Pd, M5S y Rete a Sinistra-Liberamente Liguria), mientras que sólo hubo una abstención (Liguri con Paita).
La reducción de la superficie protegida, dijo Stefano Mai, consejero regional de Parques, se decretó para permitir una “mejor gestión de todo el territorio de las Áreas Protegidas”, así como, añadió el consejero de la Lega Nord Giovanni De Paoli, para “incentivar el retorno del factor humano al interior”. Las zonas afectadas por la reducción de áreas protegidas están de hecho escasamente pobladas, y la mayoría cree que esta medida puede fomentar la repoblación del territorio.
Sin embargo, las reacciones de la oposición han sido duras: el Movimiento 5 Estrellas ha hablado de “ley destructora de parques”, y desde la izquierda también se protesta porque la reducción de parques fomentaría la cementación de una zona especialmente castigada como Liguria. “La Regione Liguria es el jersey negro de las zonas protegidas”, escribió el concejal del PD Giovanni Lunardon en Facebook. “Es una ley fóbica para los parques. Los demás mejoran o amplían sus zonas protegidas. Nosotros las recortamos. Procedemos como gambas”. La contrariedad también llega desde Roma: el presidente de la Comisión de Política Europea de la Cámara de Diputados, Sergio Battelli, escribió en su perfil de Twitter que se habían ignorado las peticiones de territorios y asociaciones, y concluyó reiterando “pararemos esta abominación”.
Ayer, Il Fatto Quotidiano publicó una larga entrevista con el geólogo Alfonso Bellini, que en el pasado ha sido asesor de la provincia de Génova en los juicios por las inundaciones que han afectado a la zona de Génova en los últimos años. Bellini afirmó su oposición a la ley de reducción de los parques, sobre todo porque la eliminación de la protección aumenta la fragilidad de una región que ya ha sido muy golpeada por catástrofes ecológicas en el pasado y que todavía ve muchas zonas en riesgo de inundación: Aunque reconoce que las zonas protegidas no son la panacea, el geólogo declara que “una zona protegida, al menos en teoría, da algunas garantías suplementarias”, porque “al menos se elimina el riesgo de que algún alcalde se vuelva loco y decida subdividirlo todo”. En cuanto al hecho de que los parques obstaculicen el desarrollo, Bellini afirma que “la presencia de un parque nunca se ha visto como un obstáculo para el desarrollo del territorio, al contrario: si se explota bien, puede ser una oportunidad decisiva”. Más bien al contrario: para Bellini, si el promontorio de Portofino no se hubiera convertido en parque en los años 30, “ahora sería una losa de hormigón”.
En la foto: el parque Aveto
Parques, Liguria elimina 540 hectáreas de zonas protegidas: el 2,4% de cuatro parques suprimidos |
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