El Instituto de Anatomía Humana de Padua celebra su primer siglo con un nuevo mural de Milo Manara (Luson, 1945), uno de los dibujantes e ilustradores más importantes de Italia. En las paredes de la escalera monumental del edificio, la representación de la tradición de la Universidad de Padua en el estudio de la anatomía humana enlaza idealmente las salas históricas del sótano con los modernos laboratorios de la primera planta.
El año 2022 es un año de aniversarios especiales para la Universidad de Padua: el centenario del Instituto, mientras que la Universidad celebra su 19º aniversario con un programa repleto de actos, conferencias y espectáculos. Padua es la cuna de la anatomía moderna, la cátedra por la que han pasado los más grandes científicos y estudiosos de la disciplina, desde Bruno da Longobucco a Giovan Battista Morgagni. Fue durante sus años de docencia en la ciudad cuando el flamenco Andrea Vesalio elaboró De humani corporis fabrica, el tratado que revolucionó la ciencia anatómica en 1542. Y fue en Padua donde se terminó en 1595 el primer teatro anatómico permanente del mundo, que aún se conserva perfectamente en el Palacio del Bo. Erigidos en 1922 según un proyecto del arquitecto de Arezzo Guido Fondelli en una zona adyacente al Hospital Giustinianeo, los “Institutos Anatómicos” fueron concebidos para continuar esta antigua tradición, con la creación de un nuevo teatro anatómico (la Sala Falloppio) y de espacios para la Biblioteca y los Laboratorios.
Realizado con la técnica del Tattoo Wall y cubriendo aproximadamente 225 metros cuadrados en tres tramos de escaleras y en el techo, la nueva obra de Milo Manara utiliza el lenguaje del arte figurativo para narrar la antigua relación entre la Universidad de Padua y la ciencia de la anatomía, hundiendo sus raíces en el pasado y acompañando y proyectando a los jóvenes anatomistas del futuro hacia las nuevas fronteras de la investigación. Uniendo las distintas imágenes del mural se encuentra un “árbol de la vida” inspirado en el cuadro homónimo de Gustav Klimt de principios del siglo XX. Es precisamente el nombre del pintor vienés el que viene inmediatamente a la mente al pensar en sus famosos y hoy perdidos Quadri delle facoltà, el ciclo de pinturas que el artista creó para decorar el techo de la Universidad de Viena, dedicadas respectivamente a Filosofía, Medicina y Derecho.
Giovanni Battista Morgagni (1682 - 1771), catedrático de anatomía y fundador de la anatomía patológica contemporánea; Antonio Maria Valsalva (1666 - 1723), médico, anatomista y cirujano, alumno predilecto de Marcello Malpighi y maestro del célebre Giovanni Battista Morgagni; Bartolomeo Eustachio (entre 1500 y 1510 - 1574), anatomista; Gabriele Falloppio (1523 - 1562), titular de la cátedra de la Facultad de Medicina y Derecho de la Universidad de Viena. 1562), titular de las cátedras de anatomía, cirugía y botánica de la Universidad de Padua; Andrea Vesalio (1514 - 1564), fundador de la anatomía moderna, que fue el primero en postular la necesidad de una reescritura exhaustiva de la descripción del cuerpo humano y sus partes mediante la práctica asidua de la disección de cadáveres; Leonardo da Vinci (1452 - 1519) y Miguel Ángel Buonarroti (1475 - 1564) son las figuras históricas representadas.
La obra de Milo Manara se ha realizado gracias al apoyo del Departamento de Neurociencia, Protectorado del Patrimonio Artístico, Histórico y Cultural, Protectorado de la Edificación, Protectorado de la Educación, Área de Edificación y Seguridad de la Universidad de Padua.
"En la primera pared, representé en clave alegórica la frase Hic est locus ubi mors gaudet succurrere vitae, una maravillosa afirmación que desde la entrada del antiguo Teatro Anatómico del Palacio del Bo nos recuerda que en ese lugar se estudiaban los cuerpos de los muertos para aprender a curar a los vivos", explica Milo Manara. "En la segunda, me inspiré en el famoso frontispicio del De humani corporis fabrica de Andrea Vesalio, añadiendo las figuras de otros importantes científicos que han enseñado en Padua a lo largo de los siglos. La tercera está dedicada a los nuevos médicos y a las apasionantes posibilidades de la cirugía moderna, empezando por el trasplante de órganos. Son horizontes que proyectan idealmente a la humanidad hacia una hipotética eternidad, que he ilustrado metafísicamente en el techo: aquí se reproduce una bóveda estrellada como la de la Capilla Scrovegni de Giotto, aunque actualizada a la visión de los telescopios modernos, donde vuelan un Adán y una Eva primordiales, para representar el inicio cíclico de la vida después de la muerte".
“La decisión de confiar al maestro Milo Manara la realización de este mural está vinculada a dos objetivos principales. El primero es reforzar y relanzar ese diálogo entre la investigación científica, la difusión del conocimiento y los lenguajes artísticos que la Universidad de Padua siempre ha cultivado en sus ocho siglos de historia”, afirma el director del Departamento de Neurociencia Raffaele De Caro. “La segunda es crear una obra que se inscriba perfectamente en el contexto de la anatomía moderna, una ciencia que ha revolucionado el estudio de la medicina y la formación de los médicos, donde el conocimiento profundo del cuerpo humano gracias a los estudios anatómicos mediante disección ha constituido y constituye la base indispensable para el desarrollo de las disciplinas médicas”.
Padua, mural de Milo Manara para el centenario del Instituto de Anatomía Humana |
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