Nápoles, restaurado el monumento funerario de Don Pedro Álvarez de Toledo

Se ha restaurado el monumento funerario de Don Pedro Álvarez de Toledo, Marqués de Villafranca, en la Real Basílica pontificia de San Giacomo degli Spagnoli de Nápoles. La intervención ha sido posible gracias al Grupo Capri, mecenas de la Asociación Amigos de Nápoles.

El monumento fue erigido a instancias del propio Don Pedro, el mayor de los virreyes españoles que se sucedieron de 1503 a 1707, quien encargó su construcción a Giovanni Merliano da Nola. Sin embargo, la muerte sorprendió al virrey en Florencia en 1553, cuando aún no se había terminado el monumento de Nápoles, por lo que fue enterrado en la catedral florentina de Santa María del Fiore. El sarcófago monumental fue ejecutado en varias etapas por Giovanni Merliano da Nola, que utilizó varios ayudantes (1540-70). Las obras concluyeron en 1570.

El monumento consiste en una gran obra cuadrada colocada sobre una base, también cuadrada, decorada con frisos, cabezas y festones sobre los que se encuentran estatuas alegóricas de las virtudes cardinales, símbolos de las cualidades morales del soberano español. En tres lados de una segunda base, más estrecha, hay bajorrelieves trabajados en la técnica del stiacciato que representan las hazañas del virrey.
El primero representa la victoria contra los turcos en 1538 que, tras desembarcar en la costa sur de la península y no poder someter a Otranto, ocuparon y saquearon Ugento y Castro. Pedro de Toledo envió parte de sus tropas en las naves del almirante Doria y de su hijo García y con otras se dirigió él mismo a Apulia, deteniéndose en Melfi y después en Taranto; los turcos se vieron obligados a retirarse en este punto: en la escena vemos a don Pedro a caballo, a los cristianos hechos prisioneros por los turcos y a varios grupos de combatientes.
La segunda hazaña se refiere a la victoria lograda en las aguas de Baia en 1544 contra Federico Barbarroja: en el centro se representa el castillo aragonés y a lo lejos el Monte di Procida. El corsario se rindió al virrey tras haber intentado en vano tomar Ischia y Pozzuoli. El tercer acontecimiento se refiere en cambio a la visita napolitana de Carlos V en 1535: Don Pedro, desmontado de su caballo, espera la llegada del emperador en Porta Capuana, mientras a su alrededor se celebra una procesión. Sobre el sarcófago, a ambos lados de un yelmo emplumado, se encuentran las figuras arrodilladas de Pedro de Toledo y su primera esposa María Ossorio Pimentel; el virrey está retratado con rasgos graves y solemnes, Pimentel lee un libro sagrado con aire pensativo.

La restauración ha sido posible gracias a la implicación de los maestros de L’Officina Restauro con Del Core Restyling, y forma parte de las grandes obras de restauración iniciadas en 2019 bajo la supervisión de la Soprintendenza Archeologia Belle Arti e Paesaggio. “Nos complace haber contribuido a la restauración apoyando a Amigos de Nápoles, y estamos encantados de participar en la alegría de inaugurar el monumento dedicado al ilustre Don Pedro Álvarez de Toledo”, han declarado Gaì Nunzio y Anna Colella, fundadores del grupo Capri.

La iglesia de San Giacomo degli Spagnoli es “uno de los lugares simbólicos de la ciudad”, recordó el alcalde de Nápoles , Gaetano Manfredi. “Esta restauración”, prosiguió, “también puede decirse que es el preludio de un gran proyecto en el que llevamos trabajando más de un año y que está vinculado a la ciudad de Florencia, así como a España”.

Foto Ansa

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