Monza, Villa Reale cierra al público tras sólo seis años: muebles retirados, exposiciones canceladas


La Villa Reale de Monza cierra al público sólo seis años después de su inauguración, tras una larga disputa entre propietario y concesionario. Con las exposiciones programadas canceladas, el mobiliario del concesionario también será retirado en breve.

La gran residencia de los Habsburgo, uno de los edificios neoclásicos más grandes de Italia (fue construido entre 1777 y 1780 según un diseño de Giuseppe Piermarini), había sido rescatada de la decadencia en la que había caído en la segunda mitad del siglo XX gracias a la restauración iniciada en 2012, que había permitido la recuperación total del cuerpo central de la Villa y la recuperación parcial de las alas norte y sur, y había sido abierta al público el 26 de junio de 2014. Se había convertido en un centro de exposiciones, pero aún era posible visitar los pisos históricos de Umberto I y Margherita di Savoia, que fueron inquilinos del palacio de Monza (las habitaciones conservan en parte su mobiliario histórico), y los salones de estado que acogieron a gobernantes de todo el mundo.

El cierre se produce tras un periodo muy tenso, al que no ayudó en absoluto la pandemia de Covid-19, sino todo lo contrario: el cierre de primavera fue quizá el acontecimiento que precipitó la situación, ya que agravó las dificultades del complejo. Desde 2014, parte del cuerpo central de la residencia neoclásica se había confiado a un gestor privado, Nuova Villa Reale spa, filial de Italiana Costruzioni. Pero las fricciones con el Consorcio de Gestión de Villa Reale, es decir, el organismo que agrupa a los propietarios de la villa y su gran parque (los municipios de Monza y Milán, la Región de Lombardía y MiBACT), y que gestiona otra parte del complejo, así como el mantenimiento ordinario de los edificios, la custodia de las estructuras y el funcionamiento de las instalaciones, se remontan a mucho antes de la pandemia: sobre la mesa, incluso antes de los sucesos de Covid-19, estaban varios asuntos, especialmente el de la revisión del plan económico-financiero de la concesión desde 2017 (la Villa tenía presupuestos en números rojos de un millón y medio de euros anuales, informa la prensa local), y el de la no finalización de la reurbanización de las alas de la villa.



En concreto, la concesionaria sigue quejándose de la falta de respuesta del Consorcio a la revisión del plan económico-financiero, y lleva más de un año reclamando el pago de más de 8 millones de euros (8.307.370 euros para ser exactos) en concepto de “cantidades adeudadas” por penalizaciones, cobertura de costes y recuperación de inversiones: es decir, la cantidad que la concesionaria estimó como coste a incurrir para rescindir el contrato que vinculaba a las partes por veinte años, hasta 2033. El concesionario culpa al Consorcio de la no reurbanización de las alas de la villa, que no habría permitido un relanzamiento completo del complejo, así como de la no construcción de un aparcamiento, de la exclusión del concesionario de los actos de la Expo 2015 y de la falta de estrategia de promoción del Consorcio.

En octubre, uno de los organismos miembros del Consorcio, la Región, había solicitado al Tribunal de Cuentas un dictamen formal, para entender qué decisiones debían tomarse sobre las peticiones de Nuova Villa Reale. El Tribunal de Cuentas, sin embargo, había respondido que no podía pronunciarse sobre el asunto, reabriendo de hecho el punto muerto entre las dos partes. En noviembre, el último capítulo del largo asunto: tras la nulidad sancionada por el dictamen del Tribunal de Cuentas, Nuova Villa Reale había fijado una fecha para que el Consorcio reconociera las “sumas adeudadas”, aplazando al 15 de enero de 2021 la entrega de las llaves de la parte de Villa Reale confiada a su gestión.

El Consorcio, sin embargo, no dio ninguna respuesta formal a la empresa, que decidió entonces declarar el divorcio y cortar los servicios públicos, anular todas las exposiciones programadas (incluida la que, actualmente en construcción, sobre Salvador Dalí, debía inaugurarse próximamente), así como desmantelar sus instalaciones: librería, cocinas, mobiliario de los locales renovados, incluidos los especialmente diseñados por el arquitecto Mario De Lucchi, que serán subastados. La empresa entregará las llaves de la Villa Reale el 15 de enero al alcalde de Monza (como presidente del Consorcio), Dario Allevi. El Consorcio, por su parte, no se ha expresado abiertamente sobre el asunto, según informa el diario Milano Weekend, que señala que Allevi hablará después del 15 de enero: “una vez que reciba las llaves de la Reggia”, dijo el presidente del Consorcio, “me expresaré sobre lo que ha sucedido, por qué ha fracasado la relación con el concesionario y cómo organizaremos la gestión de la Villa”. El alcalde de Monza también hablará del futuro de la Villa Reale después del 15 de enero: se prevé una gestión interna del palacio, aunque de momento no se han revelado detalles.

¿Cuál es la postura del Consorcio al respecto? Como ya se ha dicho, los “comunicados” de la autoridad al respecto son escasos y lacónicos, pero pueden resumirse afirmando que el Consorcio, al igual que algunos comités ciudadanos (la Associazione Amici dei Musei di Monza e Brianza, el Comitato per il Parco A. Cederna y el Comité “La Villa Reale también es mía”), no se considera responsable de la petición del concesionario de más de 8 millones de euros por el lucro cesante, y de hecho, dicen los ciudadanos, “identifica una responsabilidad precisa de este último por la retirada indebida que ha privado a los ciudadanos de la posibilidad de disfrutar del monumento desde hace más de 7 meses”.

“Si realmente tuvieran intención de solucionar el conflicto”, recuerdan los comités, “el gestor y el consorcio podrían obtener una decisión rápida recurriendo al arbitraje, que puede resolver el conflicto en seis meses como máximo”. Más allá de las cuestiones jurídicas, del esclarecimiento de responsabilidades, también hay cuestiones espinosas que conciernen a los trabajadores, y cabe preguntarse cuál puede ser el futuro de Villa Reale. De momento no se sabe: lo que piden los ciudadanos, sin embargo, es la devolución de uno de los monumentos más preciados de la ciudad, “trabajando”, afirman los comités en su comunicado, “en la dirección de dotar también al Consorcio de las competencias necesarias para gestionar un conjunto monumental tan importante”. importante, sobre todo en estos momentos en que la cultura y el arte parecen ser el único medio de compensar, al menos parcialmente, el abatimiento y la frustración en que nos hemos sumido tras la emergencia pandémica".

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