La noticia, que apareció el mes pasado (el 2 de abril para ser exactos) en un artículo de The Art Newspaper (y disponible para el público italiano en el número de mayo de Il Giornale dell’Arte), es realmente sabrosa e interesante: más de 30 millones de imágenes de pinturas, dibujos y esculturas se pondrán en la red, y serán accesibles en un único sitio web, si un grupo de instituciones, museos, archivos fotográficos y bibliotecas se ponen de acuerdo para iniciar este enorme proyecto de digitalización que podría constituir una “revolución” para la historia del arte.
La palabra “revolución” la utilizó Inge Reist, directora del Centro de Historia del Coleccionismo de la Frick Collection, que es una de las catorce instituciones que participan en el proyecto. Cuatro son estadounidenses (la citada Frick Collection, el Getty Research Institute de Los Ángeles, la National Gallery of Art de Washington y el Yale Center for British Art de New Haven), tres inglesas (el Paul Mellon Centre, el Warburg Institute y el Courtauld Institute of Art) una alemana (el Bildarchiv Foto Marburg), una francesa (el Institute National d’Histoire de l’Art), una holandesa (el Rijksbureau voor Kunsthistorische Documetatie) y nada menos que cuatro italianas (la Biblioteca Hertziana, la Fondazione Federico Zeri, el Kunsthistorisches Institut de Florencia y la Villa I Tatti de Florencia).
Imagínense lo que significaría disponer de un archivo de esta magnitud: Significaría ampliar enormemente las posibilidades de acceso a un material que ahora se puede consultar acudiendo personalmente a los institutos mencionados o, como mucho, haciendo una solicitud; significaría facilitar enormemente las labores de investigación y difusión; significaría dotar a profesores y alumnos de herramientas adicionales para el estudio de la historia del arte, supondría poner a más gente en condiciones de difundir más y mejor la historia del arte, y supondría poner a disposición de los aficionados imágenes de obras de arte que hasta ahora no se encontraban en la red, suponiendo, claro está, que la consulta de los archivos no se restrinja a los investigadores. Todavía no se ha filtrado ninguna información sobre este aspecto del proyecto: Chris Stolwijk, director de la Rijksbureau voor Kunsthistorische Documetatie, se limitó a decir a The Art Newspaper que “es esencial empezar la digitalización, de lo contrario sólo trabajaremos para un pequeño grupo de investigadores”. Asimismo, aún no se ha decidido si la consulta del material será gratuita o de pago.
Palazzetto Zuccari en Roma, sede de la Biblioteca Hertziana. Foto de Francesco Bini cedida bajo licencia Creative Commons |
La idea de reunir a 14 institutos con el fin de colaborar para “unir los distintos archivos y hacerlos compatibles en sus sistemas” se remonta a hace unos años, como afirmaba la directora de la Fondazione Zeri, Anna Ottani Cavina, en una entrevista aparecida el 28 de abril de 2014 en L’Indro: el nombre elegido para el consorcio de institutos es Consorcio Internacional de Fototecas Digitales, y ya se ha puesto en marcha en fase experimental, con resultados muy limitados por el momento. Y el objetivo más ambicioso del consorcio será digitalizar 31,5 millones de documentos pertenecientes a los distintos institutos.
El mayor obstáculo será encontrar los fondos, pero aun así Christian Stolwijk afirma que, al menos el instituto que dirige, podrá digitalizar sus documentos en el plazo de un año, una vez que se hayan encontrado las sumas necesarias para poner en marcha el proyecto. Seguiremos de cerca los pasos que lleven al inicio del proyecto, con la esperanza de que se haga realidad... ¡!
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