Elproyecto ganador del Concurso Internacional de Diseño Novecentopiùcento, publicado en diciembre de 2020 por el Ayuntamiento de Milán con el objetivo de ampliar el Museo del Novecento dentro del Secondo Arengario, aumentando el espacio expositivo en más de 1000 metros cuadrados, es el del equipo dirigido por la arquitecta Sonia Calzoni.
“El proyecto es apreciable por la madurez y la conciencia con que tiene plenamente en cuenta las exigencias museísticas y los servicios conexos, valorizando la arquitectura preexistente, el contexto urbano y garantizando el carácter público y la permeabilidad de la planta baja del Secondo Arengario. La propuesta presenta características de viabilidad concreta con respecto a los objetivos del concurso relacionados con la integración del uso museístico del complejo Arengari”: esta es la motivación con la que el Comité de Selección eligió ganador el proyecto del equipo encabezado por la arquitecta Sonia Calzoni junto con Pierluigi Nicolin, Ferdinando Aprile, Giuseppe Di Bari y Bruno Finzi.
El museo también se ampliará gracias a la mecenas milanesa Giuseppina Antognini, que donará 5 millones de euros y un núcleo de valiosas obras del siglo XX. “El Museo del Novecento se duplica y se convierte en único. Diez años y medio después de su inauguración, comenta el Alcalde de Milán Giuseppe Sala, ”el museo se apodera del segundo Arengario, ocupado hasta ahora por algunas oficinas municipales. Una ampliación arquitectónicamente ejemplar que permitirá el nacimiento de un moderno y espectacular complejo expositivo dedicado al arte contemporáneo. Hoy hemos conocido el proyecto que dará vida a esta nueva y bella realización, posible y única gracias a la Fundación Pasquinelli y a la mecenas milanesa Giuseppina Antognini, que ha donado 5 millones de euros para las obras de remodelación y numerosas obras de los artistas más importantes del siglo XX de su colección privada. Milán está viviendo una fase de gran transformación“, prosigue el alcalde, ”en cada uno de sus barrios y en cada uno de sus ámbitos, entre ellos el cultural. Del Museo Nazionale della Resistenza al Teatro Lirico, de la nueva torre del Teatro alla Scala al segundo Arengario, todo contribuye a contar la historia de una ciudad que crece, se regenera y se hace cada vez más bella para vivir".
El objetivo del proyecto ganador es crear una síntesis arquitectónica entre los dos edificios gemelos para formar un único organismo. Según el pliego de condiciones del concurso, se prevén dos posibles soluciones para la conexión entre los dos edificios. La primera solución prevé una pasarela aérea situada a una altura de +19,65 metros, a la altura del tercer nivel de los dos Arengari, consistente en una viga reticular fijada directamente a las columnas laterales existentes de los edificios. Esta intervención puede considerarse totalmente reversible. La conexión entre los dos edificios tendría así las características de un tercer puente esbelto que cruzaría el eje Piazza della Scala - Piazza Diaz, complementario de los dos primeros constituidos por los archipuertos monumentales de la misma Galería diseñados por Giuseppe Mengoni. Vista desde el octógono de la Galería, la pasarela se apoya en el tejado del edificio bajo sin romper la vista de la Torre Martini. Concebida como una especie de proscenio, el diseño de la pasarela tiene un frente orientado hacia la Piazza Duomo caracterizado por paredes transparentes de luz y una estructura de espejo convexo debajo, que refleja las vistas y los movimientos de la plaza. La conexión aérea garantiza un recorrido continuo que, una vez pasada la sala del vértice del primer Arengario, cruza la pasarela para descender a la planta baja de las nuevas salas, resolviendo así la unidad del museo y dando continuidad al recorrido de los visitantes.
La segunda solución, alternativa pero factible incluso en presencia de la pasarela aérea, prevé la transformación de la Via Marconi en un atrio exterior del museo en contacto directo con la ciudad, un patio-plaza en relación con la Piazza Duomo. Este espacio reuniría todas las funciones de paso e intercambio entre los dos edificios, de modo que en cualquier caso se llevaría a cabo la recomposición de los dos Arengari en un único organismo. En este caso, el uso museístico de las salas del segundo Arengario tendría lugar de abajo arriba. A continuación, el proyecto propone la reducción de las barreras físicas y la valorización de los parterres y zonas verdes de la plaza Díaz.
Ambas soluciones propuestas confirman el principio de potenciar la distinción entre las cuatro plantas destinadas a espacios expositivos y museográficos y los espacios del sótano.
Por lo que respecta al Segundo Arengario, la planta baja constituye un espacio en diálogo con la Via Marconi; en el espacio porticado, donde seguirá garantizado el tránsito de los pasajeros desde la terminal del tranvía en Via Dogana hasta la Piazza del Duomo, habrá una librería abierta al público y una cafetería con mesas, mientras que en el entresuelo se construirá un auditorio. Las plantas del museo, situadas en cuatro niveles sobre el espacio porticado, podrán acoger así más de un centenar de obras, con un itinerario museológico que propondrá nuevas lecturas y comparaciones desde los años ochenta hasta las experiencias más actuales. En los dos primeros niveles hay dos salas equivalentes de aproximadamente 400 metros cuadrados, que también permitirán exponer obras de gran tamaño, montar instalaciones y realizar performances. Los dos niveles superiores, en cambio, acogerán la obra de un protagonista de la escena artística internacional, que dialogará con la Sala Fontana del Primo Arengario, también en lo que respecta a la escena nocturna.
Desde el punto de vista de la ingeniería de instalaciones, el proyecto, que prevé la renovación completa de las plantas sobre rasante a excepción de la planta logia, cumplirá los requisitos NZEB (Nearly Zero Energy Buildings) y obtendrá la certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) también mediante la conexión a la red de calefacción urbana. Con el fin de garantizar la mejor calidad del aire interior, el proyecto preverá la introducción de caudales adecuados de aire exterior que será previamente filtrado e higienizado.
Tal y como se preveía en la licitación, el proyecto también introduce transformaciones en el Museo Primo Arengario en lo que respecta a las instalaciones de servicio, como vestuarios, aseos y vestuarios para el personal de vigilancia en la planta sótano, mientras que se añade un Taller de Conservación que sustituye a las salas de conferencias y almacenes. En la planta baja, se modifica la entrada a las salas dedicadas a exposiciones temporales con una conexión más directa que facilita el acceso previa compra de entrada.
El valor de las obras asciende aproximadamente a 18,5 millones de euros. El proyecto ganador fue seleccionado entre las 130 propuestas recibidas en el marco del procedimiento de concurso, en dos fases anónimas, lanzado con la plataforma telemática Concorrimi.it, desarrollada por el Colegio de Arquitectos, Urbanistas, Paisajistas y Conservadores de la Provincia de Milán junto con el Ayuntamiento de Milán y el Colegio de Ingenieros de la Provincia de Milán. El ganador del concurso recibirá un premio de 60.000 euros. El ganador del segundo premio recibirá un premio de 12.000 euros, el ganador del tercer premio un premio de 8.000 euros, y los siete ganadores siguientes recibirán cada uno 4.000 euros como contribución a la actividad de diseño.
El Museo del Novecento también se verá ampliado gracias a la donación de Giuseppina Antognini, presidenta de la Fondazione Pasquinelli, coleccionista y mecenas milanesa: el museo recibirá 5 millones de euros, destinados a la remodelación del Segundo Arengario, y un importante núcleo de obras de principios del siglo XX de la Colección Giuseppina Antognini y Francesco Pasquinelli, cuyo valor total supera los 15 millones de euros. Entre ellas figuran Crepuscolo (Crepúsculo ) de Umberto Boccioni, que representa Milán en la época de su palpitante crecimiento a principios del siglo pasado, Paesaggio toscano (Paisaje tos cano) de Severini, Velocità d’automobile + luci (Velocidad de automóvil + luces ) de Giacomo Balla y un retrato de Mario Sironi; y también una obra metafísica de De Chirico y una obra de Savinio del periodo francés, artista hasta ahora ausente de las colecciones del museo, que llenará así este vacío de la colección permanente.
En la imagen, renderizado de la pasarela aérea entre los dos cuerpos del Museo del Novecento.
Milán, se creará una pasarela aérea entre los dos cuerpos del Museo del Novecento |
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