Los Archivos Estatales deFlorencia, losArchivos Estatales de Bolonia y las Bibliotecas Nacionales Centrales de Roma y Florencia cuentan su día a día, adhiriéndose a la campaña #iorestoacasa: los fondos, las colecciones, el trabajo constante del personal que restaura, elabora inventarios, lleva a cabo investigaciones y digitaliza, con el objetivo común de que el inmenso patrimonio del saber esté disponible para su consulta y estudio. Estas cuatro importantes instituciones se narran en breves vídeos publicados en el canal MiBACT de YouTube.
En las salas de los Archivos Estatales deFlorencia, una escuela forma a archiveros profesionales: garantizan servicios de investigación y fotorreproducción y permiten documentar la historia de Florencia y Toscana desde el siglo VIII hasta nuestros días, comprobando diariamente el estado de conservación de los documentos y ampliando el SIAS, el Sistema de Información de los Archivos Estatales, con descripciones detalladas de los fondos.
LosArchivos Estatales de Bol onia están mostrando la restauración de los pergaminos iluminados de las monjas vallombrosianas, así como el minucioso trabajo de recuperación de los fragmentos medievales de los libros hebreos perdidos, es decir, aquellos manuscritos que acabaron como material de encuadernación de libros impresos y que son testimonio, entre escritos religiosos y médico-científicos, de la historia de la comunidad judía y de la ciudad de Bolonia.
La Biblioteca Nazionale Centrale de Roma es una de las bibliotecas nacionales del país cuyo cometido es recopilar y conservar todas las publicaciones italianas. Su director, Andrea De Pasquale, nos habla del proyecto Spazi del Novecento. El eje central de este último es la colección Grazia Deledda: el concepto de literatura se convierte en un espacio educativo con la adquisición del archivo de la escritora y la reconstrucción física de sus ambientes.
Por último, en la Biblioteca Centrale de Florencia se aprende a viajar con los libros: muchos de los ilustradores, dibujantes y pintores del natural más importantes de los siglos XVIII y XIX, aunque dibujaban del natural, no se alejaban mucho de sus estudios y adquirían experiencia en botánica y zoología frecuentando los parques y las colecciones de animales conservados de los ricos aristócratas ingleses.
En la imagen, la Biblioteca Nacional Central de Roma
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