Massimo Bray: un comienzo excelente


El Ministro Massimo Bray comienza su mandato acudiendo a L'Aquila junto con historiadores del arte y viajando a Pompeya en tren circumvesuviana

El mandato de Massimo Bray en el Ministerio de Bienes y Actividades Culturales ha comenzado ciertamente de la mejor de las maneras. Mientras tanto, ha demostrado su cercanía a los historiadores del arte que este domingo, 5 de mayo, se reunirán en L’Aquila para un evento durante el cual historiadores del arte, conocedores y también estudiantes y entusiastas visitarán la ciudad golpeada por el terremoto de 2009, evaluarán el estado de la reconstrucción y se cuestionarán el destino de nuestro patrimonio artístico y el significado de la historia del arte en nuestro país1. Y Massimo Bray ha demostrado su cercanía garantizando su presencia durante toda la duración del evento2: es una muy buena señal, porque demuestra que el ministro está abierto al diálogo y quiere comenzar su mandato sin retórica inútil, sino escuchando, un don que los políticos han demostrado a menudo no poseer.

Pero Bray también mostró cercanía a la gente corriente, eligiendo para su visita del Primero de Mayo Pompeya y yendo hasta allí tomando el ferrocarril de la circumvesuviana, completo con reproductor MP3 y música de Asaf Avidan para animar el viaje - ¿quién habría esperado esto de un ministro? Además, Massimo Bray sufrió un trastorno que le obligó a llegar a Pompeya pidiendo que le llevaran en coche. Otra señal fuerte, una persona perteneciente a las instituciones que por fin decide acercarse a la vida cotidiana de los ciudadanos, con sus contratiempos y tribulaciones, que decide sumergirse en la realidad: otra habilidad de la que ha carecido la política en los últimos tiempos.

Lo que emerge, por lo que hemos podido valorar hasta ahora, es la figura de un ministro que aporta novedad, abierto al diálogo, cercano a las bases. Una figura diferente a todos los que hasta ahora nos han acostumbrado a la prepotencia y a los monólogos vacíos. Pero esta “novedad” de Massimo Bray no puede dejar de interpretarse también como una señal de alarma, si no para nuestro futuro (porque la esperanza es que el ejemplo de Massimo Bray, además de ser llevado adelante por el propio ministro mientras dure su mandato, sea tomado como ejemplo e imitado por el mayor número posible de figuras institucionales), al menos para nuestro presente, porque si nos sorprende (y yo el primero) un ministro que habla con el pueblo (lo que en mi opinión debería ser completamente normal en política), significa que hasta ahora hemos estado bastante mal acostumbrados, significa que nuestro propio concepto de política ha perdido gran parte de su valor, y esta pérdida de valor viene provocada por una clase política que durante años se ha mostrado lo más alejada posible del pueblo y de la realidad cotidiana. Por no hablar de las decenas de políticos envueltos en escándalos, investigaciones, juicios.

¿Qué podemos decir? Repito, esperamos que Massimo Bray haya inaugurado una tendencia: la del político refinado, que intenta mantenerse fuera de los focos, que se preocupa por el destino de su país y que lo demuestra no sólo con palabras, sino también con una acción activa que primero se concreta en estar cerca de la gente (ya sean historiadores del arte, visitantes de Pompeya o pasajeros de la circumvesuviana) y comprender sus problemas. Y el siguiente paso es hacer todo lo posible por resolverlos. Massimo Bray acaba de empezar, y ha empezado bien: dejémosle trabajar y veremos cómo va su trabajo.


Notas

1. Véase la página web del evento, L ’Aquila 5 de mayo. Historiadores del arte y reconstrucción civil.
2. Véase En L’Aquila historiadores del arte y reconstrucción civil con el nuevo ministro Bray, de Cityrumors.it, 30 de abril de 2013.
3. Cfr. Bray va a Pompeya pero el tren se avería, un pasajero le reconoce y tuitea una foto, de Repubblica Napoli, 1 de mayo de 2013.

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