“Lamentablemente otra mala intervención en la Tumba Ortelli de Cernobbio... sin criterio y sin historización... ¿dónde quedaron la cruz y los mármoles originales? ¿Dónde estaba la Superintendencia? ¿Quién autorizó la masacre?”. Con estas palabras denunciaba hace unos días el Archivo Giuseppe Terragni, que transmite la memoria del gran arquitecto racionalista (uno de los padres del estilo internacional italiano, famoso sobre todo por la Casa del Fascio de Como y la Palazzina Novocomum), en un post publicado en su perfil de Facebook, lo sucedido con la Capilla Ortelli, obra de Terragni ubicada en el Cementerio de Cernobbio.
La Capilla Ortelli, según leemos en la página web del MAARC, el Museo Virtual del Abstraccionismo y la Arquitectura Racionalista de Como, fue construida en 1929 para Domenico Ortelli y representa “el inicio de una investigación que vería a Terragni involucrado durante unos diez años en los encargos de edificios funerarios, hasta el diseño de la Capilla Mambretti”. La tumba, en cuyo diseño también colaboró el escultor Vitaliano Marchini, ayudante de Wildt en Brera, “representa, desde un punto de vista formal, tipológico y volumétrico, un ejemplo de la resolución clásica del edículo funerario, aunque (como en todas las obras de Terragni) aparecen aspectos innovadores, tanto en lo que se refiere a la iluminación cenital como a la búsqueda de un papel cromático del mobiliario y del simbolismo litúrgico”. El interior, explica además el MAARC, “está embellecido con mármoles preciosos y, según el estilo del Novecento, las paredes y el techo están atravesados por eficaces cortes que dejan penetrar la luz. La lápida con la inscripción ”Domenico Ortelli 19-51862/3-6-1929“ presenta un bajorrelieve en mármol blanco de Vitaliano Marchini; las paredes laterales son de mármol Musso, el suelo de mármol negro de Varenna; el techo presenta una losa de ónice y una claraboya por la que penetra la luz. La puerta de entrada es de cristal colocado sobre un marco metálico”.
En 1973, la estructura pasó de los herederos de Ortelli al municipio, y luego fue vendida a una familia local que la remodeló por dentro y por fuera, con modificaciones que en un principio no alteraron el diseño inicial de Terragni: se superpusieron losas de granito rojo al mármol negro de Varenna y la puerta de entrada se coronó con un arco de medio punto. Ahora, sin embargo, parece que las intervenciones han ido más allá: “Según los mensajes publicados en el perfil del Archivo Terragni”, nos cuenta el historiador del arte Victor Rafael Veronesi, “las intervenciones no se limitaron sólo a estas comprensibles acciones, sino también a modificaciones menos respetuosas y no especificadas, como la eliminación de una cruz de mármol en una pared y de las puertas preexistentes diseñadas por el arquitecto, es decir, dos obras de arte y diseño contemporáneas, piezas de indudable valor económico y artístico, cuyo resultado se desconoce”.
Al conocer la situación, Veronesi comprobó que aparentemente no existe ninguna restricción arquitectónica sobre la Capilla Ortelli, ya que no está registrada en el sitio “Vincoli in rete” del Ministerio de Cultura, dependiente del municipio de Cernobbio. “Esto significa”, prosigue Veronesi, “que cualquier alteración perpetrada hasta la fecha en la estructura puede haberse llevado a cabo libremente, aunque en realidad el bien en sí, en aplicación del Código del Patrimonio Cultural, a falta de un procedimiento de verificación del interés cultural, debería o podría haber sido protegido porque tiene más de 50 años y el autor ya no vive”. El estudioso también informa de que se puso en contacto con las autoridades municipales competentes y con los funcionarios de la superintendencia local para verificar si se habían impuesto limitaciones a la estructura y en qué momento, o si había habido un procedimiento de verificación del interés en el pasado.
Veronesi nos dijo que la superintendencia aún no ha respondido a la solicitud. Por lo tanto, según el estudioso, por el momento se pueden plantear dos hipótesis. La primera es que la estructura tuvo un procedimiento en el pasado que no la consideró de interés, por lo que los propietarios han podido alterar la capilla desde 1973 hasta hoy. La segunda es que nunca ha sido catalogada, pero al ser una estructura de más de cincuenta años, debería haberlo sido. “Ciertamente, todavía debería haber una fianza para el friso”, explica Veronesi, “porque el riesgo es que tarde o temprano se lleve otra orilla, como ocurre con muchas obras en los cementerios italianos”.
Es probable que las autoridades estén realizando comprobaciones (de hecho, el ayuntamiento ha registrado la petición de Veronesi). Sin embargo, hay que tener en cuenta, concluye el estudioso, que “en las últimas décadas las superintendencias han sufrido una considerable escasez de personal, de tal manera que ya no hay un funcionario competente para grandes porciones de la zona de Como, y se ven obligadas a cumplir sus funciones con una oficina cuya sede está en la lejana Milán y no in situ, lo que hace más que difícil conocer eminencias arquitectónicas como ésta, que están muy escondidas”.
"Masacre en la obra de Giuseppe Terragni". El archivo del gran arquitecto lo denuncia |
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