Un lacónico comunicado, publicado en la web de Formez, para informar a los candidatos de la oposición del Ministerio de Cultura para 1.052 agentes de recepción, uso y supervisión de unnuevo aplazamiento. Las pruebas orales, previstas inicialmente en varias ciudades italianas a partir del 17 de enero, se habían trasladado después al 31 de enero con un cambio de modalidad (a distancia y con herramientas informáticas en lugar de en directo). Ahora ha llegado un nuevo aplazamiento: empezarán el 7 de febrero. El motivo del retraso es el mismo que el del aplazamiento inicial al 31 de enero: “garantizar una puesta a punto óptima de los procedimientos de examen a distancia”, reza la exigua nota de Formez.
Los infiltrados están que trinan. La asociación Mi Riconosci se muestra muy crítica: “ayer se aplazó el concurso MiC, cinco días antes de las pruebas orales. Después de dos aplazamientos para COVID, un año y medio de silencio, otros seis meses de espera, un aplazamiento en diciembre y luego esto. Más de dos años. ¿Hay palabras para describir todo esto?”. De hecho, todos los aplazamientos se anunciaron pocos días antes del comienzo de las pruebas, lo que obligó a reorganizarse a quienes habían adquirido compromisos (o reservado hoteles y viajes, ya que inicialmente estaba previsto que las pruebas fueran presenciales e incluso ahora quienes lo deseen pueden acudir a Roma para realizar el examen oral en persona).
También llegan duras palabras de la CGIL, según la cual los continuos aplazamientos son simplemente el resultado de una mala organización. “El concurso AFAV no encuentra sosiego”, reza una nota del MiC Nacional de la FP CGIL, “que se aplaza una vez más al 7 de febrero, y esta vez la pandemia no tiene nada que ver, mientras que el comportamiento irresponsable de muchos gestores nombrados para las subcomisiones, que se han retirado inesperadamente con dimisiones de última hora, y luego se quejan de la escasez de personal, ha tenido una gran repercusión. Directivos que en 2020 han sido todos valorados al máximo y, por tanto, todos son beneficiarios de las cantidades máximas por el cumplimiento de objetivos. Una vez más, nos preguntamos si ésta puede ser una forma normal de gestionar la productividad de las Oficinas y qué sentido tienen las prédicas de Brunetti sobre la meritocracia de los empleados, dado que es precisamente su legislación la que permite la distribución de estos complementos de forma aleatoria. Preguntas que lamentablemente no han tenido respuesta en el ”MIC".
Mala organización y nuevo aplazamiento del concurso del Ministerio |
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