Los museos también cierran por sorpresa en Bruselas. El mundo de la cultura protesta: "una locura".

En Bruselas, para combatir la segunda oleada de Covid-19, las autoridades locales han tomado una decisión muy drástica: el cierre de todos los locales culturales, desde cines a teatros, pasando por museos y salas de conciertos. Bélgica es uno de los países europeos más afectados este otoño: en la última semana registró una media de 620 casos diarios por millón de habitantes (fuente, Our World in Data - Universidad de Oxford): para hacerse una idea de las proporciones, Francia está en 410, Italia en 281. Sólo seis países europeos están en peor situación que Bélgica: Andorra (3.714), Suiza (2.005), Liechtenstein (1.258), España (1.116), San Marino (972) y la República Checa (959). Para mitigar la propagación del contagio, Bélgica instauró el 19 de octubre un toque de queda de medianoche a 5 de la mañana y la prohibición de reuniones de más de cuatro personas, y se cerraron bares y restaurantes.

La medida de cerrar todos los locales culturales de la capital fue anunciada el sábado por el Ministro-Presidente de la Región de Bruselas, Rudi Vervoort, y entró en vigor ayer, lunes 26 de octubre. Las nuevas medidas incluyen también la prolongación del toque de queda de 22.00 a 6.00 horas, la obligación de llevar mascarilla en todo el territorio, el cierre de todos los comercios a las 20.00 horas (a excepción de los restaurantes de comida para llevar, que pueden trabajar hasta las 22.00 horas) y el cese de las competiciones deportivas (sólo se permiten los entrenamientos de menores de 12 años).

El mundo de la cultura, sin embargo, no lo soporta. Y si el cierre de cines y teatros era de esperar, el de los museos se percibió como una inesperada culebrilla en la capital belga. Nuestro sector", declaró Pieter van der Gheynst, director de los museos de Bruselas, al diario local BX1, “nunca ha sido consultado sobre la posibilidad de un cierre, lo que lamentamos mucho”. En las páginas de uno de los principales periódicos del país, Le Soir, se hace eco de sus palabras Carine Fol, directora de la Centrale d’Art Contemporain: “Me parece dramático. Creo que hay que solidarizarse con todos los lugares y unirse en reacción a esta decisión. Me parece escandaloso que en los transportes públicos, por ejemplo, nos pongamos todos unos encima de otros sin ninguna medida de seguridad. En los museos y centros de exposiciones hemos hecho todo lo posible por respetar las normas. A menudo incluso hemos ido más allá de lo que se nos pedía. Y todo esto ha desaparecido de un plumazo. Es un golpe mortal para todo un sector, para quienes trabajan en él a menudo con contratos precarios y, por supuesto, para los artistas. Es una locura. Y es grave, muy grave. Y encima no podemos predecir nada para el futuro. ¿Cuánto durará? Esta decisión es dramática, extrema. La primera vez estábamos todos en el mismo barco, pero ahora es una locura. No podemos dejarlo pasar”.

El director de los Musées royaux des Beaux-Arts, Michel Draguet, también se muestra crítico: “Por un lado, dirijo una institución pública y, por tanto, sólo puedo mostrar solidaridad en un momento tan dramático: los especialistas creen muy claramente que la situación es grave. Pero, por otro lado, no puedo evitar preguntarme si éstas son realmente las medidas que hay que tomar. Que yo sepa, no se ha identificado ningún museo como lugar de contagio”. Draguet añade: “No esperábamos esto. Escuchamos las decisiones federales del viernes y no se convocó a los museos. Estos días he hablado con muchos alcaldes de la región y nadie me ha hablado de los problemas de nuestro sector. Y entonces, de repente, se toma la decisión de cerrar. Esta decisión procede de un nivel de poder que no tiene competencias en materia de cultura”.

Imagen: entrada de los Musées royaux des Beaux-Arts. Foto Créditos Michel Wal

Los museos también cierran por sorpresa en Bruselas. El mundo de la cultura protesta: "una locura".

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