Unaadvertencia de la Dirección General de Museos tras el envío, el pasado 11 de mayo, de un memorándum interno a los museos autónomos, en el que se pedía a los institutos que se prepararan para liberarse de los concesionarios de las taquillas a fin de gestionarlas de forma autónoma con la futura plataforma interna “AD Arte” (memorándum que definimos indebidamente como “circular” y de cuyo texto habíamos informado en su práctica totalidad): El lunes pasado, de hecho, el director general Massimo Osanna firmó de su puño y letra un nuevo documento, enviado a los museos autónomos, a las Direcciones Regionales de Museos y a la Dirección de Museos Estatales del Ayuntamiento de Roma, para aclarar el contenido de la nota que los museos encontraron de repente en sus bandejas de entrada.
La buena noticia para los concesionarios de las taquillas, que durante años han gestionado la venta de entradas a los museos, recaudando una parte de las mismas (en 2019, de 197,8 millones de euros de entradas vendidas por los museos estatales, 26 fueron a parar a las arcas de los concesionarios), es que, en contra de lo que podía parecer por la nota anterior (que básicamente daba de plazo a los museos hasta el 19 de mayo para identificar una fecha para la finalización de la concesión y un máximo de 120 días para que ésta se rescindiera), el vínculo entre museos y concesionarios no se cortará.
Pero vayamos por orden. La nueva nota precisa en primer lugar la naturaleza del proyecto AD Arte, precisando, entre otras cosas, que no será una plataforma de venta exclusiva, sino que interactuará con otros proveedores de venta de entradas. AD Arte, “entre otras actividades”, reza el texto, “prevé la creación de una plataforma destinada a prestar ”servicios de fruición“ y ”servicios de gestión“. En particular, permitirá gestionar servicios de venta de entradas en línea, colmando una enorme laguna, si se tiene en cuenta que actualmente, de los 498 recintos culturales, solo unos 75 están gestionados por un concesionario: así, será posible simplificar el acceso a los recintos culturales obteniendo la entrada, incluso gratuita, directamente en línea a través de diversos canales, como aplicaciones móviles (iOS/Android) y sitios web, aprovechando los medios de pago virtuales más comunes. Además de las entradas para espacios culturales individuales, la plataforma también podrá gestionar ”tarjetas“ o ”pases“ para varios espacios culturales que participen en iniciativas específicas. A este respecto, se reitera que la plataforma no está concebida como un canal exclusivo de venta de entradas en línea, sino que está diseñada para interactuar con otros proveedores de venta de entradas en línea con el fin de permitir que aquellos recintos culturales que ya tengan un concesionario y dispongan de sistemas de venta electrónica de entradas puedan seguir utilizándolos. Conectada a la plataforma habrá una aplicación móvil que será el medio por el que los visitantes podrán interactuar con el museo antes, durante y después de su visita. La app también estará diseñada para permitir el uso de contenidos accesibles de diversa índole, como audio y vídeo (LIS)”.
El objetivo, leemos inmediatamente después en el texto, “es llegar, sobre todo cuando la población digital se ha extendido, a la venta casi enteramente online de las entradas del museo, a través de un único portal llamado ’Museitaliani’. Una transformación digital que ya se ha producido en la venta de billetes de tren y avión y en la automatización que ha afectado al pago de los peajes de las autopistas”.
Hasta aquí todo bien: pero ¿qué pasa con el punto más discutido de los últimos días, es decir, la relación con los concesionarios? Osanna lo explica inmediatamente después: “Si, por lo tanto, la puesta en servicio de la plataforma no comprometerá en modo alguno las relaciones existentes con los concesionarios ya identificados a través de licitaciones Consip o a través de licitaciones concluidas independientemente por los distintos institutos, cuando éstos tengan concesiones prorrogadas y aún no hayan iniciado nuevas licitaciones o no estén a punto de iniciarlas, podrán beneficiarse - aunque sólo sea temporalmente, y en cualquier caso hasta que hayan identificado un nuevo concesionario - de la plataforma AD Arte. Por lo tanto, conviene precisar que el envío de la comunicación antes del 19 de mayo de 2023 se dirige exclusivamente a los institutos respecto de los cuales los servicios adicionales y/o los servicios de venta de entradas se prestan actualmente sobre la base de prórrogas y/o renovaciones repetidas y el instituto aún no ha puesto en marcha todas las operaciones preliminares para una nueva licitación. El plazo identificado en la comunicación del 09.05.2023, transcurrido desde el envío de la comunicación hasta la fecha de terminación de la relación de concesión, es por lo tanto sólo indicativo y queda en manos de cada Instituto, que podrá definir los tiempos y modalidades de la transición. Por lo que se refiere en particular a los institutos que tienen relaciones de concesión en curso que están a punto de terminar, podrán evaluar, a la espera de adherirse a la plataforma de billetaje electrónico de esta Dirección, la existencia de las condiciones para proceder a una posible prórroga técnica de las concesiones existentes, con el fin de seguir garantizando los servicios de conformidad con el art. 117 del Decreto Legislativo nº 42/2004”.
El último punto se refiere a una cuestión muy espinosa, la del personal. “Disipando cualquier alarmismo que algunos periódicos han contribuido a crear”, escribe Osanna, “reiteramos, como ya se especificó en la nota anterior, que la legislación actualmente en vigor (art. 39 del decreto ley n.º 144 del 23 de septiembre de 2022, convertido en ley el 17 de noviembre de 2022) permite a quienes deseen internalizar el servicio a través de Ales s.p.a. recurrir a la cláusula social, lo que permitirá por tanto mantener a todos los operadores actualmente en servicio. Por último, en el caso de que algunos Institutos quisieran recurrir a una concesión de servicios junto a la plataforma para disponer de personal asignado a todas las actividades colaterales a las de distribución de entradas (por ejemplo, servicios de recepción, contabilidad, etc.), obviamente no existe ningún obstáculo por parte de esta Dirección”.
“El interés de esta Dirección General”, concluye la nota, “es garantizar, sin interrupción, y con altos estándares de calidad los servicios destinados a la puesta en valor de todos los institutos y lugares de cultura”. ¿Tanto ruido y pocas nueces? Se diría que sí, dadas las aclaraciones del Director General. O al menos en parte, ya que en cualquier caso se contempla la posibilidad de contar con la nueva AD Arte en el caso de concesiones caducadas y nuevas licitaciones pendientes. Lo cierto es que si la primera nota hubiera sido más clara (y si la segunda atiende, como se lee en la apertura, “a las solicitudes de aclaración recibidas de algunos institutos”, quiere decir que no lo era tanto ni siquiera para sus destinatarios), quizá hubiera habido mucha menos preocupación.
Imagen: taquilla de la Galería Borghese, Roma
Los museos, AD Arte no será el único canal de venta de entradas. Y los distribuidores seguirán |
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