Los Carabinieri recuperan los bienes robados por los alemanes del Museo de Sessa Aurunca durante la guerra

Una recuperación importante para los Carabinieri del Nucleo Tutela Patrimonio Culturale ( Núcleo de Protección del Patrimonio Cultural de Monza), que devolvieron a Italia algunos bienes robados por las tropas de ocupación alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. En el curso de los controles habituales de las plataformas de comercio electrónico y de los sitios web especializados en la venta de obras de arte, los Carabinieri de Monza identificaron numerosos objetos arqueológicos presentados como pertenecientes a la colección Pietro Fedele y antiguamente almacenados en la Torre di Pandolfo di Capodiferro, una antigua torre costera longobarda del siglo X situada en Sessa Aurunca (Caserta) y arrasada en 1943 por los alemanes, que sin embargo la saquearon antes de destruirla. Las primeras investigaciones determinaron que estos objetos eran de procedencia estatal y ya habían sido musealizados en el llamado Museo de la Civilización Aurunca, fundado en 1926 por el entonces Ministro de Educación Nacional Pietro Fedele, en el interior de la Torre.

En colaboración con funcionarios de la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje y personal del Instituto Central de Restauración, los Carabinieri pudieron reconstruir los hechos que vieron destruir la propia Torre de Pandolfo di Capodiferro y, antes de eso, saquearla. Un destino común a otras ciudades y lugares de cultura como Milán, Montecassino, pero también Pompeya y el puente Borbón Real Ferdinando sobre el río Garigliano donde los alemanes habían puesto en marcha la conocida “Línea Gustav”. Joyas de nuestro patrimonio cultural que sufrieron las consecuencias bélicas de la Segunda Guerra Mundial. La torre de Pandolfo Capodiferro fue cedida en los años veinte en enfiteusis a Pietro Fedele por el Ayuntamiento de Sessa Aurunca, propietario de la finca y de la zona estatal circundante, a petición suya para instalar un museo arqueológico, por un alquiler anual de 200 liras y con la obligación de restaurarla. Posteriormente, el canon se redujo a una lira “...como signo tangible de reconocimiento y gratitud... por la reconstrucción de la Torre Longobarda...”. En 1926, Pietro Fedele estaba tan apasionado por la gestión de la torre como vestigio de su propia identidad cultural que la hizo incluir en el escudo familiar a pesar de que la propiedad era estatal.

El museo ocupaba las cuatro plantas de la torre y en él se exponían numerosos objetos arqueológicos, numismáticos y de otro tipo de la Edad Media. A los centenares de piezas de oro, plata e incluso marfil, se sumaban el retrato de Giulia Gonzaga realizado por Jacopo del Conte, grabados antiguos que representaban vistas del territorio de Minturno, Gaeta, Fondi y Formia, sin olvidar el rincón dedicado a María Cristina de Saboya y los cerca de 8.000 volúmenes conservados en la biblioteca. La meticulosa investigación realizada ha permitido reconstruir el periplo que estos bienes recorrieron a lo largo del tiempo. El botín procedente de la redada llevada a cabo en otoño de 1943, cuando las tropas alemanas de la 15ª Gran División Panzer I.C. entraron (por encargo de la Kunstschutz) y saquearon el museo, fue cuidadosamente clasificado por los soldados y recogido en numerosas cajas. Una parte del material fue devuelto a los herederos de Pietro Fedele a través de los Archivos Estatales de Roma Sant’Ivo y Castel Sant’Angelo, donde los bienes estuvieron depositados durante la guerra.

Al final de la guerra, los bienes dispersos fueron objeto de una investigación específica llevada a cabo por el entonces Ministro Plenipotenciario Rodolfo Siviero, a la cabeza del Comité de Restitución; una actividad que se vio coronada posteriormente por la publicación en 1995 del volumen “L’opera da ritrovare. Repertorio del patrimonio italiano perdido durante la Segunda Guerra Mundial”.

A día de hoy, faltan en el inventario otros hallazgos arqueológicos, monedas, medallas y diversos materiales relacionados con la actividad institucional llevada a cabo por el entonces Ministro de Educación, Pietro Fedele. Como afirman los expertos en la materia, la destrucción de la torre supuso una pérdida muy grave para la cultura y la región. Por este motivo, la restitución por parte de los Carabinieri Tutela Patrimonio Culturale adquiere un valor incalculable porque devuelve el verdadero valor a estos bienes culturales que, tal y como establece el artículo 2 del “Codice dei beni culturali e del paesaggio” (Código de Bienes Culturales y del Paisaje), son objetos que representan un testimonio con valor de patrimonio cultural.son objetos que representan testimonios que tienen el valor de la civilización y cada vez que alguien considera estos bienes sólo como objetos que se pueden vender sacándolos de su contexto histórico y de sus orígenes, borra su patrimonio cultural o su verdadero valor, empobreciéndonos así a todos.

Los Carabinieri recuperan los bienes robados por los alemanes del Museo de Sessa Aurunca durante la guerra

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