Una investigación llevada a cabo por tres arqueólogos israel íes (Eran Arie, Baruch Rosen y Dvory Namdar) ha hecho un importante descubrimiento: los antiguos judíos utilizaban cannabis con fines rituales durante las ceremonias religiosas. O, al menos, así ocurría en el pequeño templo de Tel Arad (Israel), donde se analizaron (por dos laboratorios independientes) restos de materiales hallados en dos altares de piedra caliza. En uno de los dos, el más pequeño, se encontraron restos de cannabinoides como THC, cannabidiol y cannabinol, junto con restos de terpenos, por lo que a los investigadores les resultó fácil suponer que en el altar se quemaron inflorescencias de cannabis. Junto con los restos de cannabinoides, también se encontraron residuos de estiércol, que permitían que el cannabis ardiera a una temperatura más baja para activar sus principios psicoactivos: esta pista también contribuye a la hipótesis de que las plantas de cannabis se quemaban a propósito para alcanzar un estado alterado.
El otro altar, el más grande, reveló restos de terpenos derivados del incienso, una resina obtenida de plantas del género Boswellia y utilizada para fabricar incienso y perfumes: la presencia de residuos de grasa animal en el mismo altar permitió descubrir que, también en este caso, la sustancia se quemaba para inundar el templo con su perfume.
El descubrimiento del incienso es el primero de este tipo en un contexto levantino, pero no causó revuelo, ya que el uso de esta esencia también se menciona en la Biblia (y, como es bien sabido, el incienso es uno de los regalos que los tres Reyes Magos traen al niño Jesús), mientras que el descubrimiento del uso delcannabis con fines rituales por parte de los antiguos hebreos fue una verdadera sorpresa, ya que se trataba del primer descubrimiento de este tipo: se sabe que, en la antigüedad, diversas poblaciones utilizaban cannabinoides, pero esta costumbre no era conocida entre los judíos. “Parece probable”, escriben los estudiosos en su investigación, “que el uso de cannabis en el altar de Arad tuviera una función psicoactiva deliberada. El olor del cannabis no es atrayente, por lo que no se explicaría sobre esta base la importación de las inflorescencias desde lejos. Sin embargo, el uso frecuente de materiales alucinógenos por motivos cúlticos en el antiguo Oriente Próximo y más allá es bien conocido y se remonta a épocas tan remotas como la prehistoria [...]. Los ingredientes psicoactivos estaban destinados a estimular estados de éxtasis como parte de la ceremonia. Y como pretende demostrar este estudio, la Judea del siglo VIII a.C. podría añadirse a la lista de lugares donde se celebraban estos rituales”.
Además, los arqueólogos también han especulado con la posibilidad de que el uso de cannabinoides estuviera institucionalizado de algún modo, ya que el incienso, y probablemente también el cannabis, tenían un coste muy elevado, lo que lleva a pensar que el fuerte de Tel Arad era una institución oficial gestionada por el reino de Judá. Además, se trata de la prueba más antigua del consumo de cannabis en el antiguo Oriente Próximo.
El templo de Tel Arad fue descubierto en la década de 1960, durante una campaña de excavaciones llevada a cabo entre 1962 y 1967 por el Instituto de Arqueología de la Universidad de Jerusalén y dirigida por el arqueólogo Yohanan Aharoni: las excavaciones permitieron descubrir dos fortalezas superpuestas, datadas en un periodo comprendido entre los siglos IX y VI a.C., dentro de las cuales, en 1963, se halló también el pequeño santuario (de 13 por 20 metros) que ha revelado el descubrimiento actual. Aunque los estudios sobre Tel Arad se llevan realizando desde hace cincuenta años, aún queda mucho por descubrir y esta última publicación lo demuestra.
Foto: vista de la celda del templo de Tel Arad, con una vista desde arriba de los dos altares (a la izquierda el más grande y a la derecha el más pequeño, donde se quemaba cannabis).
Los antiguos judíos consumían ganja en el templo: descubierto el consumo de cannabis con fines rituales |
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