Lombardía, la Región y la Diócesis firman un protocolo para la valorización del patrimonio cultural


Memorándum de acuerdo firmado por la Región de Lombardía y la Región Eclesiástica de Lombardía para proteger y valorizar el patrimonio cultural regional.

Valorizar y salvaguardar el riquísimo patrimonio de bienes culturales de la Región Eclesiástica de Lombardía, que comprende las diócesis de Bérgamo, Brescia, Como, Crema, Cremona, Lodi, Mantua, Milán, Pavía y Vigevano.

Este es el objetivo del Memorándum de Acuerdofirmado por el Consejero de Autonomía y Cultura de la Región de Lombardía, Stefano Bruno Galli, y por S.E. Monseñor Corrado Sanguineti, Obispo de Pavía y delegado para el Patrimonio Cultural de la Conferencia Episcopal Lombarda.



El Acuerdo

El Acuerdo permite construir políticas de amplio alcance, con nuevas modalidades de gestión y financiación, y situar el patrimonio cultural de carácter religioso en el contexto articulado de las políticas europeas de valorización del Patrimonio Cultural. Por Patrimonio Cultural de carácter religioso se entiende el patrimonio inmueble (desde los lugares de culto hasta los lugares de agregación), el patrimonio mueble (desde el mobiliario litúrgico, las pinturas, las estatuas, hasta el patrimonio archivístico y bibliográfico), el patrimonio inmaterial (tradiciones y conocimientos) y los paisajes culturales de matriz religiosa. El acuerdo, el primero de esta magnitud en Italia, prepara el camino para un futuro modelo de gobernanza multinivel y representación multiinstitucional, teniendo en cuenta la especificidad del patrimonio cultural italiano y lombardo, que se caracteriza por las intensas relaciones entre los agentes implicados, tanto públicos como privados.

“El riquísimo patrimonio histórico y artístico de carácter religioso, compuesto por unos 130.000 bienes muebles y 6.000 inmuebles, constituye una parte significativa de todo el patrimonio cultural de Lombardía”, declaró Stefano Bruno Galli. La relevancia del eclesiástico también queda demostrada por los numerosos reconocimientos de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Pienso en la iglesia del convento dominico de Santa Maria delle Grazie y en la Última Cena de Leonardo (reconocidos en 1980), en los Sacri Monti de Varese y Ossuccio (2003), en la iglesia de la Beata Virgen Incoronata de Sabbioneta (Mantua y Sabbioneta 2008), hasta la iglesia de Santa Maria foris portas de Castelseprio, el monasterio de Torba y el complejo monástico de San Salvatore-Santa Giulia de Brescia (reconocimiento Longobardi 2011). “Por lo tanto”, prosiguió, “la Región de Lombardía considera un deber acompañar a las diócesis lombardas -con especial atención a la planificación estratégica plurianual e interinstitucional de la Unión Europea- en la búsqueda de todas las vías posibles que les permitan adquirir los conocimientos, los medios y las relaciones necesarias para salvaguardar, valorizar y seguir transmitiendo este inmenso depósito de historia, arte y tradiciones, que debe considerarse parte integrante y fundadora de la identidad cultural y del espíritu más auténtico de Lombardía”. La firma de este acuerdo es la coronación de un largo compromiso institucional en favor del patrimonio eclesiástico. Baste recordar la licitación destinada al patrimonio cultural mueble e inmueble de los organismos eclesiásticos, que tuvo una gran acogida y en la que se comprometieron casi veinte millones de euros en tres años (2019-2021) para cubrir casi noventa proyectos de renovación repartidos por toda la región".

Gran satisfacción por un acuerdo que pretende realzar la belleza de un patrimonio que “no es solo de la Iglesia y para la Iglesia, sino que tiene que ver con la historia de todos los lombardos”, expresó el obispo Corrado Sanguineti. “Este patrimonio”, añadió, “está vinculado a la vida de la comunidad cristiana, que no es una secta que se esconde, sino una realidad que tiene su propia relevancia social y pública e interactúa con la sociedad multicultural actual, en la que incluso ciertas lenguas de la fe, antaño conocidas por todos, hoy corren el riesgo de no serlo. Así pues, promover este patrimonio y hacerlo accesible a todos significa ofrecer la posibilidad de leer una historia. El patrimonio cultural tiene que ver inevitablemente con el lenguaje típico y universal de la belleza, que no sólo tiene un valor estético, sino también antropológico. Y desde este punto de vista religioso, toda experiencia religiosa ha producido siempre belleza”. De ahí el subrayado del “valor altamente positivo de esta atención de la Región Eclesiástica Lombarda”. “Esta firma -subrayó el obispo de Pavía- manifiesta las buenas relaciones que existen entre la Región, por una parte, y las diócesis lombardas, por otra. Además, este acuerdo representa un paso más en la promoción cultural. No se trata sólo de la protección y conservación de los bienes, sino también de una oportunidad para la formación humana, cultural y espiritual de las personas”.

También asistieron a la firma monseñor Franco Agnesi, vicario general de la archidiócesis de Milán; monseñor Giuseppe Scotti, secretario de la Conferencia Episcopal de Lombardía; monseñor Luca Bressan, vicario episcopal de Cultura, Caridad, Misión y Acción Social de la archidiócesis de Milán; y el arquitecto Carlo Capponi, responsable de Bienes Culturales de la Conferencia Episcopal de Lombardía.

Lombardía, la Región y la Diócesis firman un protocolo para la valorización del patrimonio cultural
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