El caso de las naves romanas de Comacchio y Rávena, dos embarcaciones del siglo I a.C. y el siglo V d.C., vuelve a ser noticia: la más antigua fue descubierta en 1980, durante las obras de drenaje de un canal de desagüe cerca de Comacchio. Se trataba de un buque de carga, utilizado para transportar materiales muy diversos (madera, metal, objetos de arte), que naufragó cerca de la desembocadura del Po. El más reciente, también conocido como “barco de Teodorico” (ya que data de la época del rey de los ostrogodos), fue descubierto en 1998 (en Rávena) durante las excavaciones para la construcción de un sistema de drenaje: En este caso se trata de un navío de importancia fundamental porque, según los estudiosos, representa una de las pruebas más antiguas (si no la más antigua) del cambio en la técnica de construcción naval, en la que el casco está formado por un esqueleto portante.
Sin embargo, a pesar de que los barcos fueron descubiertos hace décadas, hoy en día siguen sin ser accesibles al público: de hecho, faltan fondos para restaurarlos y exponerlos, a pesar de que cíclicamente su caso vuelve a la palestra, y siempre por las mismas razones. Las últimas novedades se remontan a 2018, cuando llegó la noticia de una partida del Ministerio de Cultura para la restauración de la nave más antigua, mientras que el destino de la de Rávena era incierto, aunque estaba guardada en un taller de Comacchio a la espera de ser restaurada. En cualquier caso, tampoco hubo novedades sobre la nave del siglo I a.C.
La cuestión de las naves romanas llega ahora al Parlamento de la mano de la senadora boloñesa Michela Montevecchi (Movimiento 5 Estrellas), que lanza una pregunta parlamentaria al ministro de Patrimonio Cultural , Dario Franceschini. Hasta la fecha“, recuerda Montevecchi, ”las dos naves romanas, cuyo descubrimiento tiene un valor arqueológico y cultural inestimable, no son accesibles ni visibles al público porque, debido a la falta de fondos, no ha sido posible completar su restauración. Dada la importancia del hallazgo, el Mibact destinó 75 mil euros de financiación en 2014. Después, nada más. Tras el entusiasmo inicial, parece que nada más se ha hecho ni por la recuperación de las naves ni por la puesta en valor de la zona arqueológica donde fueron halladas. Al contrario, una de las dos naves ha sido enterrada de nuevo en el yacimiento de Santa Maria in Padotevere (Comacchio) para evitar su deterioro, mientras que la otra yace cerrada e inaccesible en el Museo Delta Antico’.
Por ello, Montevecchi pregunta a Franceschini si ha sido informado de la evolución de la situación (el ministro, según el senador, conoce bien el asunto de las nav es ya que “él mismo ocupó el departamento en 2014”) y si no considera oportuno investigar las causas de la no restauración y la interrupción de las excavaciones.
En la imagen, el buque Comacchio.
Llega al Parlamento el caso de las naves romanas de Comacchio y Rávena, un tesoro olvidado por falta de fondos |
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