La Superintendencia de Umbría está a punto de colapsar. "Pero no hay respuesta de MiBACT"

La Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje de Umbría está prácticamente colapsada. Quien dio la voz de alarma hace unas semanas fue la superintendente interina Rosaria Mencarelli, que llegó a Perugia en mayo. Según ella, el organismo trabaja en una situación de grave escasez de personal que impide a la superintendencia hacer frente a las numerosas solicitudes de autorización que llegan. “Sólo tengo tres funcionarios técnicos”, dijo a Ansa a principios de octubre, “que se ocupan de las autorizaciones que hay que emitir para la recuperación del patrimonio dañado por el terremoto. Me piden ayuda todos los días, deberíamos tener 121 personas en plantilla, sólo somos 54, pero el problema va más allá de los números, con la actividad actual y la que nos espera corremos el riesgo de implosionar, así que la superintendencia de Umbría morirá”.

Y luego está el problema de las jubilaciones, que afectará, señala Mencarelli, sobre todo al sector administrativo, dado que el 1 de diciembre está prevista la jubilación del último administrativo por límite de edad. Y la situación es especialmente grave porque, según Mencarelli, la superintendencia se verá obligada “a bloquear todos los pagos y será imposible gobernar los procesos, porque todas las estructuras están ligadas a la administración”. Sin administradores, cabe recordar, ni siquiera es posible proceder al pago de los salarios: y sin embargo, a partir de diciembre, la superintendencia de Umbría se encontrará con cero administrativos, cuando el plan oficial prevé seis. Lo mismo ocurre con las demás cifras: hay seis arquitectos en lugar de los nueve previstos, cinco asistentes técnicos en lugar de veinte, cinco topógrafos en lugar de nueve.

Mencarelli volvió sobre el problema este sábado, en declaraciones al Corriere dell’Umbria, al que hizo saber que había escrito cuatro veces a la sede del Ministerio de Cultura y Turismo: “pero no he recibido respuesta”, dijo la superintendente, que a continuación dedicó palabras de elogio al personal: “todo el personal -dijo- muestra una gran abnegación: intentamos tapar los agujeros, trabajamos los domingos, nos enfrentamos y entregamos los informes incluso en días festivos. Cuando no llega el compañero con exceso de trabajo, siempre se intenta tomar el relevo para echarle una mano”.

Por último, siempre está el viejo problema de la reconstrucción tras el terremoto de 2016, que avanza lentamente, a pesar de que el comisario extraordinario Giovanni Legnini ha acelerado los procesos, debido a que no hay un número adecuado de funcionarios que puedan realizar reconocimientos en la zona: para toda la Valnerina, por ejemplo, solo hay dos. Francamente", concluye Mencarelli en su entrevista con el Corriere dell’Umbria, “no es posible seguir así. ¿Puede alguien decirme si se puede proteger así el patrimonio de una región tan rica? Así perdemos también todo el trabajo realizado durante años. Y nos sentimos impotentes”.

Imagen: el Arco de Augusto en Perugia, sede de la Superintendencia de Umbría. Foto Crédito

La Superintendencia de Umbría está a punto de colapsar. "Pero no hay respuesta de MiBACT"

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