La Superintendencia de Nápoles tiene graves dificultades técnicas y organizativas: denuncia de la CGIL


La Superintendencia de Nápoles experimenta enormes dificultades técnicas y organizativas: la CGIL lo denuncia y escribe al Ministerio de Patrimonio Cultural.

El sindicato Funzione Pubblica CGIL de Campania ha escrito una larga carta al Ministerio de Cultura (dirigida al Ministro Dario Franceschini, al Secretario General Salvatore Nastasi, a la Directora de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje Federica Galloni, y a la Superintendente Teresa Elena Cinquantaquattro, así como a la CGIL nacional y a todos los trabajadores) para denunciar la grave situación de la Superintendencia de Arqueología, Bellas Artes y Paisaje del Área Metropolitana de Nápoles. En el documento, firmado por la secretaria regional Rosa Anna Ferreri, se afirma que la Superintendencia está experimentando “enormes dificultades técnicas y organizativas”. Al sindicato le preocupa que “a falta de disposiciones técnicas y organizativas claras, el propio papel de la Superintendencia, a la que se ha confiado la delicada y compleja tarea de proteger el patrimonio cultural y paisajístico de una provincia, la de Nápoles, que incluye 91 municipios con aproximadamente 2 millones de habitantes en un área de aproximadamente 1.200 kilómetros cuadrados, está en grave riesgo. Un territorio densamente poblado en el que se concentran importantes actividades económicas y (al mismo tiempo) rico en testimonios históricos y artísticos y en paisajes que necesitan la máxima atención por parte de las instituciones responsables, so pena de sufrir daños irreversibles cuando no su destrucción total”.

“Los trabajadores y trabajadoras”, continúa la carta, “denuncian que la actual gestión de la Superintendencia y los retrasos que se acumulan en la reorganización del Ministerio en la sede central, corren el riesgo de frustrar todos los esfuerzos, el arduo e intenso trabajo que realizan día a día con profesionalismo y dedicación, como se requiere y se debe a todo funcionario del Estado”. Los trabajadores y trabajadoras han manifestado todo su malestar en el desempeño de sus funciones y, aunque son conscientes de que el actual montaje de la Superintendencia no depende exclusivamente del Director sino también de disfunciones determinadas en la sede central, expresan su voluntad de colaborar para la mejor eficacia del trabajo aunque no se sientan asistidos y apoyados por la Dirección.



Las carencias de personal son graves: “la plantilla prevista en esta sede es de 89 personas, pero en la actualidad sólo hay 60 empleados en esta Administración, con la perspectiva de que se reduzca en otros 10 a partir de este año, perdiendo profesionales técnicos y de apoyo. La protección del paisaje es la carga más gravosa en la ciudad metropolitana de Nápoles debido a la cantidad de expedientes que los municipios envían a la Superintendencia, con plazos cortos que no se pueden cumplir, ya que el personal técnico encargado es de sólo 6 personas, el reducido número de funcionarios técnicos hace que seaimposible que puedan realizar las funciones relacionadas con la figura del encargado del procedimiento en relación con los numerosos ámbitos territoriales asignados, ya que el número de expedientes no es proporcional a la capacidad de trabajo de un solo trabajador que, en todo caso, está sujeto a responsabilidades civiles y penales”.

“La cantidad de carga de trabajo”, continuaba la misiva, “ha alcanzado una carga tal que hace humanamente imposible la realización del trabajo en los plazos impuestos por la ley, provocando un considerable estrés psicofísico, la carencia de los servicios mínimos que garanticen la celeridad en la realización del trabajo, tales como soporte informático y de proceso de datos, y la carencia de los servicios mínimos que garanticen la celeridad en la realización del trabajo, como un soporte informático y tecnológico obsoleto e inadecuado, así como la falta de oficinas esenciales como la Oficina Técnica, la Oficina de Contabilidad y la Oficina de Licitaciones y Contratos, cuya carga de trabajo pesa sobre los Oficiales Arquitectos, aumenta aún más la ya insoportable carga de trabajo. La Superintendencia emplea a trabajadores de profesionalidad certificada y reconocida en diversos campos técnicos de actuación, desde fotógrafos en el laboratorio fotográfico, hoy de hecho en desuso, hasta técnicos subacuáticos que se quedan sin trabajo”.

A continuación, la CGIL describió, en un anexo, todas las diversas deficiencias organizativas y estructurales de la Superintendencia de Nápoles. Además de las mencionadas carencias de personal, que afectan en particular a los funcionarios arquitectos (6 unidades para 91 municipios, lo que supone “unos 1.000 expedientes al año por funcionario”, se lee en el texto, “por no hablar del tiempo que hay que dedicar al correo diario, a los avisos, a las mesas técnicas, a las relaciones informativas con la Dirección General y a los recursos ante el TAR, a los que los funcionarios están obligados a responder en lugar de la Oficina Contenciosa, que actualmente carece de personal”. Además, nos enteramos por el texto, faltan una Oficina de Licitaciones, una Oficina de Contratos, una Oficina de Contabilidad, una Oficina de Compras y una Secretaría Técnica, falta de personal adecuado para asistir al personal técnico, formación insuficiente del personal en los servicios informáticos y en el sistema G. I.A.D.A..SISTEMA I.A.D.A, el hecho de que no se realicen comprobaciones, seguimientos y verificaciones directas de los informes en relación con la protección y conservación del patrimonio arqueológico sumergido en una zona con una altísima concentración de estructuras y pecios, la oficina fotográfica carece de instrumentación y hace tiempo que abandonó la actividad de documentación fotográfica del cuidado, conservación y restauración del patrimonio cultural encomendado a la Superintendencia (“interrumpiendo así”, dice el texto, “una actividad más que centenaria, cuyas evidencias se conservan en el archivo fotográfico, que ya no es utilizable; a los operadores se les pide que realicen diferentes tareas que no son pertinentes a sus competencias profesionales”). (UPS) con estabilizadores, la inadecuada seguridad de los locales de trabajo (“ambientes insalubres, instalaciones no estancas, escayola desconchada que cae de los techos, instalaciones eléctricas que no cumplen las normas”), la falta de una impresora en la planta baja, la ausencia de almacenes adecuados para los materiales que se encuentran en la zona.

A la vista de todo ello, concluye la carta de la CGIL, “el personal, al tiempo que reafirma su voluntad de cooperar eficazmente para lo que es de su competencia, considera inaplazable una evaluación cuidadosa de lo denunciado y el inicio de una reorganización real que tenga en cuenta los recursos humanos e instrumentales necesarios”, por lo que el sindicato “solicita urgentemente la activación de mesas de debate en los distintos niveles de negociación y comunica desde ahora que, en ausencia de actos concretos de cooperación, el personal no podrá realizar ningún cambio en la estructura”.ahora que en ausencia de acciones concretas encaminadas a resolver las cuestiones planteadas, en cumplimiento de las normas contractuales y en nombre de los trabajadores, se activará el procedimiento del estado de agitación de todo el personal".

En la foto: Palacio Real, sede de la Superintendencia de Nápoles. Foto Crédito Miguel Hermoso Cuesta

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