La huelga total en la National Gallery de Londres. De la que, en Italia, nadie habla


Desde ayer, la National Gallery de Londres está en huelga total contra la privatización. Es ya el 57º día de huelga desde febrero.

Mientras aquí, en Italia, muchos siguen discutiendo sobre lareunión del sindicato de trabajadores de Pompeya que levantó un (inútil) alboroto a finales de julio, en Londres unos 200 empleados de la National Gallery pertenecientes al sindicato de Servicios Públicos y Comerciales (PCS) han declarado una huelga indefinida desde ayer. Es una huelga importante: según nos informa TheIndependent, la plantilla total del museo asciende a 600 trabajadores.

¿Las razones? En la capital inglesa está ocurriendo algo muy parecido a lo que ya ha pasado en Italia: según nos informa el periodista Damien Gayle en un preciso y puntual artículo en The Guardian, la dirección de la pinacoteca ha firmado un contrato para encargar a una empresa privada especializada en tareas de seguridad, llamada Securitas, una serie de servicios relacionados con larecepción de visitantes. Los trabajadores contratados por la empresa se encargarán, por ejemplo, del guardarropa y la seguridad, pero también de la vigilancia de las salas, y el riesgo que temen los trabajadores de la National Gallery (además de perder su empleo o ver reducida su jornada laboral) es que en el futuro se encuentren en las salas del museo con personal que desconozca por completo la historia del arte, sin conocimiento alguno de los cuadros y, por tanto, incapaz de dar la más mínima información a los visitantes. Y no debemos pasar por alto el hecho de que muchos trabajadores que ahora están empleados por la Galería serán transferidos a Securitas, por lo que cabe preguntarse si esta transferencia afectará a los contratos de los empleados. Porque Securitas no sólo se ocupa de museos, sino también de la seguridad en aeropuertos, oficinas, supermercados, empresas: personas que llevan toda la vida trabajando en la National Gallery podrían un día ser trasladadas a otro lugar.



Sciopero alla National Gallery di Londra
Piquetes de trabajadores en la huelga de ayer en la National Gallery de Londres. Foto tomada de la página de Facebook No Privatisation at The National Gallery

Es de nuevo Damien Gayle quien nos informa de otros posibles efectos de la privatización a la que se oponen los trabajadores de la Galería. Según uno de los trabajadores, existe el temor de que la National Gallery “deje de ser una galería de arte y se convierta en un lugar para pasar el rato, más un parque de atracciones que un museo”. Otro trabajador declaró sin rodeos a The Guardian que: “la National Gallery se convertirá en una especie de Disneylandia, y no queremos que eso ocurra en absoluto”. No olvidemos que la visita a la National Gallery, como a otros museos públicos británicos, es gratuita: también existe el temor de que la privatización lleve a cobrar una entrada. El clima, sin embargo, es muy tenso, y ésta no es más que una de las muchas huelgas que han tenido lugar en el museo londinense desde principios de año. Según nos informa la BBC, desde febrero ha habido hasta 56 días de huelga en la Galería, e incluso una huelga ininterrumpida de 10 días en mayo, cuando se despidió a la sindicalista Candy Udwin, una de las más firmes opositoras a la privatización (por orden judicial ha sido readmitida, pero aún no se le ha permitido volver al trabajo).

Los visitantes, que ayer se encontraron con la mayoría de las salas de la National Gallery cerradas (y que, en cualquier caso, entendieron los motivos de la protesta), también fueron los perjudicados. Gayle, en su artículo, colgó una imagen del mapa del museo con las salas cerradas al público debido a las huelgas (que reproducimos a continuación). Anita Singh, en el Telegraph, también nos daba una lista parcial de las obras que los visitantes no pudieron admirar, empezando por Los Girasoles de Van Gogh, uno de los símbolos de la Galería, sin olvidar obras de Constable, Seurat, Tiziano. Y, añadiríamos, todas las obras holandesas del siglo XVII (Rembrandt, Rubens, van Dyck... ), todos los impresionistas, la mayoría de los artistas medievales italianos, el siglo XVIII veneciano, y muchos más. En resumen: de un total de casi setenta salas, las abiertas fueron algo menos de veinte. Estamos en plena temporada turística, y no hablamos de un pequeño museo de provincias, sino del segundo museo más visitado de todo el Reino Unido (y cuarto en el ranking mundial elaborado por The Art Newspaper).

Pero a pesar de ello, la opinión pública, al contrario de lo que suele ocurrir en Italia, está claramente del lado de los trabajadores: la mayoría reconoce la importancia de la huelga y apoya a los trabajadores, les desea suerte, e incluso hay quien desea que los medios hablen más de la protesta. Y por qué debemos apoyar la huelga y expresar así nuestra solidaridad con los trabajadores, nos lo explica la columnista Polly Toynbee, del Guardian, en un interesante artículo publicado ayer en el diario británico. Simple y llanamente: “los empleados de la National Gallery son una pequeña bolsa de resistencia contra el tsunami que viene a barrer lo poco que queda de los derechos de los trabajadores de la nación”. Cuánta diferencia entre los comentaristas británicos y la vergonzosa campaña mediática italiana que envolvió, hace apenas quince días, a los trabajadores del yacimiento arqueológico de Pompeya. Pero también cuántas similitudes: la privatización que afecta a los museos, los derechos de los trabajadores relegados a un segundo plano, los museos vistos como lugares para obtener beneficios en lugar de lugares para hacer cultura. Y es precisamente por todas estas razones por las que parte de la prensa británica se solidariza con la protesta. ¿Es también por esta razón por la que en Italia, a excepción de algunas revistas especializadas, nadie habla de lo que ocurre en la National Gallery?


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