La Fondazione Fitzcarraldo, centro de investigación y diseño cultural de Turín, alza su voz para apoyar a los trabajadores de la cultura, entre los más afectados por la emergencia sanitaria provocada por la propagación de la pandemia del coronavirus Covid-19. El primer pensamiento es de gratitud hacia ellos: “la emoción de un concierto en directo, la emoción durante una representación teatral, la risa ante una buena película, el asombro ante una obra de arte, la melancolía al final de una novela de la que nos hemos enamorado: todos hemos experimentado al menos una de estas sensaciones y por ello debemos estar agradecidos a quienes las hacen posibles: los trabajadores de la cultura”, escribe la Fundación en una nota. Por ello, la voluntad es alzarse en apoyo de los más débiles, autónomos e intermitentes, para pedir al Gobierno que preste atención a los trabajadores de la cultura, especialmente a los “invisibles”, es decir, a aquellos con formas contractuales especiales que no son, hasta ahora, objeto del tan necesario reconocimiento y de medidas específicas de apoyo.
Sin embargo, la fragmentación del mundo de la cultura, compuesto en gran parte por pequeñas empresas y microempresas y caracterizado por formas contractuales precarias, constituye una taxonomía difícil de incluir en las medidas de ayuda y apoyo durante una crisis, que sin embargo son necesarias para salvaguardar este ecosistema. Según la Fondazione Fitzcarraldo, el Decreto Ley 18/2020 “Curar Italia” de 17 de marzo denota toda la dificultad que tienen los responsables de la toma de decisiones para interpretar las múltiples necesidades del sector, por lo que el centro consideró esencial aportar un punto de vista para identificar las áreas de exclusión que podrían surgir en las medidas de ayuda y apoyo.
Por su parte, la Fundación subraya en su informe titulado Notas para la definición de medidas de apoyo a los invisibles, que la ampliación del alcance de las ayudas a todos los trabajadores del sector es, por tanto, una herramienta esencial para la resiliencia de todo el sistema productivo. El informe identifica en primer lugar los ámbitos de intervención:la edición (“donde editores, traductores”, reza el texto, “ofrecen servicios de trabajo individual y donde los propietarios de pequeñas editoriales también responsables de una producción de alta calidad aparecen como administradores bajo la co.co.co. sin asalariados”), el mundo del espectáculo en vivo (caracterizado por servicios de trabajo y trabajadores artísticos en gran medida aferrados a contratos intermitentes, de los que no se libran ni siquiera las grandes instituciones, festivales y revistas), el mundo de la música de base (el trabajo de los técnicos empleados en espectáculos y eventos), el mundo asociativo (que no cumple los requisitos mínimos para beneficiarse de la seguridad social, pero que consigue, gracias a un "riego por goteo de trabajo y de recursosriego de trabajo y recursos gota a gota, para mantener la vitalidad del tejido urbano y rural permitiendo que florezcan eventos, iniciativas, conciertos), los profesionales que prestan servicios al mundo del patrimonio cultural, museos, bibliotecas, archivos, a través de asociaciones o expertos individuales que ejercen diversas actividades profesionales (comisariado de exposiciones y museos, organización de exposiciones, guías turísticos, etc.)). “Una gran parte del mundo profesional de la cultura”, se lee en el informe de la Fundación Fitzcarraldo, “se sitúa en un ámbito de funciones externalizadas por instituciones e industrias más amplias, que objetivamente constituye un compartimento orgánico e indispensable de la industria y las instituciones culturales en términos funcionales, mientras que subjetivamente adquiere la dimensión fragmentaria y pulviscular de una multitud de profesionales individuales al margen de las condiciones principales y mínimas de protección. Más allá de la exigencia ética de proteger el trabajo para todos, esta estrechísima interdependencia entre el nivel del individuo y la producción cultural en todos los demás niveles organizativos y corporativos es una de las razones por las que las formas de ayuda y protección deben extenderse a todos los trabajadores para intentar contener los daños estructurales y ”patrimoniales“ de todo el sistema cultural”.
El primer paso, según la Fundación, es superar la fragmentación: es decir, “es necesaria una cuantificación del colectivo destinatario, actualmente fuera de las previsiones de intervención, y de las condiciones específicas de los diferentes sectores afectados por esta condición, para que los recursos aportados representen tanto una contribución a paliar una situación de crisis aguda, como el primer paso para salir de una fragmentación que resulta ser una fuerte limitación en el mercado laboral, incluso en condiciones no excepcionales”, y de nuevo “una definición clara de las personas con derecho a ayuda, con sus casos y con la identificación de modos específicos de intervención es también el primer paso para la políticafutura”: el esfuerzo económico para hacer frente a la crisis movilizará un compromiso excepcional, difícilmente replicable en el futuro“, así como ”un uso cuidadoso de los recursos económicos para superar la emergencia y apuntar hacia un horizonte estratégico", identificado como condición indispensable para optimizar la inversión en la dirección de maximizar la utilidad pública a lo largo del tiempo.
Es por tanto “de crucial importancia”, concluye el informe, “delimitar con precisión las zonas actualmente sin cobertura y las modalidades de intervención hipotéticas para definir la cantidad de recursos necesarios, las modalidades de acceso, los casos elegibles y los procedimientos de desembolso”. Por lo tanto, se solicita poder utilizar las elaboraciones de las bases de datos de las que dispone el MEF para analizar a nivel estadístico y agregado los datos relativos a las contribuciones IRPEF de las empresas, instituciones, asociaciones y empresas incluidas en los códigos de referencia ATECO, utilizando taxonomías adecuadas para agrupar los casos contractuales en conjuntos coherentes. Esta integración de la base de datos a considerar en conjunción con las fuentes enumeradas anteriormente permitiría organizar los conocimientos útiles para diseñar medidas que tengan la capacidad de incidir en condiciones particularmente extensas y al mismo tiempo fragmentarias, identificando las vías adecuadas para responder a los trabajadores con dificultades en la actualidad".
La Fundación Fitzcarraldo, del lado de los trabajadores de la cultura, especialmente los precarios: "así es como debe actuar el Gobierno |
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