La Fontana di Trevi de Roma podría ser pronto accesible sólo con números cerrados y reserva para gestionar mejor el flujo de turistas y evitar aglomeraciones. Esta es la propuesta de Alessandro Onorato, concejal de Grandes Eventos, Deporte, Turismo y Moda de Roma. La fuente, construida en 1732 por iniciativa del Papa Clemente XII (Florencia, 1652 - Roma, 1740) mediante un concurso en el que participaron los más grandes artistas de la época, podría ver introducido un sistema de cuotas y horarios de acceso para preservar su integridad y mejorar las visitas turísticas. La hipótesis de Onorato prevé el acceso gratuito para los residentes en Roma, mientras que los turistas podrían pagar un euro simbólico mediante un billete electrónico para visitar la fuente. La situación actual de la plaza, a menudo abarrotada y difícil de gestionar por la policía de tráfico, será objeto de debate en las reuniones técnicas para evaluar cómo organizar mejor los espacios circundantes. En el pasado, los comerciantes también se opusieron a medidas similares para proteger los monumentos, pero hoy parece haber una apertura hacia soluciones de gestión más rígidas como la que se propone. A pesar de las ordenanzas y de la presencia constante de la policía, el comportamiento incívico de los visitantes también perjudica de hecho a la Plaza de España. En este sentido, incluso la ministra de Turismo , Daniela Santanchè, ha manifestado su interés por adoptar una fórmula similar a la que ya se utiliza para el acceso al Panteón.
“Confirmo que estamos razonando sobre esta hipótesis. Se trata de estudiar la mejor solución técnica para gestionar el flujo de turistas en apoyo no sólo, por supuesto, de la Fontana de Trevi, que debe protegerse, sino también, de forma más general, de una calidad de su uso que debe permitirse precisamente en interés de los turistas que, procedentes de todo el mundo, desean con razón disfrutar de la maravilla, de la belleza, de esta fuente”, afirma Roberto Gualtieri.
Esto les permitirá disfrutar de esos cinco o diez minutos de tranquilidad mientras visitan el monumento. El dinero recaudado con la visita se reinvertirá, obviamente, en la capital, para crear nuevos puestos de trabajo, empezando por los de azafatas y azafatos llamados a gestionar el flujo de turistas y turistas justo delante de la Fontana de Trevi", explica Alessandro Onorato, concejal de Grandes Eventos, Deporte, Turismo y Moda de Roma.
“Tenemos que rentabilizar nuestra riqueza, por lo que está bien cobrar y crear un mecanismo de reserva, no un número cerrado, para regular los flujos y dar un servicio mejor y sostenible a los turistas”, afirma Daniela Santanchè, Ministra de Turismo.
’Ir a la Fuente del Tren es difícil, ya no se disfruta. Pero cualquier contingencia debe estar bien hecha. Tenemos ejemplos eficaces en Italia, pero casi todos en entornos cerrados: desde la Última Cena de Leonardo en Milán hasta la Galería Borghese de Roma. Sin duda hay que estudiarlo desde el punto de vista de la tecnología y la capacidad de asistencia", observa Romolo Guasco, director de Confcommercio en Roma.
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