La cultura es trabajo, y el trabajo se paga: la Asociación Nacional de Arqueólogos al Alcalde de Roma


Recibimos y publicamos con gusto una carta de la Asociación Nacional de Arqueólogos sobre el tema del trabajo gratuito, dirigida al alcalde de Roma. Compartimos cada uno de sus contenidos.

Recibimos, y publicamos con mucho gusto, una carta de Alessandro Garrisi, presidente de la sección del Lacio de laAsociación Nacional de Arqueólogos al alcalde de Roma Ignazio Marino, en respuesta a la de la estudiante Valentina Bellotti publicada la semana pasada en Finestre sull’Arte. De esta carta se desprende un concepto fundamental: la cultura es trabajo y el trabajo se paga, con el que en Finestre sull Arte estamos totalmente de acuerdo. Por tanto, estamos de acuerdo con todos y cada uno de los contenidos de la carta, e invitamos a todos, especialmente a los más jóvenes, a leerla, para entender lo que significa trabajar digna y dignamente por la cultura. ¡Feliz lectura!

Estimado Sr. Alcalde Ignazio Marino,



Me dirijo a usted tras leer la carta que le ha dirigido una joven estudiante de historia del arte, Valentina Bortolotti, y le escribo no sólo a título personal, sino también en nombre de los profesionales de la Asociación Nacional de Arqueólogos que tengo el honor de representar en el Lacio y en Roma.

En efecto, la joven estudiante, al abordar la cuestión de la apertura de los museos a partir de un tema de actualidad relativo a la empresa Zetema servizi, no se ha hecho un buen servicio a sí misma ni a la categoría de trabajadores del patrimonio cultural a la que algún día (es de suponer) pertenecerá.

El principal error en el que cae la joven aspirante a historiadora del arte es que los museos pueden mantenerse abiertos con el trabajo voluntario de los más “dispuestos”. Pero un museo no está formado sólo por conserjes que abren una puerta por la mañana y la cierran por la noche. Y aunque así fuera, la del custodio es una función delicada, de garantía, de protección: hoy en día tendemos demasiado a la ligera a pensar que esa función puede ser desempeñada por personal voluntario. Es una desafortunada ligereza, que a menudo oculta objetivos lucrativos mucho más triviales por parte de quienes se supone que gestionan el patrimonio cultural de nuestra ciudad. ¿Cómo juzgar, si no, la indigna reciente licitación (“convocatoria pública”) del Ayuntamiento de Roma para la participación de asociaciones de voluntarios en el servicio de custodia de museos y áreas arqueológicas que no son secundarias, sino joyas excepcionales, como el Museo Napoleónico, la Villa de Majencio y el Museo Barracco? Una licitación que suprime del presupuesto de quienes gestionan esos sitios una partida de costes muy específica, la de los servicios de custodia.

Estimado Sr. Alcalde, los operadores del patrimonio cultural también salieron a la calle en noviembre, en el Panteón y en otras plazas, para reiterar un concepto sencillo: LA CULTURA ES TRABAJO, Y EL TRABAJO SE PAGA. Todo. Sin incertidumbres, sin vacilaciones, sin remordimientos. Porque, mientras no se demuestre lo contrario, éste sigue siendo un país fundado en el trabajo, no en el voluntariado, en la paz de todos aquellos que, desde Parisi Presicce hasta Borletti Buitoni (por cierto: ¿estas ideas brillantes siempre vienen de gente con doble apellido?) verían con buenos ojos otro futuro para nuestro patrimonio cultural.

En una reunión con el concejal Marinelli y el superintendente Parisi Presicce unos días antes del evento, les dejé personalmente en sus manos nuestra propuesta alternativa para la gestión del patrimonio cultural. Una propuesta alternativa tanto al uso impropio y casi brutal de los voluntarios como al “modelo Zetema”.

Ah, sí, porque así podemos volver a Zetema, de cuyos asuntos partió la reflexión del joven estudiante de estos días. Usted, señor alcalde, sabrá muy bien qué es Zetema; sabrá igualmente por quién es administrado y cómo; e igualmente, si lee sus presupuestos, verá cuánto dinero gasta el ayuntamiento cada año para saldar sus deudas. Ahora, traten de multiplicar esa cifra anual por 35 (los años que nos separan de 2050: si no saben la razón de esta fecha, pregunten a quienes administran Zetema), y agárrense fuerte: esa es la cantidad que de aquí a 2050 pagará el Ayuntamiento de Roma por una empresa, Zetema, que opera en un sector económico al margen de las reglas normales del mercado, en caso de que su pasivo anual se mantenga más o menos igual que en los últimos años.

En caso de que nuestra propuesta no haya llegado a sus manos a través del concejal Marinelli, en las que la hemos dejado, estoy a su disposición para una nueva reunión en la que podamos debatir juntos nuestras propuestas alternativas al sector del voluntariado y al modelo Zetema.

Si me permite por último dirigirle un ruego, señor alcalde, es el de encontrar tiempo para reunirme con la joven Valentina Bortolotti y explicarle que es demasiado joven para venderse a sí misma y a su formación ofreciéndose como custodia sin coste alguno. Explicarle que si hoy acepta trabajar gratis como conserje, mañana no encontrará sitio ni como conserje, ni como archivera, ni como conservadora, porque cuando el trabajo voluntario sustituye al remunerado, se convierte en un monstruo imparable que lo engulle todo a su paso. Explicarle que en un país como Italia, que podría vivir de su patrimonio cultural, y en particular en una ciudad como Roma, que atrae a los turistas como moscas a la miel, si un museo corre el riesgo de cerrar, la culpa sólo puede ser de quienes lo dirigen, quizá incapaces de comprender el potencial de la herramienta que tienen a su disposición. Y si quiere, señor Alcalde, se lo explicamos juntos.

P.D. La Asociación Nacional de Arqueólogos no está en contra del voluntariado, al que reconoce más bien como una herramienta útil, en las condiciones adecuadas, para la gestión de determinados aspectos de la puesta en valor de nuestro patrimonio cultural, pero está decididamente en contra del voluntariado que sustituye al trabajo remunerado.

Alessandro Garrisi
Asociación Nacional de Arqueólogos
Presidente Sección Lazio

Basta gratis
Manifestación del 30 de noviembre contra el trabajo gratuito, foto de la Asociación Nacional de Arqueólogos


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