A partir del 3 de marzo de 2019, diez salas de la segunda planta de la exposición permanente de la Collezione Maramotti de Reggio Emilia, una colección privada de arte contemporáneo compuesta por cientos de obras de arte creadas desde 1945 hasta la actualidad, se han reordenado para permitir al público conocer algunos de los proyectos presentados durante los primeros diez años de su apertura. Entre ellos se encuentran Enoc Pérez (2008), Gert & Uwe Tobias (2009), Jacob Kassay (2010), Krištof Kintera (2017), Jules de Balincourt (2012), Alessandro Pessoli (2011), Evgeny Antufiev (2013), Thomas Scheibitz (2011), Chantal Joffe (2014) y Alessandra Ariatti (2014). Un reencuentro que ofrece al visitante una panorámica, aunque parcial, de las distintas exposiciones individuales que han tenido lugar.
Los distintos proyectos han estado unidos por un interés constante en la evolución del lenguaje pictórico, una atención a las nuevas formas de expresión y un cuestionamiento del estatus de la obra de arte, acompañados de una fuerte tensión hacia el futuro.
El primer proyecto expuesto en 2008 fue Casa Malaparte, de Enoc Pérez: dos grandes lienzos que pretenden conducir a una reflexión sobre el papel de la pintura en la actualidad, a través de la reelaboración de un icono de la arquitectura modernista italiana.
El proyecto de los gemelos Gert & Uwe Tobias presenta xilografías, dibujos y esculturas a gran escala, donde elementos icónicos tomados de la cultura popular de Transilvania, su tierra natal, se entrecruzan con imágenes del folclore europeo y un lenguaje formal contemporáneo que encuentra sus antecedentes artísticos en el Modernismo temprano, Klee, el Constructivismo y elArt Brut.
Los lienzos plateados y reflectantes de Jacob Kassay se caracterizan por el monocromatismo y el reflejo del color, el movimiento y la forma, y se codifican en una nueva forma de abstracción con referencia a la fotografía. De Krištof Kintera es la gran instalación sobre el suelo titulada Postnaturalia, que pretende reflexionar sobre la relación entre naturaleza, ciencia y tecnología dentro de un análisis social y político de nuestro tiempo.
El tema central de los tres grandes lienzos de Alessandro Pessoli es la Crucifixión: su pintura es ecléctica, rica en recuerdos y sedimentaciones históricas, desde la Metafísica al Surrealismo y la cultura visual popular. La sala de Evgeny Antufiev es un extracto de Doce, madera, delfín, cuchillo, cuenco, máscara, cristal, huesos y mármol: fusión. Explorando materiales (2013), una gran y articulada exposición concebida por el artista como una experiencia perceptiva de transformación para el visitante, en la que materiales y objetos abandonan su identidad para volver a entrar en una dimensión arquetípica; el artista utiliza materiales como tela, cristales, meteoritos, huesos, insectos, mármol y madera, y los yuxtapone con objetos sin conexión entre sí, pero que crean instalaciones que remiten a operaciones alquímicas y a la práctica chamánica.
En 2011, Thomas Scheibitz creó el proyecto El río y sus fuentes y expuso tres grandes lienzos abstractos que evocan la escena y elementos del teatro suprematista y la Bauhaus, y una escultura que parece una versión monumental de un jeroglífico extrapolado de un lenguaje desconocido.
En 2014, los proyectos Moll, de Chantal Joffe, y Legami, de Alessandra Ariatti, se centraron en los retratos. En el primer caso, retratos de una sola figura con pinceladas sueltas, fusionando los detalles del rostro, la ropa y el entorno en un único flujo pictórico, mientras que en el segundo caso, grupos de figuras con precisión hiperfotográfica, destinados a sondear la profundidad psicológica y la intensidad de la interrelación humana.
Además de esta particular reinstalación, la Collezione Maramotti también muestra hasta el 28 de julio de 2019, con motivo del festival Fotografia Europea 2019, la exposición de Margherita Moscardini titulada Las fuentes de Za’atari. Un proyecto que la artista lleva desarrollando desde 2015 partiendo del estudio de los campos de refugiados como realidades urbanas destinadas a perdurar. Margherita Moscardini trabajó en el exterior e interior del campo de Za’atari, en Jordania, entre septiembre de 2017 y marzo de 2018 y realizó un censo de patios con fuentes construidas por los residentes en el interior de sus viviendas. El proyecto de la artista pretende generar un sistema de venta de esculturas que reproduzcan a escala 1:1 los modelos de patios con fuentes de Za’atari: podrán ser adquiridas por administraciones municipales o instituciones y presentadas en espacios públicos europeos. El creador de la fuente será el beneficiario directo de la venta, generando así un sistema virtuoso de apoyo a la economía de los patios.
Para más información: www.collezionemaramotti.org
Imagen: Margherita Moscardini, Las fuentes de Za’atari, Vista de la exposición / Exhibition view. Collezione Maramotti, 2019. Ph. Andrea Rossetti
La Colección Maramotti de Reggio Emilia cambia de forma: he aquí la gran reordenación con lo mejor del arte contemporáneo |
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