Es amarillo sobre la calavera de diamantes de Damien Hirst. 15 años después del anuncio, parece que la venta estelar de For The Love of God no llegó a producirse y que la preciosa obra permaneció encerrada en un almacén.
Fue en 2007 cuando Damien Hirst, con motivo de una de sus exposiciones en la galería White Cube de Londres, desveló For The Love of God, la calavera de platino a tamaño natural tachonada con 8.601 diamantes que sumaban 1.106 quilates, y declaró su venta récord por valor de 100 millones de dólares. Cifras que causaron sensación por su excepcional entidad y que, para los iniciados, mostraron de inmediato algunas incoherencias: en primer lugar, de hecho, Hirst afirmó haber autofinanciado todo el coste de producción de la obra: 8 millones de libras (unos 9,6 millones de euros).
Sin embargo, cuando el cráneo se expuso al año siguiente, la galería declaró que sólo el coste de los materiales se había cuantificado en unos 15 millones de libras (unos 18 millones de euros). En poco tiempo, por tanto, se llegó a la cifra de 100 millones de dólares, desembolsados por un grupo inversor no identificado. Hoy, el propio Hirst, en un artículo publicado en el New York Times, titulado Damien Hirst and the Art of the Deal y que contiene algunas declaraciones hechas por Hirst con motivo de su primera exposición en Nueva York en cuatro años, declara en cambio que el cráneo siempre ha permanecido en su poder, o mejor dicho, en copropiedad con la misma galería y un grupo de inversores, y que permanecería durante 15 años en un almacén de Hatton Garden, el barrio joyero de Londres.
Hirst“, prosigue el artículo del diario americano, ”añadió que seguía sintiendo frustración por la forma en que los compradores potenciales habían rechazado una obra de arte hecha de platino y diamantes, cuando estaban encantados de pagar millones por lienzos embadurnados de pigmentos. Todo el mundo está de acuerdo en que hacer cuadros no cuesta nada, pero se pueden vender por una cantidad infinita. ¿Por qué pueden creer en eso, pero no en lo otro?", dijo.
Hay que añadir que ya en 2007 hubo quien dudó de la venta, dado que la galería nunca había aportado ninguna prueba concreta, y también dadas las incoherencias en las cuentas de Hirst, empezando por el coste de los materiales. En resumen, los escépticos tenían razón.
¿La calavera de diamantes que Damien Hirst afirmó haber vendido por 100 millones? Un farol |
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